Los ganaderos asturianos, cuesta abajo: «Hasta los bancos están asustados por lo que está pasando en el sector agrario»

Dámaris Fernández Ponce REDACCIÓN

ASTURIAS

Vacas, asturiana de los valles
Vacas, asturiana de los valles

Tanto si comercian con leche o con carne, el problema es el mismo: los precios están «a la baja», están «arruinados» y se hacen a la idea de «desaparecer»

24 nov 2021 . Actualizado a las 12:43 h.

Fernando Marrón, ganadero de leche, Lisardo García, carne de cabra bermeya y José López, carne bovina, caprina, ternera y gallinas. De diferentes partes de Asturias, pero los tres coinciden en lo mismo, la situación es insostenible, necesitan que «suban el precio». La cadena de valor está «destruida» y ellos están «sacrificando la vida» por salir adelante con sus empresas. Una de las principales causas de esta caída en la economía ganadera, para Fernando, es que haya supermercados vendiendo la leche a 80 centímos, cuando a él, el litro se lo pagan a 31 centímos. Aunque según ha calculado, para ganar algo de dinero, necesitaría que se lo pagaran a 40. Todos ellos se manifestarán el próximo jueves en Oviedo «para presionar a la gran distribución» y hacer que se cumpla la cadena de valor.

Fernando Marrón, Ganadería Marrón

Fernando Marrón, ganadero y propietario de Ganadería Marrón S.C.
Fernando Marrón, ganadero y propietario de Ganadería Marrón S.C.

Fernando Marrón se dedica a la ganadería en extensivo de leche. Tiene a su cargo a más de 70 vacas y está continuando con una tradición que ya comenzó su abuelo e intenta continuar su hijo. Su principal cliente es la Central Lechera Asturiana porque, además, su abuelo ya fue socio fundador de esta empresa que copa el mercado de leche en el Principado, recibiendo la leche de «un 80%» de los ganaderos.

El proceso de la leche no es sencillo, «viene la cisterna y, de cada recogida, saca una muestra de la leche». Automáticamente, «va a un laboratorio en el que comprueban la calidad», si pasan los controles, entonces «ya va a la industria que lo destina al producto que quieran» y de ahí «a la distribución y a los supermercados». Esta cadena se llama «cadena de valor», esto significa que, del precio de cada litro de leche, en este caso, se va a llevar una parte el laboratorio, la industria, la distribución y el supermercado y, al final, la pregunta es, ¿qué le queda al ganadero de ese dinero?

Marrón, a este respecto, dice que necesitan que «suban el precio» porque si «hay leche en los supermercados por debajo de los 80 céntimos, están destruyendo la cadena de valor». Actualmente y, desde abril de 2019, la Central paga a 0,3150 céntimos el litro de leche; un dinero que no ha subido pese a que los demás costes sí suben, como son el abono, la electricidad o el pienso.

Afortunadamente, Marrón, al trabajar con ganadería extensiva, sus costes son mínimos porque «utilizo muy poco carburante, los residuos los reparten ellas y salen a pastar todos los días», es decir, «utilizo técnicas más sostenibles que me conllevan unos costes de producción más baratos». Así logra, «de momento, librar para cubrir gastos».

Sin embargo, sabe que muchos de sus compañeros «están perdiendo muchísimo dinero», pero como dice él, «la ganadería no puede cerrar así como así», puesto que hay unas «infraestructuras» y mucho dinero invertido. «Vamos refinanciando créditos», con la esperanza de que esta situación cambie, «pero va a peor». Tanto es así, que como asegura este ganadero «hasta los bancos están asustados de lo que está pasando en el sector agrario».

El ganadero de Poles (Salas)  ha calculado que para cubrir los gastos necesitaría que el litro de leche se lo pagaran «a 0,40» y se lo están pagando a 0,31. «Imagínate la deuda que estamos generando por producir a esos precios», él insiste en que si siguen así «vamos a desaparecer» y recuerda que fueron los únicos que trabajaron todos los días sin parar durante la pandemia, para que los supermercados estuvieran abastecidos. Sin embargo, reconoce que si la situación continua así y viene otra pandemia «no va a haber comida».

Además, Marrón es el coordinador regional de USAGA, Unión de Sectoriales Agrarias de Asturias, que han organizado una manifestación para el próximo día 25 de noviembre en Oviedo. Quieren conseguir que se cumpla la «ley de la cadena alimentaria» y que se tenga en cuenta «la cadena de valor», porque asegura que «nos están arruinando».

Este ganadero tiene claro que «es Mercadona quien está poniendo los precios a la baja», dado que tiene aproximadamente «el 35% de cuota de mercado», siguiéndole, según él, «Carrefour o Lidl pero con un 7%». Por ello, están haciendo las manifestaciones por toda España, delante de los Mercadona «para presionar a la gran distribución» y que así, suban los precios.

Fernando Marrón asegura que «el gobierno teme a Mercadona» porque «maneja muchos puestos de trabajo». Sabe que la ley de la cadena alimentaria está de su lado porque «tiene prohibido vender por debajo de los costes de producción» y aún así lo está haciendo porque «nadie les obliga a cumplirla». Este ganadero recuerda que son «una empresa» y no «una ONG». Para él, la única solución se encuentra en «hacer ver al consumidor que así no podemos seguir viviendo».

Fernando Marrón también comparte empresa con su hijo que decidió seguir el camino de su padre y comenzar en 2013, sin embargo, el padre confiesa que «él está aburrido, desesperado». Ven un futuro muy turbio. «Yo aguantaré porque ya soy mayor», pero el joven aún no lo sabe. No obstante, el padre le intenta convencer de que siga todas las mañanas, aunque el hijo le dice: «Tú no ves papá que esto no trae cuenta».

Lisardo García García, ganadería de cabras en Teverga

Lisardo García con sus cabras bermeyas
Lisardo García con sus cabras bermeyas

Lisardo García se dedica a la venta de carne de cabras, generalmente, de cabra bermeya. También ha notado una caída en los precios de venta, sobre todo porque «siguen igual desde hace 15 años». Lisardo García vende a una empresa de catering y a particulares. Actualmente tiene 325 animales de ganado caprino y mientras los precios de venta no suben, «el matadero, la gasolina y la electricidad» si han elevado sus precios.

Lisardo García ha tomado una decisión y es que «para el año que viene voy a subir los precios». La empresa de catering fija el precio ella, pero en los particulares, los fija él y así puede ganar un poco más. Aunque por lo general, «los precios están muy a la baja». Para él, «está regalado» y «si no lo das» en esas condiciones «no lo quieren» o se lo cogerán a otra empresa.

Se dedica a ello desde hace más de veinte años y aunque asegura que «la cabra es un animal muy rentable», en los últimos años, no ha sido así, debido al oso y al lobo. «Desde abril me mataron 67, de las cuales me van a pagar 3». Y pese a los bajos precios, esta es otra de las causas que «echa a la ruina a los ganaderos de cabras». Con estas razones piensa que «la van a extinguir en Asturias».

José López Cortina, empresa Carnes de Asturias

José López Cortina, generente de la empresa Cabras de Asturias
José López Cortina, generente de la empresa Cabras de Asturias

José López comercializa bovino, caprino, ternera y gallinas, en total tiene unos doscientos animales con los que está perdiendo dinero «estás quitando dinero de vivir, de gastos familiares para mantener un negocio». Él vende principalmente a la hostelería en el que fijan un consenso de precio entre los dos, pero como él dice «el mercado es el que manda».

Como sus compañeros, López ha notado también la subida en los costes de producción, «los gastos de luz, gasolina, pienso suben y, por el contrario, el producto baja». Con la hostelería, la última palabra la tiene él, sin embargo, reconoce que «muchas veces pierdo la venta por no aceptar un precio», además de tener que competir «con otras grandes empresas que traen la carne de fuera».

Cortina lleva viendo está situación desde agosto cuando se dio cuenta de que «no subió el precio de la ternera como tendencia tradicional», explica que son «líneas que conoces por la experiencia». Esto hace que el vea el futuro «negro, negro», además, en tono sarcástico confiesa que, si la ganadería no le funciona, puede volver «de camarero».

Para él la solución no es sencilla y dice que «no se va a resolver en poco tiempo». Para Cortina todo tiene que partir desde el Gobierno con una «estrategia general» porque como él asevera «es un sector súper estratégico para el país» y «los políticos pasan», por eso cree que «tiende a desaparecer». Sobre todo, «el ganado extensivo» que está «para cuestión de años». También hace referencia al lobo que hace que desaparezcan «rebaños de cabras y ovejas».

El responsable de Carnes de Asturias va más allá y dice que «una consecuencia de esta situación, a corto plazo, puede ser la falta de atención adecuada a la maquinaria, la disminución de atención al ganado y el empeoramiento del mantenimiento de fincas». Lo que llevará al «cierre y pérdida del sector». Pero como él mismo dice, está «sacrificando la vida». Sin embargo, lo hace porque cree que «en el sector primario, los ganaderos y agricultores son muy pasionales, románticos y viscerales de su actividad, entonces intentan seguir».