Ni «bables» ni «lengua inventada»: los filólogos reclaman rigor «científico» en el debate sobre la oficialidad

ASTURIAS

F. Sotomonte

Una docena de profesores de la Universidad de Oviedo llaman a huir de «ocurrencias oportunistas» en la legítima discrepancia política sobre la reforma

18 ene 2022 . Actualizado a las 18:06 h.

Una docena de filólogos de la Universidad de Oviedo ha publicado este viernes una declaración conjunta en la que reclaman que el debate sobre la oficialidad del asturiano, más allá de la legítima discrepancia política, se articule «desde el conocimiento científico y la crítica racional y no por la ocurrencia oportunista» llamando la atención sobre la falta de rigor de buena parte de los argumentos esgrimidos poniendo en duda la misma existencia de la lengua, cargando contra la normalización ortográfica o gramatical o cuestionando su unidad por la existencia de variantes.

El texto, recogido en la página de anuncios de la Universidad de Oviedo, señala que «es incuestionable que en Asturias coexisten tres lenguas, con distinta distribución geográfica, social o de uso situacional. Resulta absurdo negar la existencia de nada distinto del castellano o cuestionar su relevancia como hecho social» y recuerda que forma parte del consenso científico que junto al castellano y el gallego asturiano en el occidente hay «un sistema románico evolucionado de manera independiente en el espacio histórico asturiano-leonés». Los firmantes recalcan que «da  pudor tener que recordar en una sociedad moderna que no hay lenguas superiores o con más dignidad que otras y que esta no depende para nada de la condición social de sus hablantes», toda vez que en no pocas ocasiones se ha afirmado que el asturiano es «hablar mal» o que en artículos en prensa y en comentarios en redes sociales son frecuentes los términos despectivos hacia sus hablantes.

Los filólogos señalan también que la denominación «asturiano» para referirse a esta lengua es la más tradicional y extendida mientras que «bable» se ha ido cargando de connotaciones negativas y es «sobrevenida» y «parece referirse en origen a un uso estilístico determinado y su difusión, eminentemente libresca». Una derivada de esta cuestión es la argumentación de que no hay un asturiano sino muchos «bables» (en el pleno en la última semana el PP llegó a decir que había más de 60, como si fueran ajenos entre sí. En este sentido, los filólogos destacan que «la existencia de variaciones internas de distinto alcance es consustancial al lenguaje y, por tanto, a toda lengua, sin excepción. Saberlo forma parte de la experiencia común y de la cultura elemental de cualquier usuario de cualquier lengua en cualquier rincón del mundo; no es ninguna particularidad asturiana y pretenderlo resulta un ejercicio ostentoso de provincianismo» y de hecho advierten de que «el uso plural de bables es una impostación ideológica reciente que fantasea con una evolución del romance en microespacios contiguos e independientes durante dos largos milenios, algo que resultaría insólito en el ámbito románico y carece de cualquier fundamento histórico razonable».

La declaración comienza resaltando su respeto al debate legal que tendrán que determinar los partidos sobre la oficialidad del asturiano y su futura Ley de Uso y, en todo caso, respecto a valoraciones de que el uso privado es suficiente señala que «ninguna lengua, y tampoco las asturianas, está obligada a un confinamiento en el uso doméstico, sino que sus hablantes, en el ejercicio de su libertad, desarrollan, si lo creen conveniente, usos formales y elaborados». Así recalcan que la elaboración de un registro normativo, o literario, como ocurre en cualquier idioma «no supone la creación de ninguna lengua artificial llamada a sustituir o a limitar los usos orales espontáneos, que tienen su propio ámbito de expresión».

El manifiesto está firmado por miembros del Seminariu de Filoloxía Asturiana, entre los que aparecen Xulio Viejo Fernández (Departamento de Filología Española), Ramón d'Andrés Díaz (Departamento de Filología Española), Xuan Carlos Busto Cortina (Departamento de Filología Clásica y Románica), Fernándo Álvarez-Balbuena García (Departamento de Filología Clásica y Románica), Miguel Rodríguez Monteavaro (Departamento de Filología Española); además de Alfredo Álvarez Menéndez (Departamento de Filología Española), Juan Carlos Villaverde Amieva (Departamento de Filología Española), Taresa Fernández Lorences (Departamento de Filología Española), Álvaro Arias Cabal (Departamento de Filología Española), Raquel Suárez Fernández (Departamento de Filología Española), Pablo Roza Candás (Departamento de Filología Española), Ramiro Javier Barcia López (Departamento de Filología Española).