Gas de la risa, el regreso de la droga de «moda»

Xuan Menéndez REDACCIÓN

ASTURIAS

Gas de la risa intervenidas en el Xiringüelu
Gas de la risa intervenidas en el Xiringüelu GUARDIA CIVIL

El profesor de la Universidad de Oviedo y psiquiatra experto en adicciones, Julio Bobes, argumenta que su consumo está influenciado por las circunstancias del contexto social, como el fin de las restricciones

05 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Con la reapertura del ocio nocturno han vuelto los excesos y el consumo de estupefacientes en las noches del fin de semana. En los últimos meses se ha vuelto a poner de moda una droga que se puede adquirir legalmente y que, aunque apenas carece de efectos secundarios y su consumo está bien visto por parte de la juventud, es una sustancia que no debe ser tomada a broma. El óxido nitroso es un gas incoloro que fusionado con oxígeno se utiliza para el tratamiento dental y tiene múltiples usos en el sector industrial y alimentario, por lo que su adquisición es sencilla. Sin embargo, muchos jóvenes lo utilizan para provocarse ataques de risa y colocarse durante unos minutos de euforia mediante su inhalación. 

No es complicado reconocer los lugares donde se consume este tipo de sustancia, pues deja un rastro evidente. En los últimos meses es frecuente encontrarse las mañanas de los fines de semana en la zona de bares de las ciudades de Asturias unas cápsulas metálicas en el suelo, que son el recipiente del óxido nitroso. Es una droga social, que se consume durante fiestas o eventos multitudinarios y el perfil del consumidor es el de un chico joven, en ocasiones menor de edad. 

El óxido nitroso fue utilizado con fines medicinales en el siglo XVIII por dentistas que, en busca de un tratamiento que aliviara el dolor de sus pacientes durante las intervenciones, descubrieron los cualidades analgésicas de este gas que a día de hoy se sigue utilizando en clínicas dentales y con fines médicos. No es ni de lejos una sustancia nueva, pero cada cierto tiempo su consumo entre los jóvenes se vuelve habitual. Aunque las hospitalizaciones son escasas, el consumo del tóxico en altas cantidades puede provocar la muerte. 

Julio Bobes, psiquiatra especializado en adicciones y profesor de la Universidad de Oviedo, cataloga a este óxido de nitroso como una droga de «moda», de la que cada cinco u ocho años se vuelve a hablar de su consumo entre los jóvenes. Para Bobes esto es debido sin duda a las circunstancias, al contexto social que atraviesa la juventud. Tras el fin de unas restricciones por la pandemia, la juventud básicamente tiene ganas de divertirse y ven en estas cápsulas un medio para conseguirlo. Bobes explica que el consumo de esta droga está bien visto socialmente y que, «como genera unas carcajadas desternillantes ante cualquier estímulo en el consumidor, hace que el resto del grupo también se ría, le entre ganas de probar»… Así es como funciona el consumo de este tipo de droga.

«Es una sustancia que los jóvenes se descubren cada cierto tiempo. Produce deshibición social, genera carcajadas en el consumidor y en los que están a su alrededor. Por lo que se ve en la evolución histórica, su consumo está bien visto por parte de los jóvenes. Pasan años y años y volvemos a oír hablar de este gas», explica Bobes, que compara el consumo de esta droga con una «moda»s que cada cierto tiempo embauca a los jóvenes. 

 Sentirse dentro del grupo

A diferencia de otro tipo de drogas, que provocan que el individuo esté contento o eufórico, el óxido nitroso produce sonrisas, carcajadas en abundancia, lo cual es su característica más peculiar. Y al contrario que otras drogas, su efecto es instantáneo, «es una persona a carcajada limpia que tiende a contagiar a otros y terminan todos riendo, bien sea de la reacción del consumidor o porque lo prueban después», explica el psiquiatra, que resalta que las risas de los demás ante su reacción genera que el consumidor se sienta recompensado socialmente y no se siente fuera del grupo por el consumo, como ocurre con otros estupefacientes. Los efectos de este gas de la risa son breves pero intensos. Durante el momento de aspiración, el consumidor siente una euforia momentánea y un estado de satisfacción que se prolonga como máximo unos minutos. Los consumidores pierden la voluntad durante el subidón y se ríen a carcajadas ante cualquier estímulo.

La dosis cuesta alrededor de tres euros y aunque la venta para su consumo y consumo en vía pública está prohibido, el fácil acceso a la sustancia dificulta la labor de los cuerpos de seguridad del estado. La policía peina desde hace meses las calles del centro de las ciudades en busca de vendedores o consumidores, a los que se le reconoce por los globos y las cápsulas. 

Adictos

El consumo de este gas no produce adicción, detalla Bobes, a pesar de ello no es nada recomendable. En su consulta no ha tratado a jóvenes adictos a esta sustancia, sin embargo, sí a jóvenes con otro tipo de problemas que la consumían en busca de una satisfación inmediata y unos momentos de risa.  A pesar de ser una droga aparentemente inofensiva, en Reino Unido, el país donde más  consumen, han registrado varias muertes relacionadas con la aspiración del óxido nitroso. En nuestro país, este año ha fallecido en Marbella un joven después de precipitarse desde un balcón debido a los efectos de la alucinación provocada por este gas.