Un espacio donde vivir y trabajar a la vez: así es el nuevo proyecto de una asturiana y su pareja con discapacidad

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

ASTURIAS

La gijonesa Nieves Rivas y el andaluz Mario Márquez planean crear franquicias a lo largo de la cornisa cantábrica

18 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Con el objetivo de que los usuarios compartan mucho más que proyectos profesionales, el andaluz Mario Márquez y la gijonesa Nieves Rivas han puesto en marcha Casa Blanca. Un espacio, basado en la filosofía coworking y cohousing, donde las personas pueden trabajar de forma remota y vivir a la vez en un entorno rural. El negocio ha sido puesto en marcha en la localidad cántabra de Potes, pero la pareja afincada en La Camocha planea crear franquicias a lo largo de la cornisa cantábrica, entre las que se incluye Asturias.

«Somos unos enamorados del Norte y queremos aprender con esto para así llevarlo a otros territorios porque es muy gratificante que en este tipo de espacios las personas puedan no solo compartir conocimiento y creatividad sino estrechar lazos a pesar de tener intereses económicos y laborales diferentes», apunta Mario Márquez, quien ha puesto en marcha el negocio gracias a las ayudas que concede la Fundación Once a las personas con discapacidad. En su caso, él padece hemofilia.

La pareja decidió emprender en Potes porque como los abuelos de Nieves son oriundos de ahí y cuentan con una propiedad, construida en plena posguerra, «queríamos aprovechar esa oportunidad para hacer algo y ajustarlo al contexto social que está aconteciendo por la crisis sanitaria», apunta la asturiana antes de añadir que «de esta manera ayudamos a fijar población en las zonas rurales».

Sobre los espacios

Aunque el negocio aún no opera a pleno rendimiento, Casa Blanca sí que ya cuenta con algunos clientes. «Estamos en proceso de construcción y esto requiere una gran inversión, que queremos hacerla en función de lo que los usuarios demanden», señala Mario Márquez. Por ahora, la vivienda cuenta con dos plantas equipadas. «Tanto el piso superior, Pandora, como el ubicado en la planta baja, Narnia, se componen de tres habitaciones, salón, baño y cocina, así como un espacio al aire libre», detalla el andaluz.

Durante la mayor parte del año, una de las habitaciones de cada planta está deshabilitada para convertirse en un espacio de teletrabajo. «Es especialmente confortable para grupos de amigos y/o parejas que decidan viajar en temporada baja a experimentar la nieve, la montaña y la naturaleza con una mayor inquietud, sin renunciar a días de vacaciones y pudiendo compatibilizar ambas cosas», resaltan los dos emprendedores.

A parte de dichos espacios, Casa Blanca dispone de una planta en el sótano con acceso directo al jardín principal que «vamos a remodelar para convertirlo en un espacio multiusos que podrá ser usado a conveniencia de los huéspedes como coworking, teambuildings o masterminds -reunión de grupos de personas bajo un interés común en una materia determinada-», subrayan.

Una vez que el negocio funcione a pleno rendimiento y ofrezca una rentabilidad económica, Mario Márquez y Nieves Rivas planean extender su proyecto a lo largo de la cornisa cantábrica, así como «colaborar con otras personas con propiedades para poder utilizar espacios y adaptarlos al ritmo de vida de la población».