Joaquín Aracil, médico de familia: «Navidad fue la peor semana laboral de mi vida»

ASTURIAS

F. Sotomonte

«Nunca he trabajado teniendo que atender a 80 personas en la consulta y teniendo que salir a hacer domicilios, lo soporto porque me jubilo en julio», asegura

15 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El paso de fin de año, con el impacto en contagios de la sexta ola, ha dejado tocada a la Atención Primaria en Asturias especialmente en las fechas de los festejos navideños. Una avalancha de pruebas para descartar el covid ha dejado imágenes de colas y los profesionales sanitarios denuncian una carga de trabajo inasumible. «La semana de navidad que trabajé puedo decir que ha sido la peor semana laboral de mi vida, nunca he trabajado teniendo que atender a 80 personas en la consulta y teniendo que salir a hacer domicilios y además llueve sobre mojado», denuncia el médico Joaquín Aracil Villar quien añadió que «personalmente lo puedo soportar porque a finales de julio me jubilo, si tuviera que esperar cuatro o cinco años en esta situación de trabajo no sé cómo lo soportaría».

Con un porcentaje elevadísimo de vacunación como el asturiano, no para todo el mundo es fácil distinguir los síntomas de un catarro fuerte de los de un positivo en covid leve; y esta semana el Principado propuso agilizar la tramitación de las bajas. Pero desde hace meses, desde los primeros planes para la desescalada y el regreso a la atención presencial máxima, los médicos de familia en Asturias han reclamado que se les libere de asuntos administrativos.

«El lunes yo llegué a las ocho y pico a la consulta a trabajar y estuve hasta las doce de la mañana haciendo sólo partes de baja, única y exclusivamente y luego el resto del tiempo hasta las tres de la tarde en un 80% atendiendo al seguimiento, diagnóstico, realización de test de antígenos con la enfermera de pruebas covid. No podemos dedicarnos a nuestro trabajo, no podemos ver pacientes, no podemos atender diabéticos, hipertensos; no podemos hacer las labores que se supone que tiene que atender la Atención Primaria y un médico de familia», afirma Aracil.

La directora gerente del Sespa, Concepción Saavedra, anunció el jueves que los equipos de inspección se encargarán de gestionar las bajas y las altas laborales a través del envío de SMS con el fin de agilizar los trámites y disminuir la carga burocrática de los centros de atención primaria. Sin embargo el médico señala que «la medida que han tomado es que se tenía que haber acordado hace mucho tiempo y sólo demuestra lo poco que les importamos a nuestros jefes. Se hace cuando el escándalo llega a la opinión pública y lo llevamos pidiendo meses y años. Con la receta electrónica se os obligó hasta hace un año; que cuando había una notificación el paciente tenía que venir a la consulta a que nosotros le diéramos un papel para actualizarla pero de repente lo arreglan con un click, nos han tenido ocho años como animales de carga».

Y así describe que en semanas recientes, «he visto impresas las páginas del centro de Ventanielles y había ciento y pico pacientes en una mañana y llevamos meses pidiendo que se resuelva esto» algo que tiene un impacto profundo en el personal: «He visto estos días a compañeros llorar, gente que deseaba no estar trabajando en esto. Yo tengo conmigo un estudiante de Medicina y yo comprendo que se vayan, que no quieran trabajar aquí en Primaria, esto es horrible».

En el último año y medio, una queja permanente de los usuarios de la sanidad en Asturias han sido los problemas que se han encontrado a la hora de acceder a la atención telefónica. «Las llamadas están bloqueadas porque las vías de comunicación son las mismas que hace cinco años y nosotros hacemos ahora la mayor parte de nuestro trabajo telefónicamente y la misma línea por la que entran las llamadas es por la que sale el flujo de las llamadas del personal médico hablando con los pacientes. La gente dice 'es que no cogen el teléfono' y es que la llamada no entra. Esto produce una enorme irritación en los pacientes, todas las mañanas al entrar en la consulta oigo voces, insultos, de gente que está haciendo cola hasta fuera del centro de salud y hay gente que es educada y hay gente que no».