La asturiana que participa en un ensayo clínico para alargar la vida en el cáncer de mama metastásico: «Lucho por vivir»
ASTURIAS
Elena Quirós lleva desde 2018 diagnosticada y se ha sometido a diferentes terapias. «No me lo pensé ni un segundo, es por mí, pero también por las generaciones que vienen detrás», dice
07 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Éste es el tercer cáncer de mama de Elena Quirós, asturiana de 59 años. Esta vez es metastásico. Es decir, las células malignas han viajado a otras partes de su cuerpo y no se va a curar. Lleva desde 2018 diagnosticada, se ha sometido a diferentes terapias y no se cansa de luchar. Pero no luchar contra la enfermedad, no es una palabra que le guste para hablar de ello, sino por la investigación, el acceso igualitario a tratamientos, por la visibilidad y sobre todo por la vida de ella y todos los que vienen detrás: «Yo lucho. Lucho por vivir porque es lo que quiero, pero lucho porque las cosas cambien y se avance».
Por es por lo que Elena Quirós ha decidido someterse a un ensayo clínico para controlar su cáncer. Es la única asturiana que participa en el ensayo clínico del Hospital 12 de octubre de Madrid, que busca mejorar y alargar la calidad de vida de los pacientes con metástasis. «Después de muchos tratamientos que no funcionaban, le dije a mi médico que me buscase un ensayo donde encajase mi caso, me daba igual dónde, solo tenía claro que no me iba a rendir. Tuve que venirme a Madrid porque, por desgracia, el sistema no está bien organizado y en Asturias no se financia», explica con rabia la avilesina.
Quirós empezó el 11 de enero este ensayo basado en la inmunoterapia, con doble bolsa por vena y la extracción mensual de una treintena de tubos de sangre: «El efecto es lento, pero ayuda a reducir el tumor». «No es nada agresivo, nos permite una buena calidad de vida que es algo que con otros tratamientos de quimioterapia no tenemos. Es verdad que la primera vez que vas da un poco de respeto, pero estas tan controlada que da mucha seguridad», cuenta la asturiana.
«Llevo muy poco tiempo, pero me siento bien, me siento segura y eso es importante», pese al poco tiempo que lleva con el tratamiento, recomienda participar en los ensayos porque son «la única forma de avanzar». «La gente tiene que perderle el miedo. No somos cobayas ni ratones de laboratorio. Solo participando en ensayos médicos se puede saber si va a funcionar y es un avance para el futuro. Yo no me lo pensé ni un segundo, es por mí, pero también por las generaciones que vienen detrás».
«Esto no es rosa. Soy anti-rosa porque el cáncer no es de color rosa ni bonito»
Elena cuenta su historia personal para que la gente entienda que cuando a uno le diagnostican cáncer de mama, y se hable de la supervivencia, se ponga en el contexto de que del cáncer de mama se puedes curar, pero también hay pacientes que años después tienen metástasis, y de eso no se habla. «Parece que el cáncer de mama es una mala gripe y no es así. Desde determinados altavoces sociales sólo se mandan mensajes positivos, y lo cierto es que el cáncer de mama metastásico es duro. No hay que edulcorarlo, hay que decir la realidad de este cáncer e investigar», así de tajante es Elena Quirós ante el «pinkwashing»: «Esto no es de color rosa. Soy anti-rosa, porque el cáncer no es de color rosa, ni bonito».
«Somos la parte menos bonita de la enfermedad, la que no tiene final feliz. Parece que no se quiere contar», apena Quirós, que reflexiona lo siguiente: «Estamos en contra de estos mensajes y otros como si luchas te vas a curar. Una actitud positiva te ayudará a llevar mejor tu enfermedad, pero no vas a curarte por ello. Se necesita investigación, se necesitan recursos y se necesita apoyo». Pero pese a que representan el 20% de pacientes afectadas de cáncer de mama, la realidad es que la cantidad de dinero dedicado a la investigación de este tipo de tumor, es minúscula. «Tan sólo un 6% se destina a investigar estos tratamientos para los pacientes afectados de metástasis. Tenemos cuatro o cinco años de esperanza de vida media, unas más y otras menos, pero esa es la media. Es necesario dar visibilidad a este grado de la enfermedad porque si no se conoce el problema no se pueden aportar soluciones», insiste la avilesina.
«Sabemos que la investigación ha avanzado mucho en los últimos años, de hecho, muchas de nosotras no estaríamos aquí si no fuera por eso», reconoce. «Seguiré y seguimos reivindicando que tenemos muchas carencias y necesidades, como por ejemplo métodos de diagnóstico más precisos para conseguir tratamientos más efectivos. Muchas veces nuestra vida se va entre tratamientos fallidos porque tampoco llegan los recursos», lamenta Elena que además no se cansa de repetir que los ensayos salvan vidas: «Animo a la gente que tenga dudas, de verdad. Los ensayos clínicos son muy necesarios porque son oportunidades de ir a por más vida. Yo quiero más vida».
El cáncer de mama metastásico, en España
En España, el cáncer de mama metastásico es la primera causa de muerte en mujeres de 35 a 50 años. Lo padecen el 20% de las mujeres que sufren cáncer de mama. Es decir, que dos de cada diez mujeres enfermas con tumores de mama van a desarrollar metástasis y, por lo tanto, morir prematuramente. Tras la confirmación de la metástasis, la media de vida de la paciente es entre dos y cinco años. La enfermedad, hoy por hoy, no tiene cura. Una vez que las células cancerígenas se diseminan a otros órganos están fuera de control. Normalmente las metástasis de mama afectan a órganos como los pulmones, huesos, cerebro o hígado.
Sin embargo, a pesar de que esta enfermedad sea incurable, la investigación a lo largo de los años ha ayudado a prolongar la supervivencia y mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen, ya que como dice Quirós, «no se trata de vivir a cualquier precio».
Así que estas mujeres, y hombres, exprimen el día a día. Sin luchar, sin librar batallas. Simplemente quieren ser visibles, que se investigue sobre su cáncer, y que no se edulcore esta enfermedad. ¿De dónde sacan las fuerzas? Elena dice que del enfado: «De las ganas de vivir, pero sobre todo de la rabia. Cada pérdida de una compañera es un dolor. Y ellas sí que tienen historias de superación, caemos como moscas y nos seguimos levantando porque lo que queremos es vivir».
Su sueño es que el cáncer de mama metastásico, ya que es una enfermedad incurable, se cronifique: «Que no tengamos el tiempo contado, cinco o seis años y ya está. Ojalá, con la ayuda de este tratamiento, pueda llegar a ser el primer caso de metástasis que se convierte en crónica, porque, que no se olvide, la metástasis no se cura».