Una víctima de la pobreza energética: «Tengo hasta el calentador del agua desenchufado»

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

ASTURIAS

Pobreza energética
Pobreza energética

El ovetense Francisco Rubiales denuncia que lleva más de dos años sin recibir el bono social térmico y cuenta cómo «malvive»

17 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando un hogar es incapaz de pagar cierta cantidad de dinero para contar con servicios de energía y satisfacer así sus necesidades domésticas o se ve obligado a destinar una gran parte de sus ingresos a abonar dichas facturas eléctricas se encuentra en una situación de pobreza energética. Una vulnerabilidad de la que son víctima miles de familias asturianas, quienes debido a la incesante escala de precios de la luz, se han visto abocados a pasar el invierno sin poner ni siquiera la calefacción. Aunque tienen derecho a ser beneficiarios del bono social térmico, el retraso en el pago de las ayudas les obliga a «malvivir», tal y como asegura Francisco Rubiales Vázquez.

«Yo nunca llegue al extremo que estoy ahora», confiesa Francisco Rubiales, quien lleva más de dos años esperando para que le abonen el bono social térmico, un año para recibir la ayuda al alquiler, a parte de un cheque de 90 euros «que se suponía que iban a dar a las personas vulnerables». «Esto es horrible. Hay un desmadre tremendo. Se han puesto de una manera que pasan absolutamente de nosotros. Prefieren atender a otras cosas que vienen detrás de nosotros y nos dejan a un lado, cuando las cosas se están poniendo faltan y no sabemos qué hacer», lamenta.

Este ovetense de 63 años «por circunstancias de la vida» no cotizó 15 años a la Seguridad Social y como tuvo una enfermedad ahora cobra una pensión no contributiva por incapacidad de 421 euros. Además, «como la pensión es muy pequeña, estuve años cobrando un suplemento del salario social que eran 47 euros, pero sin avisarme de nada, en enero dejé de cobrarlo». Unos ingresos que no le dan para nada, puesto que de ellos ya tienen que apartar 291 para pagar el alquiler del piso y con lo que le sobra, «como todo el mundo», tiene que hacer frente a los gastos que lleva un hogar. «Con las ayudas se supone que tienes un apoyo y que sirven para algo, pero entre que no las dan y no llegan a tiempo, nos obligan a sobrevivir»

Es por ello que, mientras que se tramitan dichas ayudas, Francisco Rubiales hace todo tipo de malabares para llegar a fin de mes. «En enero ya tuve que hablar con la señora del piso y decirle que no le podía pagar el alquiler. Como llevo nueve años viviendo aquí y nunca fallé, me dijo que no me preocupase. Pero, claro, no puedo retrasarlo más», detalla, antes de confesar que «voy tirando como puedo». De la misma manera, para evitar gastos, el ovetense se ha pasado todo el invierno sin poner la calefacción. Y eso que vive en un cuarto piso que tiene justo encima una terraza y, por tanto, «siempre está helado».

«Nos vemos negros para pagar los gastos. Siempre tenemos que tirar de la pensión»

«En pleno siglo XXI tengo que estar con una estufa de gas, las que tienen la bombona naranja, y calentarme donde estoy. Además, antes la bombona valía unos 11 o 12 euros, pero ahora ya cuesta 18. Por eso, si voy al baño o a la habitación, por ejemplo, tengo que abrigarme hasta las cejas. Es horrible. El calentador de agua que es eléctrico también lo tengo quitado, solo lo enchufo cuando lo utilizo porque claro con todo lo que está subiendo el precio de la luz no me puedo arriesgar», pormenoriza Francisco Rubiales, quien paga «como puede» los recibos de la electricidad y el agua.

Además, por si fuera poco, «como estoy más solo que la una, tuve que hacer frente también solo a la pandemia, puesto que no tengo en quien apoyarme», el ovetense sufre problemas de ansiedad. «Estoy tomando pastillas para dormir porque esto es una angustia. A parte de que pasan de nosotros, para solicitar cualquier ayuda te piden un montón de papeles. Luego si estás en la lista, otra vez, debes aportar más documentación para que luego te puedan hacer el pago. Un pago que nunca lo tienes para cuando lo necesitas porque siempre tenemos que tirar de la de pensión que cobramos para hacer frente a los gastos. Nos vemos negros para pagar los gastos y sobre todo los del alquiler, porque si cumplieran con las cosas cuando tienen que cumplir no estaríamos así», señala.