Juan Carlos Ríos: «Asturias debe volver a ser un centro energético de primer orden no solo en España sino en toda Europa»

Carmen Liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

Juan Carlos Ríos, profesor en el departamento de Energía de la Universidad de Oviedo
Juan Carlos Ríos, profesor en el departamento de Energía de la Universidad de Oviedo

El  experto en energía y profesor de la Universidad de Oviedo considera que una reducción de la comercialización del gas ruso relanzará la necesidad de usar la regasificadora de El Musel

19 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Juan Carlos Ríos (La Felguera, 1974) es doctor Ingeniero de Minas y profesor en el departamento de Energía de la Universidad de Oviedo. Realizó su tesis doctoral sobre la eficiencia energética y el uso de las energías renovables, siendo reconocida esta con la máxima calificación por parte de la Universidad de Oviedo (sobresaliente Cum Laude). Ha desarrollado su carrera profesional ocupando diversos cargos de responsabilidad en empresas de la región, trabajado como consultor especializado en energía y desempeñando labores docentes en escuelas de negocios y universidades nacionales y extranjeras. Es miembro del Instituto Universitario de Tecnología Industrial de Asturias (IUTA) y ha desarrollado investigaciones en diversas áreas de la Energía. Actualmente está trabajando en varios proyectos, desde el aprovechamiento energético de biomasa marina hasta la mejora de las tecnologías de generación energética.

Como experto en energía que es, La Voz de Asturias ha querido analizar con él la crisis energética que vive España, su repercusión en Asturias, las medidas que se pueden tomar para aminorar su impacto y si realmente el hidrógeno verde será la energía del futuro para lograr un planeta descarbonizado. Entre las conclusiones que traslada está su consideración de que «no hubiera sido descabellado mantener las explotaciones de carbón autóctono más rentables como reserva estratégica para evitar crisis como la que estamos viviendo» y «hasta que hubiésemos alcanzado una autonomía energética suficiente con fuentes limpia». También la necesidad de relanzar el uso de regasificadoras como la de El Musel, ya que entiende que con la reducción de la comercialización del gas ruso, este tipo de instalaciones podrían permitir a Asturias exportar gas natural licuado a otros países europeos.

-España está inmersa en una importante crisis energética (subida de la electricidad, del gas, de los carburantes…) que se ha agudizado con la guerra en Ucrania, ¿hasta dónde puede ser previsible qué llegue esta crisis?

-La duración y repercusión de la crisis estará muy relacionada con la guerra en Ucrania y la rapidez con la que se estabilice el mercado del gas y el petróleo. Aunque en un principio se trató de un problema de oferta, ante la fuerte demanda energética al relanzarse la economía mundial tras un año de parón marcado por la COVID-19 y la disminución de los inventarios de gas por el gran consumo durante el invierno de 2021, también problemas geopolíticos añadidos y la poca generación de energía renovable hizo que las reservas de este combustible con las que Europa afrontaba el 2022 fuesen inusualmente bajas. Además, las sanciones internacionales a Rusia por la guerra en Ucrania provocaron que los mercados asumieran la posibilidad de una reducción en la oferta de petróleo y gas subiendo los precios y devaluando el euro frente al dólar, que es la moneda en la que cotiza el petróleo Brent, principal índice de referencia para este hidrocarburo, incrementándose los precios de compra de los combustibles y la energía.

-¿Cuáles van a ser las consecuencias de esta «burbuja» energética? ¿Va a sumirnos en una crisis económica como sucedió en 2008 cuando pinchó la burbuja inmobiliaria?

-La extrema volatilidad existente en la actualidad en los mercados del gas y el petróleo puede ser una importante amenaza para la recuperación económica que comenzaba a tener lugar en España, incluso puede alargar la crisis energética actual más tiempo de lo previsto. Pero también puede ser un foco de oportunidad para estimular con mayor fuerza el transito que se había iniciado hacia la neutralidad climática, potenciando las energías autóctonas y renovables que impidan que escenarios como el actual se repitan en el futuro.

-¿Qué efectos específicos puede tener esta crisis para Asturias, tanto a nivel de particulares como de empresas?

-La particularidad del tejido industrial asturiano, con una gran dependencia en cuanto al empleo en empresas internacionales electrointensivas, genera incertidumbre a corto plazo en las producciones de estas factorías. El resto del tejido industrial y comercial, al igual que el consumidor doméstico, también se está viendo afectado por la subida de los precios de la energía y el asociado encarecimiento de los bienes de consumo, generando mayor inflación y riesgo de pérdida de poder adquisitivo para la población. Pero parece que se pueden estar dando importantes pasos para evitar esta situación de dependencia energética a medio plazo. Hace unas semanas se anunció que Asturias había sido elegida para desarrollar el mayor complejo de producción de hidrógeno verde del mundo, que impulsan Arcelor, Fertiberia, Enagás y DH2 Energy. El comienzo de la actividad está previsto para 2025, contará con una capacidad de 9,5 GW para energía solar y de 7,4 GW de potencia de electrólisis para 2030, llegando a producir hasta 330.000 toneladas de hidrógeno verde anuales. Sería un importante revulsivo para mantener el empleo en las empresas electrointensivas e incluso generar un nuevo nicho laboral relacionado con el hidrogeno y las energías renovables.

-¿Cómo valora el mix del sistema eléctrico español?

-Durante 2021 la combinación de las diferentes fuentes de energía que constituyen la producción eléctrica en España generó 36 millones de toneladas de CO2, casi la mitad que en 2018, lo cual no es un mal dato y permite a España cumplir con los compromisos internacionales asumidos en cuanto a la lucha contra el cambio climático. Las energías renovables produjeron casi el 47% de la energía de nuestro país, incrementándose en casi un 10% con respecto al año anterior. Sin embargo, se produjo un incremento en el coste de la energía eléctrica para los usuarios. Este incremento puede llegar a duplicar el valor medio de la factura eléctrica en 2022 con respecto a 2020.  Por lo tanto, habrá que hacer modificaciones para que esto no siga sucediendo, comenzando por no dar tanto peso al gas en la factura final de la electricidad. En el mix energético el ciclo combinado, es decir la generación de energía con gas natural, solo constituyó el 17,6% y sin embargo es el precio del gas natural el que marca el precio de la electricidad.

-¿Y el sistema marginalista de fijación de precios de la electricidad?

-El mercado eléctrico es un sistema marginalista ya que todos los generadores eléctricos cobran por su energía el precio de la tecnología más cara que ha entrado en producción para satisfacer la demanda. Esto permite mantener al sistema eléctrico operativo las 24 horas del día evitando paros en momentos en que a las empresas generadoras les pudiere resultar poco interesante e incluso no rentable generar electricidad. También estaba inicialmente pensado para favorecer la generación con energías renovables, en el caso de que esta fuese algo más cara que con otras energías. De esta forma, se pretende evitar un posible desabastecimiento. Pero estamos viendo que el sistema también crea descompensaciones que se deben ajustar para evitar que se provoquen situaciones poco razonables como las que se está viviendo con el precio del gas.

-¿Cree que fue una buena decisión quedarse sin la reserva estratégica que aportaba el carbón autóctono y apostar por las centrales de ciclo combinado?

-La situación actual ha generado en parte de Europa un repunte en el consumo del carbón. No parece descabellado haber mantenido las explotaciones de carbón autóctono más rentables como reserva estratégica, garantizando una mayor independencia energética ante subidas incontroladas de la energía como la que estamos viviendo. Al menos, hasta que hubiésemos alcanzado una autonomía energética suficiente con fuentes limpias para evitar crisis como la que estamos viviendo.

-Se dice aquí en Asturias que nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. Ahora se considera urgente poner en marcha la regasificadora de El Musel después de una década, ¿qué papel estratégico puede jugar esta infraestructura en esta crisis energética?

-Hasta ahora, el menor coste de distribución del gas natural a través de gaseoductos con África o Rusia hacía que Europa no prestase demasiada atención a la distribución de gas natural licuado (GNL). Este gas resulta más caro, ya que se transporta en barco a -160ºC y posteriormente en tierra, es necesario volverlo a su estado gaseoso mediante regasificadoras como la de El Musel. Es importante señalar que el 30% de las reservas del gas licuado están en España; disponemos de 27% de la capacidad gasística europea, con seis plantas a la que se suma otra en Portugal. La suspensión de la aprobación del gasoducto que iba a comunicar Rusia con Alemania, el Nord Stream 2, la previsible reducción en la comercialización de gas ruso con Europa y el freno a la distribución de gas natural de Argelia, a través del gasoducto que atraviesa Marruecos, relanzará previsiblemente la necesidad de uso de estas regasificadoras. La comercialización del GNL español con el resto de Europa adquiere, por tanto, una gran importancia estratégica y resultaría muy propicio aumentar las interconexiones con mercados de otros paises europeos que nos permitan exportar.

-Volviendo a la crisis energética que tenemos encima, ¿qué medidas se pueden (o se deben) tomar para frenar una escalada de precios que amenaza con asfixiar a hogares y empresas?

-Las medidas urgentes serían desacoplar el precio del gas del precio general de la energía y una rebaja de los cargos o impuestos que actualmente graban a la energía y los combustibles. Pero también es necesario nuevos acuerdos comerciales con los paises productores de gas y petróleo para que aumenten la oferta disponible y acelerar la implantación y el desarrollo de las energías renovables en la UE para reducir la dependencia del exterior.

-¿Diría que esta crisis es consecuencia de tener demasiada dependencia de los combustibles fósiles, como el gas o el petróleo?

-Como he dicho, la crisis en el precio de la electricidad tiene varios factores que han coincidido en el tiempo. La dependencia del gas natural solo ha sido uno de ellos, y podría haber sido una influencia menos grave en España ya que solo generamos el 18% de nuestra energía con este recurso.  En cuanto a la dependencia del petróleo, sigue siendo muy importante en nuestra economía, por eso es necesario seguir con el proceso de transición energética para frenar el consumo de este hidrocarburo.  El transporte representa el 70% del consumo del petróleo a nivel global, por eso resulta necesario favorecer el desarrollo de la movilidad sostenible con tecnología eléctrica con base en fuente energéticas limpias y motores eficientes con combustibles libres de emisiones como el hidrógeno.

-Hablemos del hidrógeno verde, ¿va a ser realmente la energía del futuro?

-Sin duda será una de las energías del futuro y un vector energético clave en la descarbonización del planeta. El hidrógeno verde se obtiene a través del proceso denominado electrólisis que mediante energía eléctrica de origen renovable rompe la molécula del agua para obtener hidrógeno. Este hidrógeno es un gas con un gran valor energético y no genera ningún tipo de emisión contaminante a la atmosfera. La distribución del hidrógeno puede hacerse por los mismos canales e infraestructuras del gas e incluso mezclarse con el gas natural hasta un 20%. Es previsible que el hidrógeno renovable y el de baja huella de carbono llegue a suponer el 15% del consumo energético mundial. Se busca que el hidrógeno sea el sustituto del gas natural. Hasta ahora las limitaciones a la implantación de esta tecnología motivadas por el mayor precio del gas de hidrógeno frente al gas natural están desapareciendo por la escalada de precios de los combustibles fósiles, lo que puede propiciar el desarrollo e implantación de esta tecnología.

-¿Puede Asturias volver a ser una comunidad exportadora de energía con el hidrógeno verde?

-Debe serlo. Tenemos importantes centros de conocimiento en el área de la Energía como la Universidad de Oviedo, importantes ingenierías e industrias que desarrollan proyectos energéticos novedosos por todo el mundo y una larga tradición en la producción y distribución de energía al resto de España. Toda esta experiencia puede y debe aprovecharse para tratar de que Asturias vuelva a ser un centro de producción y desarrollo energético de primer orden no solo en España sino en toda Europa. La posible reactivación de proyectos como el Midcat, un gaseoducto que comunicaría la península ibérica con Francia para poder enviar gases renovables y gas natural a Europa podrían ser muy favorable junto con la captación de los Fondos europeos destinados a favorecer la autonomía energética europea.

-¿Puede predecirse cuánto va a durar esta crisis energética? ¿Volveremos a escuchar que el precio del megavatio/hora está por debajo de los 100 euros y el litro de combustible en torno al euro?

-El mundo ha vivido otras crisis energéticas y ha salido de ellas reforzado y con más conocimiento, sobre todo de lo que no debe volver a hacerse. Esperemos que esta crisis sea lo más corta posible y genere el entorno propicio para impulsar un futuro menos dependiente de las fuentes de energía contaminantes y externas. Debemos tender a procesos más eficiente que consuman menos energía, emplear fuentes energéticas limpias que de manera combinada con las diferentes tecnologías que ya empleamos y conocemos no generen problemas de desabastecimiento. De esta forma, los precios de la energía tenderán a ser cada vez más bajos, a medida que la tecnología de generación mejora, para ello es necesario invertir en investigación y considerar la política energética como uno de los pilares de nuestra sociedad.