Europa insiste en que el lobo no se puede matar

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso REDACCION

ASTURIAS

Ana Retamero

Los comisarios de Agricultura y Medio Ambiente remiten una carta a los Estados miembros para informarles de que han actualizado las guías que rigen la estricta protección que debe aplicarse a animales afectados por la Directiva Hábitat, como el cánido

20 mar 2022 . Actualizado a las 12:12 h.

Los comisarios de Agricultura y Medio Ambiente de la Comisión Europea, Janusz Wojciechowski y Virginijus Sinkevicius, han remitido una carta a los responsables de estos dos ministerios en los Estados miembros para informarles de que la Comisión decidió actualizar la guía sobre qué se debe hacer con los animales estrictamente protegidos por la Directiva Hábitat. Un documento que afecta a miles de especies, entre ellas el lobo. Los dirigentes explican que este carnívoro está volviendo a ocupar zonas de las que había desaparecido y reconocen que ello genera conflictos con los ganaderos. Sin embargo, insisten en que esta es una especie protegida, por lo que se deben adoptar medidas de protección y no permitir actividades que amenazan su supervivencia, como la caza. Europa también recuerda que los Estados tienen a su disposición fondos para la prevención y reparación de daños que ocasione este especie.

El lobo está volviendo a ocupar áreas en las que estuvo ausente durante décadas, lo que está provocando problemas de convivencia con el ganado, sobre todo, con el que se cría en sistemas tradicionales como el extensivo, explica la misiva. Insiste, además, en que en muchas de estas zonas se abandonaron las medidas de prevención precisamente porque no había lobo. Sin embargo, la misión de los Estados, aseguran los comisarios, debe ser la de garantizar la coexistencia entre el cánido y el ganado.

Por eso la Comisión Europea redactó una guía en la que da unas pautas básicas sobre cómo se debe gestionar la estricta protección que afecta a los animales adscritos al Anexo IV, entre los que figura el lobo. Y ahí se dedica un capítulo en exclusiva al cánido que tanta polémica está causando en España. El documento, que ambos comisarios resumen en su carta, reconoce que supone un reto para los Estados la gestión de esta especie y aboga incluso por colaboraciones transfronterizas, pues considera que se deben adoptar todas las medidas necesarias para garantizar su protección rigurosa.

En la nueva guía, la Comisión recuerda que siempre ha promovido el enfoque de la coexistencia del lobo y que el control letal fue el responsable de que el animal desapareciera en la mayor parte de su área de distribución. «La aplicación de excepciones para autorizar el control letal es un instrumento posible y legítimo y los Estados miembros pueden considerar la posibilidad de utilizarlo para complementar las otras medidas de gestión», asegura el documento, que también añade que «no parece haber pruebas sólidas de la eficacia del uso del control letal para reducir la depredación».

En todo caso, Europa recuerda que para autorizar el control letal del cánido tienen que darse uno o varios motivos del artículo 16 de la Directiva Hábitat. Esta establece que solo se puede matar lobos con el fin de proteger la fauna y la flora silvestres, para evitar daños graves a los cultivos y al ganado, en beneficio de la salud y la seguridad públicas, para favorecer la investigación y para permitir, «en condiciones de riguroso control, con criterio selectivo y de forma limitada, la toma o posesión de un número limitado por las autoridades nacionales», reza el documento.

Infinitas justificaciones

Ahora bien, en la nueva guía se deja claro que en caso de querer matar lobos por que están atacando al ganado «debe demostrarse la probabilidad de que se produzcan daños graves que excedan los riesgos empresariales normales y también debe haber pruebas que justifiquen que cualquier método de control letal empleado es efectivo, proporcionado y sostenible». Es decir, que se puede recurrir a esta justificación «para liminar lobos susceptibles de provocar niveles elevados de depredación del ganado a pesar de la correcta aplicación de medidas de prevención».

Pero es que, además, la Comisión incluye otras dos condiciones que deben darse para poder autorizar este control letal. La primera, que no exista ninguna otra solución satisfactoria, lo que implica que como primera opción siempre deben considerarse métodos preventivos y no letales. La segunda, que la excepción no perjudique el mantenimiento, en un estado de conservación favorable, de las poblaciones. Para ello, se exige una evaluación de las posibles repercusiones de esta medida para la población de lobos afectada y también que la decisión se sustente en conocimientos exactos de la población de lobos y de sus tendencias. Con todas estas aclaraciones la Comisión Europea quiere dejar claro que el control letal de lobos no es una medida para paliar los ataques al ganado. 

Necesidad de asesoramiento y posibilidad de ayudas 

La carta de los dos comisarios europeos incide en la idea de que las políticas de conservación del lobo desarrolladas en los últimos años han permitido la recuperación de esta especie. Por eso, insiste en la necesidad de tomar las medidas adecuadas para gestionar los conflictos de coexistencia que pueda generar el animal, tanto preventivas como de compensación. Eso precisa de inversiones «a muchos niveles, para dar información y educación, prevenir los ataques al ganado y compensarlos, dar asistencia técnica y conseguir involucrar a todos los interesados en esta cuestión», reza el documento. Para ello, Europa seguirá ofreciendo ayudas a través de programas como el Life, el Feader  o el Interreg. 

La Comisión considera complicado recopilar datos coherentes y fiables sobre las depredaciones que sufre el ganado y concluye que «aunque el impacto global de la depredación del lobo en el sector ganadero de la UE es insignificante, la depredación de ovejas que pastan sin protección podrían ser significativa para una explotación individual y ejerce una presión y una carga adicionales sobre los operadores afectados». Por eso propone una serie de medidas que ayuden a hacer más llevadera esa coexistencia.

La primera pasa por establecer pagos compensatorios, que deben abonarse tras comprobar que las pérdidas del ganado son debidas a la depredación de los lobos, y que deben garantizar que la compensación es justa y que el beneficiario la perciba rápidamente. Una medida que no considera sostenible a largo plazo a menos que se combine con otras. Por eso la Comisión apuesta, sobre todo, por poner en marcha acciones preventivas y de asistencia técnica. La experiencia, añade esta entidad, muestra la importancia y la eficacia de diversas medidas de protección del ganado, como las cercas, el pastoreo, los perros guardianes o los dispositivos acústicos o visuales de disuasión. La eficacia de estas medidas, insiste la Comisión, va a depender de que los operadores las apliquen correctamente y por eso recomienda poner a su disposición los recursos suficientes, así como un asesoramiento técnicos. También propone proporcionar información objetiva sobre el lobo y sobre cómo minimizar los conflictos.

Para sufragar todos estos programas, Europa cuenta con el programa Life, que puede subvencionar actividades de demostración y el ensayo de soluciones, la formación de veterinarios y guardas forestales o campañas de comunicación e información. El Feader, otro de los programas destinados a financiar medidas preventivas, prevé el financiamiento de la adquisición de vallas o perros guardianes, así como los costes de alimentación y veterinarios de los canes o los costes de mano de obra para desplazar las vallas protectoras, entre otras cuestiones como el asesoramiento individualizado a las granjas. 

La guía propone también como una solución a los conflictos que este animal ocasiona con los ganaderos, la redacción de planes de gestión, que deberán elaborarse «sobre la base de la mejor información disponible sobre el estado de conservación y las tendencias de la especie». También destaca la importancia de que en la redacción de estos documentos participen activamente todas las partes implicadas.