¿Cómo se puede limitar la transmisión de la bacteria de la fiebre Q?

E. G. B. REDACCION

ASTURIAS

Cabras
Cabras

El grupo de investigación de Salud Animal del Serida recomienda, entre otras prácticas, aislar a los animales que han abortado y evitar los partos fuera de las explotaciones

06 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida), cuyo grupo de investigación de Salud Animal ha elaborado el primer estudio realizado en Asturias sobre la fiebre Q, recomienda una serie de medidas de prevención y control en las explotaciones ganaderas para limitar los riesgos de transmisión de la bacteria Coxiella burnetii, que es la que provoca esta enfermedad de la que la semana pasada se diagnosticaban una decena de casos en Asturias.

Del estudio realizado en Asturias sobre la fiebre Q, una enfermedad transmitida de los animales -principalmente ovejas y cabras, como ha ocurrido en este último foco- a las personas, se obtuvieron una serie de resultados como por ejemplo que la vía de contagio más importante es la inhalación de aerosoles contaminados procedentes de establecimientos donde se manejan animales, a través del polvo contaminado por tejidos planetarios, líquidos del partido y heces de animales infectados.

En este sentido, la infección por la bacteria provoca abortos en el ganado ovino y caprino, coincidiendo ahora en primavera la época de partos, mientras que en ganado vacuno está asociada a infertilidad y mamitis. Como el tratamiento antibiótico no es eficaz y la vacunación es una opción que protege a los animales frente al aborto, pero no elimina totalmente la excreción de la bacteria al medio, desde el Serida se aconsejan medidas de bioseguridad como evitar la salida del estiércol de la explotación ganadera para ser utilizado como abono antes de tener la completa seguridad de que la bacteria se encuentra inactivada, es decir, un mes como mínimo después de los partos.

Otra de las medidas preventivas es realizar labores de limpieza y desinfección de las instalaciones con productos que inactiven la bacteria, evitar los partos fuera de las instalaciones y, en todo caso, retirar y destruir de inmediato los restos de fetos y placentas, aislando a los animales que han abortado.

También es importante evitar las visitas de personas ajenas a las explotaciones y, de hecho, se recomienda que no tengan lugar en ningún caso. Otra buena práctica para evitar la propagación de la bacteria que causa la fiebre Q es el uso de guantes, botas y ropa que se utilicen en exclusiva dentro de la explotación.

En el estudio, que dio como resultado también que la bacteria de la fiebre Q estaba presente prácticamente en toda Asturias dada la dispersión de las cabañas ganaderas, participaron, aparte del Serida, los grupos de investigación de Sanidad Animal del Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario (Neiker) y de Salud Pública del Servicio de Epidemiología de Salud Pública de Bizkaia y del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), con el apoyo del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III.