Chus Fernández y Luis Pastor, dos profetas del deporte fuera de su tierra

Marcos Gutiérrez ASTURIAS

ASTURIAS

Luis Pastor y Chus Fernández en el Campeonato de España FEDDI 2022, que tuvo lugar en Madrid los días 5 y 6 de mayo
Luis Pastor y Chus Fernández en el Campeonato de España FEDDI 2022, que tuvo lugar en Madrid los días 5 y 6 de mayo

Estos atletas adaptados forman parte de la élite nacional en sus categorías. El 25 y 26 de Junio, en Gijón, participarán en el Campeonato Nacional. Pese a sus logros, el apoyo que reciben por parte de las administraciones en Asturias es inexistente

14 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La de los atletas adaptados asturianos Chus Fernández y Luis Pastor es la historia de dos personas cuya vida no ha sido nunca sencilla, ni mucho menos. Sin embargo, la manera en la que ambos han afrontado, y lo siguen haciendo, los obstáculos que el día a día les impone debería de servir como ejemplo para todos nosotros. En el ámbito deportivo tienen el reconocimiento y admiración de sus familias, amigos, compañeros de trabajo y entrenamiento. El de las administraciones regionales y locales asturianas es, por desgracia, inexistente.

El 25 y 26 de Junio las instalaciones de Las Mestas, en Gijón, serán la sede del Campeonato Nacional de Atletismo Adaptado, que convoca a los mejores atletas de 4 federaciones en varias disciplinas: fondo, velocidad, salto, longitud y lanzamientos, entre otras disciplinas. El grupo paralímpico está compuesto por 4 federaciones a nivel nacional: parálisis cerebral, sensoriales, motóricos (amputaciones y otras limitaciones físicas) e intelectuales FEDDI. En esta última se engloban Chus Fernández y Luis Pastor, fondista y velocista respectivamente. De esta competición saldrán las marcas para las representaciones europeas y mundiales, así como nuestros internacionales en los Juegos Paralímpicos de París 2024.

De ahí «la importancia de esta cita», resalta Verónica Miranda, madre de Luis Pastor. Considera que es «necesario dar visibilidad a estos atletas», para proporcionarles el reconocimiento que merecen y, quizás, «los apoyos de los que tanto carecen».

Capacidad de superación

Los últimos dos años no han sido sencillos para ambos. «Los dos pasaron el confinamiento entrenando en casa», explica. Mientras que su ciclo espartano de trabajo-entrenamiento-competición es «algo que a un normalizado que no practique deporte le puede parecer extraordinario, para ellos es parte de su rutina».

«Son gente a la que le cuesta mucho coger una dinámica, pero cuando lo hacen la convierten en rutina», abunda Verónica Miranda. Resalta que en lo peor de la pandemia «Luis podía estar perfectamente una hora subiendo y bajando escaleras, haciendo press banca con las garrafas de ocho litros y Chus corriendo por la azotea». Pese a todo, en esos duros meses pudieron mantener la «conexión con los amigos a través de los entrenamientos online». Supuso, en definitiva, «una desventaja por un lado, pero por otro una motivación extra». Y es que estamos hablando de atletas que «no pueden dejar de hacer deporte ni cuando están lesionados».

Chus Fernández trabaja en la Lavandería del Hospital Universitario Central de Asturias. Compagina su labor profesional con los entrenamientos en Langreo, para luego competir a nivel Nacional con el Club Bertako de Euskadi. Ya ha sido 12 veces internacional y cuenta con un palmarés al alcance de muy pocos atletas nacionales, «incluso normalizados», comenta Verónica Miranda. Pese a sus éxitos «ha tenido que irse del Principado a competir para, al menos, garantizarse las convocatorias».

Luis Pastor, nacido en Oviedo en 1999, trabaja en Leroy Merlín y todos los días entrena con un club normalizado, el Gijón Atletismo. Para poder acudir a los nacionales sale todo de su bolsillo, desde los desplazamientos hasta la ropa de entrenamiento. Ha sido 4 veces seleccionado por España y es el único asturiano compitiendo en la convocatoria nacional por Asturias como independiente. Este año consiguió la última calle en la final de 400 metros lisos junto a olímpicos e internacionales.

Sufre un trastorno neurobiológico de nacimiento que le afecta en su desarrollo motor, cognitivo y ritmo de aprendizaje. Esto, sin embargo, no ha sido un obstáculo para encontrar un importantísimo aliciente en el deporte y, de paso, convertirse en una de las promesas asturianas del atletismo adaptado. Un ejemplo de superación constante y sacrificio, tanto en la vida como en el deporte.

Luis Pastor, en los instantes previos a la salida de una carrera en el último Campeonato de España FEDDI
Luis Pastor, en los instantes previos a la salida de una carrera en el último Campeonato de España FEDDI

Su madre resalta que estos deportistas desarrollan una «progresión diferente a los normalizados», en el sentido de que «su carrera empieza a los veinte, explotan a los 25 y siguen su progresión hasta los 50». Para ellos el atletismo es «una vía de escape» a través de la que pueden «canalizar la actividad».

Invisibles para la administración

Pese a que nos estamos refiriendo a dos deportistas asturianos que forman parte de la élite nacional en sus respectivas disciplinas, por desgracia se les puede aplicar el refrán de que nadie es profeta en su tierra. «Chus lo ha ganado todo a nivel nacional. Ha hecho media maratón, 5.000, 10.000, estuvo en Australia, ganó medalla en Rusia… es una pasada… pero compite para el Club Bertako de Javi Conde en Bilbao», apunta Verónica Miranda.

Luis Pastor participa en todos los campeonatos representando a Asturias. Eso sí, como independiente. Su madre muchas veces bromea con él diciéndole que ha conseguido «algo que ni Don Pelayo logró, que Asturias sea independiente». Son conscientes de que hay «varios atletas con discapacidad intelectual entrenando en otros clubes normalizados en Oviedo, Gijón o las Cuencas», apunta Miranda. El problema al que se enfrentan es que «no tienen el nivel o el acceso, porque tú de las mínimas, convocatorias o campeonatos no te enteras si no estás en el circuito».

Por otra parte, pese a que cuentan con un gran soporte «en casa, por parte de los amigos, compañeros de trabajo y entrenamiento», desde las administraciones locales y regionales no disponen de «ningún tipo de apoyo a nivel logístico o económico».

«A Chus sí le pagan al estar federado con un club potente las dietas de transporte, las equipaciones y los alojamientos… pero, claro, en Bilbao. Yo soy la madre de Luis y voy de técnica delegada de club a los campeonatos de España, porque no hay ningún entrenador que se dedique a la diversidad, ni ningún club normalizado con sección de discapacidad a día de hoy» lamenta Verónica Miranda.

Es, simple y llanamente, «un problema de la administración, de reconocimiento y visibilidad». Mientras que en otras comunidades «existe una beca de apoyo a los atletas individuales, que les proporciona una subvención anual para la que presentas tus marcas y ellos ya deciden si te dan un 20, 30 u 80%», en el Principado «no hay nada y he hablado con todo el mundo».

Como se puede imaginar, sufragar una carrera como la de Luis Pastor no es, en absoluto, barato. De hecho, supone de media «1.400 euros por campeonato a nivel nacional para un atleta con acompañante, y es que tienen que ir con otra persona pues deben estar con un delegado deportivo».

El alojamiento para dos personas, comida, transporte, ropa y calzado de entrenamiento y competición, mochilas, inscripciones y licencias federativas, entre otras cosas, representa un verdadero quebradero de cabeza económico. No obstante, Miranda insiste en que «el problema no es tanto el económico, que también», ya que «Chus y Luis trabajan los dos» y, por lo menos, «pueden pagarse de su bolsillo los desplazamientos».

Para ella la verdadera tristeza la provoca el sentirse invisibles para los que tienen capacidad de decisión en Asturias, que no proporcionan a los deportistas con discapacidad ningún tipo de soporte.  

A modo ilustrativo comenta que el entrenador de Luis, Rubén Velasco, «es el preparador de la selección española de atletismo con parálisis cerebral y de los adaptados motóricos». «De ese hombre tampoco habla nadie y lleva toda una vida entregado a los deportistas con discapacidad. Este fin de semana se trajo dos oros para España de Venecia. No te digo que les pongan una calle, pero por lo menos que se les de visibilidad», relata.

Sin ir más lejos, en unos días al propio Chus Fernández se le va a homenajear en Basauri, a 270 kilómetros de su hogar, en el que no se le proporciona «ni una puñetera camiseta», por parte de la administración.

La semana pasada ambos compitieron en Madrid y esperan con ganas la convocatoria de Gijón que saldrá próximamente, pues «para ellos supone un aliciente que sea en casa», admite Verónica Miranda.