«Trabajo en un mazo del siglo XVIII»

María Guntín
María Guntín A FONSAGRADA / LA VOZ

ASTURIAS

Friedrich es uno de los últimos herreros en activo que hay en España
Friedrich es uno de los últimos herreros en activo que hay en España MANUEL

Friedrich Bramsteidl tiene la suerte de levantarse a diario para trabajar en uno de los últimos mazos hidráulicos que funcionan en Europa. Allí elabora sus piezas, pero también ofrece visitas guiadas y talleres

25 may 2022 . Actualizado a las 16:34 h.

El taller de Friedrich Bramsteidl se esconde entre montañas y valles, en esa frontera natural que delimita Galicia y Asturias, en la zona más oriental de la provincia de Lugo. Allí, en la aldea de Mazonovo (Santa Eulalia de Oscos), se conserva uno de los últimos mazos hidráulicos que funcionan en Europa.

En este rincón escondido en el occidente asturiano, en el interior del conjunto etnográfico, trabaja este herrero, que nació en Austria pero lleva más de 15 años en Santa Eulalia. ¿Cómo llegó hasta aquí? Se preguntará usted. La respuestas es buena prueba de las sorpresas que alberga a veces el futuro. Acudió a un encuentro internacional de ferreiros, donde supo de la existencia de este complejo. «Trabajar en un mazo hidráulico, recuperar un taller del siglo XVIII, ha sido para mí todo un sueño», cuenta Friedrich.

Museo y «oficina»

El mazo, que lleva el nombre de la aldea en la que se ubica, es a la vez museo y centro de trabajo. Oferta visitas para los turistas, que pueden gozar de ver en directo la tradicional manera de trabajar del austríaco. Su rutina deleita a cualquiera, y es la siguiente. Por las mañanas, enciende la fragua, que alcanza los 1.000 grados centígrados, y empieza entonces a elaborar encargos o piezas que vende en el propio mazo. Cuando llega la hora de las visitas o de los talleres, el mismo Friedrich ofrece las entradas para después pasar al interior del conjunto etnográfico. Tradicionalmente, los tochos de hierro se transformaban en láminas tras pasar por la fragua. Posteriormente la pieza se estira sobre el suelo, con ayuda de unas tenazas, y se moldea, gracias a un martillo. Un clavo se hace en cinco minutos, pero una sartén conlleva dos días de trabajo a fondo. Si hablamos de cerraduras, o elementos más complejos, los tiempos varían.

Lo que aquí ocurre podría definirse como una clase magistral de historia. Un viaje a tiempos en los que de lo que se hacía en el mazo vivían varias familias, literal y económicamente hablando. Se turnaban para usar el mazo parte del día, y después acudían a la fragua, entonces situada en la cuadra, para terminar el trabajo y acabar de pulir las piezas. La industria del hierro tuvo una gran importancia en el noroeste peninsular, por ello el Mazo do Mazonovo ha sido rehabilitado, como homenaje, conservando la estructura original. De aquí se exportaba material a la comarca de A Fonsagrada, pero también a otras zonas de Galicia y Asturias.

Friedrich elabora, en el Mazo de Mazonovo, piezas de hierro bajo encargo
Friedrich elabora, en el Mazo de Mazonovo, piezas de hierro bajo encargo MANUEL

Ganador de un premio nacional

Friedrich Bramsteidl fue el ganador de la categoría Premio Promociona para Entidades Privadas —que forma parte del fallo del Premio Nacional de Artesanía— en el año 2020 por su trabajo en el Conjunto Etnográfico de Mazonovo.

Divulgación

El austríaco también se centra en difundir la historia del mazo.

Piezas únicas

Friedrich realiza, bajo encargo, piezas de hierro a gusto del visitante.