Los expertos creen que la invasión se ha estabilizado mientras mejoran los métodos para terminar con las colmenas, como los 'torpedos' de precisión
03 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Asturias está un verano más en guardia en la lucha contra la avispa asiática, una especie foránea que se detectó en la región a mediados de 2014 y que se fue extendiendo de forma muy preocupante durante varios años. Las medidas impulsadas desde la administración del Principado y desde los Ayuntamientos, así como la concienciación de la población asturiana de colaborar en la colocación de trampas, están contribuyendo a evitar que la velutina vaya a más. Así, según el experto en avispa asiática Juan Prado, parece que la invasión de esta especie «se ha estabilizado», aunque ni mucho menos resta importancia a la colonización que continúa realizando. Y es que señala que, si bien este año el ciclo de la velutina se ha retrasado, en las últimas semanas están apareciendo numerosos nidos embrionarios.
En concreto, Prado cifra en «dos o tres» los nidos que se encarga de eliminar cada día y, añade, que sólo en el municipio de Villaviciosa ya ha quitado y registrado unos 120. A estos añade los que eliminar los vecinos por su cuenta y que no registran. «Están surgiendo muchos nidos y lo que notamos es que están retrasados en el crecimiento porque todavía son pequeños cuando otros años a estas alturas ya eran mucho mayores», explica el experto.
La eliminación de nidos cuando estos aún están compuestos por la reina y unas 20 o 30 avispas es una labor importante en el camino para erradicar a las velutinas de la región, un proceso que aún se prevé largo puesto que aún son miles los nidos que se destruyen cada verano. En la temporada de 2021 se eliminaron unos 9.000, una cifra similar a la del año anterior, razón por la cual Juan Prado coincide en la valoración de otros expertos de que «la invasión se ha estabilizado». A este respecto, el mismo ve importante señalar cómo han evolucionado los métodos de eliminación de nidos: «ahora es más fácil y se utiliza menos veneno», un aspecto muy relevante, según indica, para evitar que los insecticidas y productos químicos que se utilizan lleguen a la cadena atrófica.
El experto expone que en las primeras temporadas de lucha contra la velutina se podía llegar a utilizar medio litro de insecticida para destruir un solo nido. «Eso ha cambiado y ahora inyectamos un chorro de spray o con una escopeta de perdigón lanzamos medio centímetro cúbico de veneno», precisa Prado, que considera que los perdigones han sido «un gran descubrimiento» porque con muy poca cantidad de insecticida, el nido muere. «No es tan rápido como el spray, que es más inmediato, pero el nido acaba desapareciendo porque les metes el veneno dentro».
Una vez se ataca un nido de velutina, el experto se encarga de comprobar en días sucesivos que éste deja de tener actividad: «miramos si entran o no avispas y si dejan de tener actividad, la estructura del nido se deteriora muy rápido y se ve roto».
No obstante, el mismo incide en que la preocupación ahora es detectar los nidos embrionarios porque «son nidos pequeños que hacen en el entorno humano para protegerse de la lluvia y el viento» y son los que pueden ocasionar problemas a la población. «Son los nidos que más picaduras ocasionan a las personas», comenta Juan Prado, que recomienda a la ciudadanía tener precaución cuando realizan desbroces o tareas de mantenimiento en casas, hórreos o construcciones para aperos porque es donde suelen estar los nidos. «Pican para defender el nido y si perciben golpes o ruido, van a por ti», apostilla.
El torpedo velutina
En los años de trabajo en la lucha contra la avispa asiática, Juan Prado ha ido probando diferentes sistemas, como por ejemplo, la utilización de una caña de pescar en la que se habían colocado palillos untados con veneno. A raíz de esa idea, el experto ha diseñado el torpedo velutina, un pequeño artilugio que puede suponer una revolución en el control y erradicación de esta especie invasora puesto que con un simple pinchazo al nido con ese torpedo que contiene una pequeña cantidad de insecticida, «acabas con el nido», asegura Prado.