El sueldo «in crescendo» de los ingenieros: «Hay subidas laborales cada cierto tiempo»

X. Menéndez REDACCIÓN

ASTURIAS

Pablo Castellanos, ingeniero de Telecomunicaciones con trabajo en Madrid
Pablo Castellanos, ingeniero de Telecomunicaciones con trabajo en Madrid

Jesús Puerta y Pablo Castellano, dos jóvenes ingenieros de la Universidad de Oviedo, hablan sobre sus optimistas perspectivas de futuro

22 oct 2022 . Actualizado a las 16:27 h.

A la hora de escoger estudios universitarios, además de los gustos personales, se debe tener en cuenta la salida laboral, si emigrar será necesario para desempeñar tu carrera laboral y, por supuesto, la cuestión económica. Con una inflación disparada, en medio de una crisis mundial, el salario, más que nunca, debe tenerse en cuenta antes de elegir profesión. En ese sentido, los ingenieros están recogiendo la recompensa de los años de esfuerzo durante la universidad para sacar la carrera. En casi todas las ingenierías no es solo que las empresas demanden trabajadores e incluso los vayan a buscar a las universidades, es que cada vez más las condiciones mejoran y los sueldos base aumentan progresivamente en función de la experiencia, del tiempo en la empresa y los objetivos cumplidos. Sin embargo, el salario de los ingenieros en España sigue siendo muy inferior respecto a Estados Unidos u otros países europeos. La Voz de Asturias habla con Jesús Puerta, graduado en ingeniería electrónica industrial y automática, y con Pablo Castellano, ingeniero de telecomunicaciones, para que cuenten su experiencia durante sus primeros años en el mercado laboral.

Jesús Puerta: «Cuando ves la realidad de la gente de mi edad, me siento un privilegiado aunque es verdad que hay mucho esfuerzo para llegar aquí y conseguirlo»

Jesús Puerta tiene 25 años y es originario de Valladolid, aunque reside en Asturias desde que comenzó la carrera de ingeniería electrónica industrial y automática en la Universidad de Oviedo. Puerta se ha especializado en la robótica. Terminó sus estudios universitarios el pasado 2020 y, después de un periodo de tiempo en prácticas, consiguió trabajo en el que ahora es su puesto indefinido. 

Actualmente cobra el salario por el convenio que regula el sueldo de los ingenieros. Su expectativa es que aumente, que «con los años vaya in crescendo». A pesar de ello, «ahora ya es un buen sueldo», asegura Puerta, que prefiere no decir una cifra exacta. «En ese sentido, cuando ves la realidad de la gente de mi edad, me siento un privilegiado aunque es verdad que hay mucho esfuerzo para llegar aquí y conseguirlo», señala sobre el arduo esfuerzo durante los años de estudios. 

El caso de Puerta es especial dentro de lo que son las ingenierías. Nunca, a lo largo de su grado, ha acudido a una academia en busca de apoyo externo. Tras conseguir sacar la carrera por su cuenta y muchas horas, decidió no cursar un máster, una salida que casi es obligatoria en algunos casos para la especialización. «Estoy bastante en contra, desde siempre, de los másters. Creo que en esta carrera, si lo aprovechas bien y te buscas la vida por tu cuenta». Por ejemplo, Puerta invirtió muchas horas en vídeos de Youtube y páginas webs en las que enseñaban los conocimientos que se le atravesaban. Hoy en día, con el teléfono móvil, tienes una herramienta que te permite aprender y hacer de todo. 

Su intención es permanecer en Asturias durante años. «La empresa en la que trabajo está creciendo y el sector está demandando muchos profesionales cualificados con mis titulaciones. Ahora mismo el plan es continuar en Asturias y seguir adquiriendo experiencia». 

Pablo Castellanos: «Para un ingeniero de Telecomunicaciones Madrid ofrece muchas más posibilidades»

Pablo Castellanos, ingeniero de Telecomunicaciones con trabajo en Madrid
Pablo Castellanos, ingeniero de Telecomunicaciones con trabajo en Madrid

Pablo Castellanos tiene 24 años y actualmente reside en Madrid por motivos de trabajo. Estudió ingeniería de las telecomunicaciones en la Universidad de Oviedo, una de las carreras con más empleabilidad los años posteriores. El pasado noviembre presentó el TFG y solicitó trabajo en Indra, una de las empresas punteras del sector. «A los pocos días me llamaron y en enero comencé a trabajar». Los primeros seis meses en contrato de prácticas, a partir de julio está fijo en su puesto. 

Castellanos explica que uno de los aspectos más complicados de la carrera es la adaptación a un nuevo ritmo de estudio nunca visto durante el instituto y bachillerato. «El primer año suele ser el más complicado, llegar a un lugar nuevo y tienes que adaptarte». «Personalmente, los años más difíciles fueron el segundo y el tercero, es donde se cursa las asignaturas más difíciles». 

Uno de sus condicionantes a la hora de escoger estudio fue su futura salida al mercado laboral. «Yo tenía claro que quería hacer una ingeniería, pero no sabía cuál. Hablé con un familiar que había realizado la misma carrera y le iba muy bien. Es una carrera que recomiendo especialmente si te gusta el mundo de las telecomunicaciones. Es verdad que una vez empieces hay que ponerse en serio, no es una carrera fácil, pero con todos los avances tecnológicos las telecomunicaciones están en todos los sectores y estos profesionales son necesarios». 

La rama de las telecomunicaciones tiene mucha salida y los ingenieros son demandados en el mercado. «Sobre todo en Madrid, hay ofertas todos los días. En Asturias es más complicado, pero aquí hay muchas oportunidades en las telecomunicaciones», afirma Castellanos. 

Un ingeniero de las telecomunicaciones sin experiencia, durante su primer año, puede cobrar alrededor de los 23.000. En función de que pasa el tiempo en la empresa y se cumplan objetivos, el salario aumenta paulatinamente. «Depende del convenio de la empresa, hay subidas laborales cada cierto tiempo», puede ser seis meses o años.

Además de su trabajo, Castellanos continúa con su formación. Actualmente cursa un máster en la Universidad de Cataluña a distancia, que le permite compaginar su trabajo y seguir formándose en un sector tan cambiante como el de las telecomunicaciones.  

 El plan de Castellanos es «estar otro par de años en Madrid, coger más experiencia en empresas de renombre e intentar encontrar algún trabajo telemático que me permita estar más tiempo en Asturias». Echa de menos su casa, Madrid está bien pero el ritmo de vida es un poco caótico. «No estoy acostumbrado y prefiero la vida de Asturias», asegura Castellanos.