Una asturiana con esquizofrenia paranoide: «A los 20 años mi cabeza empezó a echar chispas: sentía que me perseguían»

Carmen Liedo REDACCION

ASTURIAS

Elena Iglesias Alonso
Elena Iglesias Alonso

«Lo más difícil es reconocer que tienes una enfermedad mental», asegura Elena Iglesias, que recomienda a quienes padezcan problemas de salud mental que pidan ayuda a especialistas y a asociaciones. «Mi vida se empezó a normalizar cuando lo hice», dice

08 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Elena Iglesias Alonso habla abiertamente y con serenidad del trastorno mental que padece: esquizofrenia paranoide. Lo hace después de haberlo pasado mal durante años e, incluso, de haber tocado fondo dejando de comprar, de comer, de asearse y tras varios intentos de suicidio. «Lo más difícil es reconocer que tienes una enfermedad mental», manifiesta sosegadamente y a la vez con ánimo y disposición de ayudar a quienes se puedan ver actualmente en una situación.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la esquizofrenia afecta a una de cada 300 personas en el mundo. Otro dato que aporta es que más de dos de cada tres personas que padecen psicosis no reciben atención de salud mental especializada, aunque en la web de este organismo también se explica que hoy en día se dispone de una variedad de opciones de atención eficaces para tratar a las personas que padecen esquizofrenia, y que al menos una de cada tres de ellas podrá recuperarse por completo.

Elena tuvo el primer brote de su trastorno en plena juventud. Hasta entonces había sido una chica que estudiaba, con aficiones y que salía con amigos. «A los 20 años mi cabeza empezó a echar chispas: pensaba que me controlaban la mente, sentía que me perseguían, que de la ducha salían cucarachas, que las cosas crujían o creía que tenía que matar al diablo. Pasas mucho miedo», explica Elena Iglesias, que añade que debido a todas esas alucinaciones tuvo varios intentos de suicidio y perdió sus hábitos y sus rutinas. «Me costaba mucho, por ejemplo, ponerme a estudiar», comenta.

Cuando sus padres faltaron en 2011 fue otro momento inmensamente complicado para Elena. «Me sentí totalmente sola, tanto que dejé de comer, de asearme, no salía ni para comprar… Y cuando te diagnostican algo así, los amigos se van», señala, aunque también dice que entiende «a quienes eran mis amigos».

En un momento dado, decidió pedir ayuda a Afesa, la Asociación de Familiares y Personas con Enfermedad Mental de Asturias, y al centro de salud mental al que había recurrido en otras ocasiones. «Pedí ayuda con más ímpetu y me valió mucho: empecé a manejar medicación, a comprar, a cocinar, a llevar la casa. Mi vida se empezó a normalizar», cuenta Elena Iglesias, que añade que en ese proceso de mejora en la que la impulsaron al pensamiento de «sí se puede» decidió formar parte de la Red Estatal de Mujeres de Salud Mental, encontrando en la participación en ese colectivo nuevas motivaciones para seguir adelante: «A las mujeres se nos ponen más trabas, y mi obsesión es que las mujeres sean lo más autónomas posible».

«Me siento útil para que otras personas no caigan al pozo»

Reconoce que le ayudan mucho las charlas y conversaciones que mantiene en el seno de ese colectivo porque ve que «la verdadera fuerza está en el diálogo y en la unión, en compartir opiniones». «Cuando murieron mis padres en 2011 toqué fondo. Me vi sola en una casa, pero tuve que coger las riendas de mi vida y la salida fue pedir ayuda y hablar mucho con una persona de Afesa que venía a casa una vez a la semana a darme un empujón», relata Iglesias.

Ahora cuenta con una persona que acude tres veces por semana, «me orienta y me invita a salir», y eso admite que le sirve mucho, al igual que colaborar y participar en la Red Estatal de Mujeres: «Me ocupa tiempo y me siento útil ayudando a los demás para que otras personas no caigan al pozo». Eso le hace sentir bien, al igual que el hecho de que «hace mucho tiempo que no ingreso en psiquiatría, que no estoy encerrada en un hospital».

Con la experiencia de haber pasado por muchos momentos diferentes desde que a los 20 años tuvo el primer brote de esquizofrenia paranoide hasta los 46 que tiene actualmente, Elena Iglesias recomienda a cualquier persona que tenga una enfermedad mental que, aunque les cueste hablarlo, «que vayan a un especialista lo primero, que acudan a un centro de salud mental, que recurran a las asociaciones, porque trabajan contigo para que seas autónomo», traslada Elena Iglesias, que lanza el mensaje positivo de que «si se comparten las cosas que te pasan, seguro que habrá una solución».

Por lo mismo, a todas aquellas personas que tengan pensamientos o ideas relacionadas con el suicidio, las insta «a que llamen al 024, porque hay profesionales, te van a escuchar y vas a sacar todo lo que tienes dentro». «Yo no quiero que nadie se vea como yo me he visto, así que les animo a tirar para adelante, de todo se aprende y hay que vivir la vida», concluye, reclamando también a la sociedad que no estigmatice a quienes tienen una enfermedad mental.