Belén Bermejo y David Buchanan, 'refugiados climáticos': «El clima fue determinante para mudarnos a Asturias»

Luis Fernández
Luis Fernández REDACCIÓN

ASTURIAS

Belén Bermejo y David Buchanan
Belén Bermejo y David Buchanan

Ella de Madrid y él de Nueva Zelanda, decidieron cambiar el «ajetreo» de la capital de España por «un sitio ideal en el que la lluvia y la temperatura es relativamente estable»

04 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Si hace un par de décadas alguien hubiese defendido que el clima de Asturias atraería a los turistas e, incluso, a nuevos residentes, probablemente sería objetivo de mofa y risa. Por aquel entonces, las lluvias eran mucho más frecuentes en el Principado, en el resto de España las temperaturas no apretaban como lo hacen ahora y el cambio climático ya era conocido pero sus efectos todavía no condicionaban tanto el día a día de la ciudadanía. Pero todo eso ha cambiado, especialmente en verano. El mapa del tiempo (con la excepción de una semana en julio) mostró durante este último periodo estival un panorama asfixiante, con los termómetros rozando los 40 grados en casi todo el país, salvo el islote de Asturias y Cantabria. El nuevo récord de turistas demuestra que cada vez son más las personas que se acercan al Principado en busca de calidad de vida y de esa climatología más benévola. Y también hay quien ha decidido que ese viaje no sea solo para hacer una visita, sino para quedarse. Es el caso de Belén Bermejo y David Buchanan, una pareja que asegura que: «El clima fue determinante para mudarnos a vivir aquí».

Ella tiene 44 años y es de Madrid. Él tiene 48 años y es de Nueva Zelanda. «Estábamos cansados del estilo de vida ajetreado de Madrid, con poco tiempo para descansar y desconectar. También los ruidos, la contaminación y el clima fueron cosas determinantes para mudarnos a Asturias», aseguran. En este último punto, subrayan que la climatología fue «muy importante». «Está claro que el cambio climático está pasando más rápido de lo que pensábamos», apuntan, y añaden que Asturias, «al estar en entre el mar y las montañas», es un sitio «ideal porque la lluvia y la temperatura aquí es relativamente estable, no tiene picos de olas de calor o frío como sucede en otras partes por el cambio climático». Recuerdan, por ejemplo, que Madrid sufrió el temporal Filomena y olas de calor anormales durante este verano.

David señala que el clima en la zona de Nueva Zelanda de la que procede es parecido al de Asturias «en el sentido de que también llueve bastante, pero en invierno hace más frío que aquí». Por su parte, Belén defiende que en Madrid «el clima es bastante más seco que aquí. Con inviernos fríos y veranos muy calurosos». «Cuando era pequeña, recuerdo que había primavera y otoño, ahora casi no existe, especialmente la primavera. Se pasa del frío al calor de repente. El otoño antes duraba un par de meses. Ahora, con suerte, dura unas 3 semanas», afirma.

Referencias de Asturias

La primera vez que estuvieron en Asturias fue en 2010. Estuvieron de vacaciones. Belén tenía referencias de personas que conocía y habían estado aquí. «Todo el mundo hablaba bien de Asturias y yo sabía que a David le iba a encantar por lo verde que es, los paisajes y el clima», señala la madrileña, quien añade que «a David no le gusta el verano, aunque la que lleva peor el calor soy yo».

Desde ese momento, visitaron la región en varias ocasiones y «siempre nos han gustado los sitios que hemos visitado y cómo nos han tratado aquí». Un año después de la mudanza, y una vez instalados en Asturias de forma permanente, aseguran que, en líneas generales, la realidad se ajusta a sus expectativas. «La gente es muy agradable», aseveran.

En cuanto a su situación laboral, Belén explica que ella trabajaba desde casa «así que no cambió nada durante el primer año». Hace poco cambió de trabajo, ahora es empleada en una oficina, y asegura que «no ha sido muy difícil encontrarlo». Eso sí, reconoce que lo ha conseguido gracias a un contacto. Por su parte, David, que es profesor, sostiene que no tuvo ningún problema y «encontré trabajo al poco de ponerme a buscar».

Sus planes de futuro pasan por quedarse a vivir en Asturias, aunque quieren cambiar de aires. Ahora residen en Gijón y su idea es mudarse al campo.

Asturias, refugio climático

El presidente del Principado, Adrián Barbón, se ha referido en varias ocasiones a Asturias como «refugio climático». Ante la pérdida continua de población -los expertos dan por hecho que este año se bajará del millón de habitantes-, la climatología puede ser uno de los grandes reclamos de la región para atraer población.

En esta línea, se posiciona el periodista británico Simon Kuper en un artículo en el Financial Times. Bajo el título «¿Todavía vivirá alguien en el centro de España dentro de 50 años?, Kuper asegura que se pasó un año viviendo en Madrid y viajando por todo el país para tratar de entender España. Su principal conclusión, según señala, es que es «el país más habitable del mundo, aunque más para los extranjeros privilegiados que para el español medio» y concluye que «el cambio climático podría ser particularmente devastador aquí».

Kuper asevera que la principal crisis que se avecina en España es el cambio climático. «El polvo anaranjado en nuestro balcón esta primavera, llegado desde el Sahara, se sintió como un presagio», afirma en su artículo. «Partes de España están en su punto más seco en un milenio. Estoy escribiendo esto junto a un ventilador eléctrico en Madrid, donde las temperaturas han superado los 35 grados durante semanas. Algunas regiones se calientan más de 40 grados, lo que no es habitable», señala.

El periodista considera que, a pesar de esta realidad, el cambio climático no es una prioridad para los españoles, y pronostica que en los próximos años se producirán cambios importantes. «El turismo se trasladará al encantador y fresco norte de España a medida que el calor del verano se transforme de atracción en amenaza», concluye.