Por qué Asturias ha pagado 120.000 euros para reponer con buzos mejillones en un puente sobre el Narcea

L.O.

ASTURIAS

F. Sotomonte

Se trata de una especie única, con increíbles cualidades contra la contaminación, y se han etiquetado los 1.932 ejemplares localizados

03 feb 2023 . Actualizado a las 21:48 h.

Durante siete meses, hasta octubre del año pasado el hundimiento del puente que permite cruzar el río Narcea entre Pravia y Quinzanas despertó mucho malestar entre los vecinos por lo largo de las obras. Y con todo, una vez que se pudo reconstruir la estructuras y las poblaciones pudieron volver a comunicarse por carretera los trabajos estaban aún lejos de finalizar. Bajo el agua, en una labor cuidadosa de la mano de unos buzos fue preciso reponer los mejillones de agua dulce que habitaban en los pilares del puente, una trabajo casi artesanal y que costó casi 120.000 euros, y aún así no es algo que pueda considerarse caro.

Todos los números, los del coste de su reposición y los de la cifra exacta de bivalvos que fueron ubicados (1.932 ejemplares) están recogidos en la respuesta que la Consejería de Medio Rural dio a una pregunta parlamentaria planteada por el diputado del PP Álvaro Queipo. El mejillón de río, margaritifera margaritifera, no es una especia cualquiera sino una singularmente protegida, un molusco muy escaso y la que se cuidó en Asturias es una de las únicas 10 variedades que existen en el mundo. En todo el planeta se considera una bendición su existencia en rías y canales por su portentosa capacidad para filtrar el agua y eliminar la contaminación.

Es por eso que el protocolo de su reposición es estricto. La consejería detalla que el importe total del procedimiento ascendió a 119.321,12 euros, en incluye además del informe sobre los ejemplares localizados «jornadas de traslado, jornadas de devolución a su posición inicial, instalación, fijación, y naturalización de los jaulones, informe relativo al número, marcaje con microchips del 20% de los ejemplares y revisión semanal de las mismas». Todos los 1.932 ejemplares fueron marcados con una etiqueta; la mayoría (1.877) se ubicaron en la orilla derecha y sólo 55 en la margen izquierda. 

«Su presencia en nuestros ríos, además de constituir un indicador de la calidad de las aguas, supone una valiosa fuente de información ambiental ya que esta especie vive hasta 500 años y registra en su concha elementos que pueden servir para conocer la evolución del medio. En su complejo ciclo reproductor, se sirven de salmónidos para madurar en sus branquias, lo que constituye una relación simbiótica que informa sobre la presencia de salmón y trucha en sus cauces», recoge la respuesta parlamentaria, que señala además que se seguirá evolución tras estos trabajos durante un período de cinco años.

¿Son tan valiosos los mejillones de agua dulce? Ciertamente están muy considerados; hace casi dos décadas aparecieron en los canales de Ámsterdam y en el año 2013 las autoridades ya se felicitaban por su contribución a limpiar las aguas de la capital holandesa. Según citaba la agencia Efe, «los mejillones de agua dulce contribuyen a la limpieza de su hábitat consumiendo partículas en suspensión e ingiriendo gran cantidad de algas, llegando a filtrar hasta un litro de agua al día» y los medios locales especulaban con la posibilidad de que el molusco ,del que habían trazado su ruta originaria hasta el río Dniéper (que discurre de Rusia a Ucrania), apuntando que hubiera llegado «por el canal Rin-Meno-Danubio que atraviesa Europa de este a oeste».

El año pasado la revista National Geographic dedicó un reportaje a lo que llamó «apocalipsis de mejillones de agua dulce», con la reducción a la mitad de las especies existentes y lamentando que fuera difícil llamar la atención de la opinión pública sobre la extinción de un animal que no fuera un simpático y peludo mamífero. «Los mejillones son cruciales en sus ecosistemas, ya que limpian las impurezas del agua y crean un refugio para otras especies en sus conchas (una vez se acaban sus vidas, que suelen durar décadas). Aunque los mejillones de agua dulce no son comestibles —son duros y saben mal—, hay pesquerías de mejillones de agua dulce destinados a una industria de botones y perlas que genera varios millones de dólares cada año en Estados Unidos. Es más, los ecólogos estiman que los invertebrados proporcionan millones de dólares en servicios ambientales»; señalaba la revista.