Por qué Defensa niega a Oviedo lo que da a A Coruña: el caso de La Vega

Juan M. Arribas

ASTURIAS

F. Sotomonte

28 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La parcela de la antigua fábrica de armas, el uso que se pueda dar de todo ese espacio incrustado en el corazón de la ciudad, es un viejo anhelo de los ovetenses. Muy esperado y también polémico. Meses atrás se anunció que se había conseguido un complejo acuerdo a tres bandas entre el Principado, el Ayuntamiento de la capital y el Ministerio de Defensa (propietario de los terrenos) para dar todo un giro a la ubicación. Pero el hecho de que las administraciones asturianas tuvieran saldar con el ministerio el intercambio con un pacto que incluye la construcción de viviendas provocó una intensa reacción en varios colectivos de la ciudad.

Más aún cuando hay situación distinta pero paralela en A Coruña donde hay también una antigua fábrica de armas sin actividad, propiedad de Defensa, pero que se cede a la Universidad para desarrollar en su espacio un gran parque tecnológico que acoja a empresas del sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). ¿Por qué en el caso gallego ha habido una sencilla cesión mientras que en el asturiano es necesario compensar al ministerio con 15.000 metros cuadrados para vivienda? La pregunta la ha llevado el diputado de Podemos Daniel Ripa al parlamento autonómico y en su respuesta el ejecutivo asegura que la diferencia se explica principalmente por la ubicación de cada de las fábricas respecto a las urbes donde se encuentran.

«En el caso de Oviedo los terrenos de la fábrica de La Vega forman parte de la trama urbana de la ciudad mientras que en A Coruña se ubica en la periferia sin afectarla», asegura la Consejería. El departamento de Cohesión Territorial señala también que en la ciudad gallega el acuerdo con Defensa pasa por «una cesión parcial, temporal, con el pago del canon pactado» de manera que no se pueden «ejecutar obras de calado» y que pasado el tiempo incluido en el convenio, las instalaciones volverán a manos del ministerio.

Por el contrario, según la respuesta a la pregunta parlamentaria, en Oviedo hay compromiso de todas las partes para «recuperar ordenar y poner en valor sus espacios e instalaciones reintegrándolos en la ciudad mediante su reordenación urbanística y la implementación de un diversificado régimen de usos», entre los que cita zonas verdes, mantenimiento del patrimonio histórico y también un polo de desarrollo económico y tecnológico «que mantenga en el entorno una actividad productiva equivalente a la que anteriormente generaba la fábrica y la implantación de un uso residencial en la zona con un importante porcentaje de vivienda de protección que garantice la actividad urbana en el entorno». 

Y es precisamente ese punto uno de los que más suspicacias vecinales ha despertado al señalar quienes no comparten el proyecto que se abre la puerta a la especulación. 

El protocolo recoge que «la edificabilidad residencial de nueva construcción será de 100.000 metros cuadrados. De esa superficie, el 30% se destinaría a vivienda protegida en compra o en alquiler, y el 70% restante a vivienda libre».

La antigua fábrica de armas tiene una superficie aproximada de 120.000 metros cuadrados. De ellos, se destinarán a vivienda unos 15.000 metros cuadrados. Los 100.000 metros cuadrados edificables a los que se refiere el documento se debe a que son viviendas construidas en altura. Es decir, ocupan menos terreno pero, en función de la altura que se proyecte, se consiguen unos metros construidos u otros. 

Las viviendas que construirá Defensa incluirán «una edificación de altura y arquitectura singular que deberá constituir un referente urbanístico en el entorno cuya ordenación final quedará definida en el instrumento de ordenación urbanística que se tramite», según detalla el protocolo.

La idea recuerda a la impulsada por el arquitecto Santiago Calatrava para los terrenos de El Vasco en 2007. Ese plan finalmente no se llevó a cabo, fundamentalmente por la presión vecinal, que veía en él un planteamiento que no encajaba en la estructura de la ciudad y que incluso taparía las vistas de la torre de La Catedral. El proyecto consistía en tres torres inclinadas de 133 metros de altura cada una (la torre de la catedral mide 70). Cada una de esas torres tendría 39 alturas y se construirían 300 viviendas. El edificio que ahora propone Defensa tendría 25 alturas.