El actual secretario general del partido en Asturias, Álvaro Queipo, podría dirigir una gestora
28 sep 2022 . Actualizado a las 10:51 h.Vuelta a la casilla de salida. A falta de pocos meses para una nueva convocatoria de las urnas, el próximo mes de mayo, el PP de Asturias tendrá que elegir un nuevo equipo en su dirección y cabeza de cartel de cara a los comicios. La dirección nacional, que desde la entronización de Alberto Núñez Feijoo llevaba semanas dando serios avisos, descartó que Teresa Mallada vuelva a repetir como candidata a la presidencia del Principado y tampoco habrá en el medio plazo un congreso regional que lleva años demorándose. El actual secretario general del partido, Álvaro Queipo, gana enteros al poder dirigir una gestora hasta la elección de un nuevo candidato.
«Los candidatos que ganan elecciones, en mi opinión, deben de ser presidentes del partido; con los candidatos que no ganan elecciones, nuestra obligación es medir si podemos mejorar o no los resultados electorales y esto es lo que haremos», explicó Núñez Feijoo a La Voz de Asturias el pasado mes de agosto, para apuntar también que «cuando tengamos alguna propuesta en Asturias, la diremos, siempre hablando con el Partido Popular de Asturias, pero sin renunciar a nuestra responsabilidad como partido nacional».
A lo largo del verano el ambiente interno empezó a estar cada vez más enrarecido, sobre todo tras filtrarse una comida celebrada en Castropol entre Álvaro Queipo y Francisco Álvarez-Cascos, con especulaciones sobre su regreso a PP que, en todo caso, luego fueron descartadas por el propio Feijoo.
Mallada trató de hacerse valer semanas atrás con la difusión de una encuesta interna que la presentaba como ganadora de los próximos comicios asturianos pero el sondeo no convenció a la dirección nacional. Desde el partido en Asturias señalaron esta mañana que no harían declaraciones por el momento sobre la situación que, en todo caso, suma un episodio más a la atribulada historia del partido en la comunidad.
Teresa Mallada fue designada desde Génova como candidata en Asturias pasando por encima de la presidenta orgánica entonces en la comunidad, Mercedes Fernández, que fue apartada del cartel por el equipo de Pablo Casado. Y no fue un proceso pacífico precisamente. La bicefalia con Fernández como presidenta del partido y Mallada como cabeza de lista electoral nunca funcionó y los enfrentamientos fueron constantes llegando a ser públicos. Finalmente y tras meses de tensión, Mercedes Fernández, Cherines, tiró la toalla y aceptó un puesto en el Senado dejando también el control del partido en manos de Mallada.
Sin embargo, y aunque su presidencia estaba plenamente legitimada por la dirección nacional y sin contestación interna, faltaba el requisito formal de un congreso que la ratificara. Cherines fue la primera, y única hasta el momento, presidenta del PP asturiano elegido por el voto directo de los militantes. El congreso en el que debía votarse también así a Mallada fue postergado en varias ocasiones a lo largo de toda la legislatura, retrasado por la pandemia pero también por la conveniencia, esgrimida por la dirección nacional de centrarse en elecciones autonómicas (en Galicia, Cataluña, País Vasco, también Madrid, Andalucía o Castilla y León).