A juicio el repartidor que atropelló mortalmente a un guardia civil en Mieres

La Voz REDACCIÓN

ASTURIAS

El accidente en el que falleció un guardia civil arrollado por una furgoneta
El accidente en el que falleció un guardia civil arrollado por una furgoneta Alberto Morante

La Fiscalía pide un año y tres meses de prisión por un delito de homicidio por imprudencia

28 nov 2022 . Actualizado a las 14:30 h.

La Fiscalía del Principado solicita un año y tres meses de prisión por un delito de homicidio por imprudencia a un repartidor que atropelló mortalmente a un guardia civil, de 47 años, en un control a la salida de un túnel en la Autovía Minera en febrero de 2021, a la altura de Mieres. En el accidente resultaron heridos otros dos agentes y el conductor de un coche que estaba detenido en el dispositivo de vigilancia contra el que se estrelló el acusado.

La Fiscalía también insta a que se prive a este acusado del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores durante cinco años y seis meses, con la pérdida de la vigencia del mismo, y a una multa de 12 meses, con una cuota diaria de 8 euros, con responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago, por los dos delitos de homicidio por imprudencia y por el de lesiones.

El Ministerio Fiscal sostiene que, sobre las 18.25 horas del 1 de febrero de 2021, el acusado, de 50 años, que trabajaba como repartidor de paquetería y conducía una furgoneta modelo Renault Master, que estaba alquilada, entró en un túnel y se despistó cuando buscaba una emisora de radio, por lo que no prestó la atención mínima imprescindible para la conducción.

Por ello, apunta el fiscal, no se percató con la debida antelación de que, a la salida de ese túnel, se había establecido un control de la Guardia Civil, perfectamente señalizado, con conos, que no permitían la circulación por el carril izquierdo, acompañados de una señal de balizamiento indicando la obligación de tomar el carril derecho, mientras que los agentes se encontraban junto a otro turismo, al que habían detenido en el control. Al salir del túnel, el acusado no vio el control con la suficiente antelación como para frenar y aminorar la velocidad para evitar estrellarse contra los vehículos que estaban detenidos y realizó una maniobra de evitación, desviándose por el arcén derecho de la calzada. No obstante, en el arcén se encontraba el agente fallecido que, ante el impacto de la furgoneta que en ese momento rodaba una velocidad estimada de 85 kilómetros por hora, salió despedido por el aire, para luego caer sobre el parabrisas del propio vehículo y terminar atrapado en sus bajos.

Tras arrollar a este guardia civil, el vehículo que conducía el acusado colisionó con el todoterreno Toyota Land Cruiser de la Guardia Civil que, con la violencia del impacto, giró en su posición 180 grados, alcanzando a su vez a un segundo agente, de 48 años, que salió proyectado hacia el arcén izquierdo de la vía. Este agente sufrió lesiones de las que tardó en curar 51 días y le quedó como secuela limitación de extensión del codo derecho, no lo mueve más de 60 grados. La furgoneta siguió avanzando por la inercia de la velocidad que llevaba y atropelló a un tercer agente, de 47 años, que sufrió lesiones de las que tardó en curar 57 días y como secuela le quedó un perjuicio estético escasamente apreciable por ligera desviación nasal.

Por último, el vehículo impactó contra el turismo que había sido parado por los guardias civiles en el control y cuyo conductor se hallaba en su interior, que recibió un golpe y sufrió una ligera crisis de ansiedad, que no precisaron de ningún tipo de asistencia médica para su curación.

En concepto de responsabilidad civil, el Ministerio Fiscal solicita que el acusado abone un total 213.035 para el pago de las indemnizaciones a todos los afectados (132.861 para la pareja del guardia civil fallecido), además del pago al Sespa en concepto de asistencia médica. La vista oral está señalada para mañana, 29 de noviembre, en el Juzgado de lo Penal número 2 de Oviedo, informa Efe.

El accidente en el que falleció un guardia civil arrollado por una furgoneta

Ángel Antonio Ambrosio, un guardia vocacional que participó en misiones en el Líbano

E.R.

Otra tragedia más en Asturias en tan solo un mes. A los dos operarios fallecidos en el puerto de San Isidro se suma la muerte del agente de la Guardia Civil de Tráfico, tras ser atropellado ayer por una furgoneta, mientras participaba en un control de movilidad. Ángel Antonio Ambrosio Barbero, de 47 años y natural de Mieres, formaba parte desde hace una década del Servicio de Seguridad Ciudadana (Usesic) de la Comandancia de Oviedo.  

Tono, conocido así por su entorno, tenía una gran vocación por el servicio público, que heredó de su familia. Su padre Antonio Ambrosio fue Policía Nacional durante 40 años en Mieres y su hermano Hugo Ambrosio, también es agente del cuerpo en el municipio. Desde joven tenía bien claro que quería seguir los pasos de su progenitor. Eso sí, en su caso en la Guardia Civil. Con tan solo 18 años, en 1992, ingresó en el cuerpo y tras un breve paso por Cantabria, llegó a Asturias en 1995 donde prestó sus servicios en los puestos de Mieres y Moreda hasta que en el año 2002 pasó a formar parte de la USECIC.

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