Dos décadas de desapariciones y crímenes sin resolver en Asturias

D.R.

ASTURIAS

Sheila Barrero, asesinada de un disparo en el año 2004. Un crimen que nunca se ha resuelto
Sheila Barrero, asesinada de un disparo en el año 2004. Un crimen que nunca se ha resuelto

Algunos de los casos más llamativos y dramáticos que aún permanecen en la oscuridad para los investigadores

03 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El reciente caso de Sandra Bermejo, la mujer desaparecida recientemente en el Cabo Peñas, es otro de esos casos que desconciertan a los investigadores. Existe, en realidad, un numero de personas desaparecidas en España que desborda a los policías: actualmente, hay 6.000 búsquedas activas en todo el país, un centenar en Asturias, y eso no cuenta los casos antiguos que se archivaron. Las denuncias que se presentan son muchísimas más. En los últimos 20 años, desapariciones y crímenes sin resolver han ocupado centenares de titulares, pero permanecen en la oscuridad.

En cuanto a las desapariciones (voluntarias o no), además de Sandra Bermejo, aún se sigue buscando a Lorena Torre, desaparecida sin rastro en Gijón en 2018; la profesora también gijonesa Yolanda García (2015); el lavianés Cristian Cueli (2013), que acudió a saldar una deuda y luego nunca se volvió a saber de él; María Josefa Carnerero, de 45 años, que en julio de 2018 bajó a buscar helados en el barrio gijonés de Contrueces y se esfumó, o Celestino Puente, de 28 años, desaparecido en 2016.

La mayoría de estos casos se investigan simplemente como desapariciones. Otros son crímenes sin resolver, que traen de cabeza a las fuerzas de seguridad:

El caso Sheila Barrero

Es uno de los más antiguos y aún resulta un misterio, casi dos décadas después. Barrero, de 22 años, apareció con un tiro en la cabeza el 25 de enero de 2004. Buena estudiante de Turismo, trabajadora y llena de vida, completaba sus ingresos trabajando en un pub de Villablino. Salió tarde y decidió volver a Degaña, la localidad familiar. En el camino, alguien detuvo su pequeño coche y le disparó a bocajarro con un calibre pequeño, sin más ni menos violencia. Su propio hermano la encontró sentada en el vehículo. La familia sigue viviendo un terrible luto tras unas investigaciones fallidas y dos sobreseimientos del caso. Nunca se ha detenido al culpable, ni tan siquiera hay pistas, sólo incógnitas y el dolor de su recuerdo.

Jorge Aquilino Llamedo, «Quili»

En la madrugada del 31 de octubre de 2019 el cuerpo de Quili, de 62 años, fue hallado en su vivienda de Tremañes con evidentes signos de violencia. Pocas horas después la Guardia Civil detenía a Alberto Aguirre Abilleira, el único acusado del crimen, amigo y excompañero de celda de su víctima. Una supuesta disputa por dinero habría sido la causa de que, presuntamente, Aguirre lo asesinara, según los investigadores. Pero este siempre lo negó y falleció el año pasado en libertad, de modo que el caso fue archivado.

El crimen de Salesas

En junio de 2017 aparecía el cadáver de José Manuel Fernández, de 59 años, en suelo del cuarto de basuras del edificio de la calle General Elorza junto al centro comercial Salesas, en Oviedo. El portero del inmueble descubrió el cuerpo antes de las siete de la mañana, cuando accedió para dejar los cubos de basura. El hombre era un vecino del edificio. Junto a él, un cuchillo, unas muletas con las que se ayudaba a caminar debido a que tenía una pierna amputada, una caja de cartón acuchillada y el pasador de la correa de un reloj. J. M. F. V mostraba varias heridas de arma blanca y se descartaron la muerte accidental y el suicidio. Toda la superficie del habitáculo estaba cubierta de sangre, según declaró entonces el jefe de la Brigada Científica. Los forenses determinaron que no había signos de lucha: el hombre había recibido sorpresivamente dos puñaladas, de arriba abajo, en pulmón y corazón que le causaron una muerte lenta debido a la hemorragia; es decir, que las heridas no eran mortales de inmediato, si hubiera recibido atención médica. Esto ocurrió entre las 3 y las 4 de la madrugada. existen muchas incógnitas por cerrar: el móvil del crimen, si fue premeditado o casual, cuál fue el arma y, sobre todo, quién lo cometió, puesto que el único sospechoso fue juzgado y absuelto en 2019.

Javier Fernández «el del Clan»

Hace justo veinte años, el joven hostelero Javi el del Clan Irlandés (por el nombre del bar) fue apuñalado en un pub por un hombre que al parecer había ofendido a su esposa. Herido en la arteria femoral, falleció desangrado y en este caso, sí, se supo quién fue su presunto asesino: Roberto Marcos Sánchez. Pero se esfumó. Buscado intensamente por la policía, se había fugado a Costa Rica pero nunca fue detenido y, siete años después, se tuvo noticia de su fallecimiento, aunque estaba bajo una identidad portuguesa falsa. De modo que el caso está cerrado pero quedó sin juicio ni condena para el asesino.

Margarita Piloñeta

Es uno de los casos más brutales sin resolver. En 2006, esta vecina de Riaño de 56 años, peluquera de profesión, recibió una salvaje agresión: le propinaron 47 puñaladas y 20 golpes en la cabeza que acabaron con su vida sin posibilidad de defenderse cuando estaba en su piso. Durante nueve meses, la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de Madrid estuvo investigando el hecho, sin darle demasiada luz. Las hermanas de la víctima acusaron a su hijo del crimen, pero un juicio con jurado lo absolvió y después también fue desestimado un recurso, de modo que el caso quedó archivado. No hubo justicia para Margarita Piloñeta.

 Juan Carlos Roces

El propietario de la cervecería Carvi de Gijón fue apuñalado 19 veces y murió desangrado detrás de la barra, cuando fue encontrado una mañana de marzo de 2010. El asesino tenía llaves, pues había cerrado la puerta cuidadosamente después de cometer el crimen. La policía detuvo en Canarias unos meses después al presunto autor, que ingresó en prisión preventiva y fue juzgado y condenado. Pero el TSJA revocó el fallo y lo absolvió, de modo que la investigación volvió a la casilla de salida.

Daniel Darío Capellán

El promotor musical de origen dominicano Daniel Darío Capellán Castillo, de 44 años, moría a causa de las dos puñaladas infligidas presuntamente por el belga E.N.G.U, novio de su hermana, en Llaranes (Avilés). La víctima y su presunto asesino habían pasado la noche juntos de fiesta en Gijón y posteriormente se trasladaron a Avilés. Cuando ambos se encontraban en el interior de un bar se produjo una discusión que acabó en agresión. Según las primeras investigaciones, «hubo golpes y palos e incluso se utilizaron los tacos de la mesa de billar del bar». E.N.G. salió detrás de Daniel Darío Capellán y, tras coger un cuchillo del establecimiento, le apuñaló mortalmente y huyó a pie con el arma homicida, según confirmaron fuentes policiales. La Policía emitió una orden de detención internacional ante la posibilidad de una fuga al extranjero. Hasta el momento permanece fugado.