Otro retraso en Asturias: termina enero sin que arranque la regasificadora del Musel

L.O.

ASTURIAS

Vistas de la planta Regasificadora de El Musel-Enagás
Vistas de la planta Regasificadora de El Musel-Enagás Jorge Peteiro

El informe sobre el régimen de retribución se eterniza sin solución para la planta en Gijón

02 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La apertura de la regasificadora de El Musel estaba prevista para este mes de enero, pero pasados sus 31 días sigue cerrada. En principio desde las administraciones y desde la empresa propietaria, Enagás, se esperaba que concluyera el último trámite pendiente, la luz verde definitiva de la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia, la CNMC, para arrancar las instalaciones. De hecho el pasado verano, Enagás ya comenzó la formación de la plantilla, alrededor de medio centenar de trabajadores con la perspectiva de empezar con el nuevo año.

A preguntas de La Voz de Asturias, la CNMC señaló que siegue pendiente «la aprobación de la resolución en la que se establecerá el régimen de retribución y acceso de la planta» y también que «este informe se aprobará y publicará próximamente».

Pero el régimen de retribución ya era el ultimo obstáculo pendiente, al menos el señalado desde las administraciones y la compañía el pasado verano, en junio, antes incluso de que comenzara la formación de trabajadores. ¿A qué se debe ese retraso acumulado desde el verano? y ¿qué es el régimen de retribución?

Pues se trata de la manera en la que la infraestructura, una vez comience a funcionar, pague a El Musel, podría hacerlo como almacén o como parte, conectada plenamente a la red de gas. Es un debate que se eterniza por los múltiples cambios de diseño de la obra pero también por razones sin explicar dentro de la CNMC.

Desde su nacimiento la regasificadora arrastra muchos problemas, denuncias en los tribunales por el área en que fue construida, la feroz oposición de grupos ecologistas que paralizaron su puesta en marcha. Con el nuevo Ejecutivo Central y el interés de la Comisión Europea por favorecer la transición energética y la descarbonización, la regasificadora parecía esperar un nuevo destino dentro de los múltiples proyectos que se lanzaban en Asturias sobre el hidrógeno verde. Pero luego estalló la guerra de Ucrania y y una de sus consecuencias por el corte radical del suministro desde Rusia a parte de países de Centroeuropa, siendo Alemania el más afectado.

El continente buscaba una manera de suplirse de gas desde el otro lado del Atlántico, España ya tiene seis regasificadoras operativas, y la séptima de Gijón parecía la oportunidad para convertir a la península ibérica en el gran punto de abastecimiento para el resto e Europa.

Pero en esas otras seis reside una sospecha para el retraso de esta séptima asturiana. Distintas fuentes y un malestar largamente incubado entre la patronal asturiana apuntan a que El Musel se frena desde otras comunidades de la cornisa cantábrica, desde Galicia y País Vasco para eliminar o al menos retrasar sine die un elemento más de competencia.    

La planta, que ocupa una superficie de unas 18 hectáreas en el puerto gijonés y requirió una inversión de 360 millones de euros, tiene una capacidad de almacenamiento de 300.000 metros cúbicos de gas natural licuado (GNL), repartida en dos tanques de 150.000 metros cúbicos cada uno. También cuenta con unas instalaciones de atraque y descarga diseñados para los buques metaneros de hasta 266.000 metros cúbicos, según los datos de Enagás.

El pasado mes de noviembre, el consejero de Industria, Enrique Fernández, afirmó que estaría conectada con el resto de la red gasista una vez que empiece a estar operativa como almacén logístico, en principio pensado en la fecha de enero que no se ha cumplido. «Queremos que entre en marcha con la máxima funcionalidad posible, pero no puede entrar en el sistema ofreciendo servicios que no son necesarios» para señalar que las previsiones eran que un tanque empezara a funcionar en enero y el segundo en abril.

En agosto Enagás afirmó que había iniciado la selección de personal para la planta, 50 profesionales aunque, según decían, adicionalmente generará en torno a 100 empleos  indirectos.

En esa nota la compañía indicaba que el uso logístico de la planta de El Musel podría aportar hasta 8 bcm de capacidad al año de gas natural licuado (GNL) a la seguridad de suministro energético en Europa, con capacidad para descargar y cargar hasta 100 barcos de GNL al año, algo especialmente relevante en el contexto europeo actual de reducción de la dependencia del gas ruso, tal y como contempla el documento europeo REPowerEU. 

La terminal permitirá la descarga de buques de gas natural licuado (GNL) procedentes de diversos países productores y la recarga rápida de barcos hacia diferentes destinos europeos.

La planta de regasificación dispone de una capacidad de almacenamiento de 300.000 m3 de GNL, repartida en dos tanques de 150.000 m3 cada uno. También cuenta con unas instalaciones de atraque y descarga diseñados para los buques metaneros más grandes de mundo, los QMAX, de hasta 266.000 m3.