El drama de Beatriz, con problemas mentales: «Llevo 2 años luchando para que me tratéis. ¿Qué hago con 50 años?»

ASTURIAS

Beatriz Corripio
Beatriz Corripio

Beatriz Corripio asegura sentirse desatendida por la sanidad pública al llevar cuatro años con medicamentos para la salud mental sin que ningún médico haya supervisado su caso debido a la falta de psiquiatras en los centros médicos de Asturias

18 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Un año y 180 días es lo que ha estado Beatriz Corripio de baja, debido a «la mala gestión de la sanidad, que me ha costado el despido del sitio donde llevaba trabajando 20 años». Beatriz solicitó la baja en noviembre de 2019 debido a un problema de estrés laboral, que unido a problemas familiares la incapacitaron para trabajar. Unos problemas que la sanidad, según Beatriz, se han agravado «por la cantidad de medicamentos que he tomado, sin que ningún médico lo supervise debido al tiempo de espera que hay para la especialidad de salud mental». Beatriz pide una solución y asegura que «los pacientes de psiquiatría estamos solos en esto».

Beatriz, residente en Gijón de 50 años, trabajaba como técnico de farmacia desde hacía 20 años en el mismo lugar. En noviembre de 2019 el estrés laboral y una situación familiar complicada hicieron que pidiera la baja, «había hecho mal encargos, di mal dos recetas, no me acordaba de las cosas. Notaba que me estaba pasando algo. Fue mi propia jefa la que me dijo que me cogiera unos días de baja». Beatriz acudió a su médica de cabecera quien le otorgó la baja y le recetó Lexatin y antidepresivos. Después de un mes de baja, Beatriz sentía que las cosas seguían igual, por lo que en enero de 2020 decidió volver al centro de salud. «A mí me estaba pasando algo. Ya no podía ser el estrés porque llevaba un mes y medio de baja. Se lo comenté a mi médica y me dijo que podía ser por la medicación. Me pidió hora con el neurólogo y con salud mental».

El 16 de junio Beatriz acudió por primera vez a la consulta de psiquiatría, dónde le aumentaron la dosis de medicación, «me aseguró que me harían un seguimiento, pero la siguiente cita me la dio para diciembre».  En neurología le realizaron unos test que no consiguió superar, además, «me dijeron que era muy joven para tomar todo lo que estaba tomando. Me dijo que me realizarían unas pruebas en el HUCA, una punción lumbar, una prueba en medicina nuclear y un genotipo de ADN, para descartar un principio de alzhéimer».

Beatriz destaca que su deterioro cognitivo comenzó a agravarse en este tiempo y las dudas empezaron a asaltarla, «cómo es posible que yo que empecé con una tontería de baja por estrés y ahora esté teniendo síntomas que no tenía. Me empecé a desorientar, tenía pérdidas de memorias, iba con el coche por mi barrio y me perdía por calles, ni siquiera reconocía los bares». Cuando llega diciembre, mes en el que el psiquiatra debía revisar la medicación, a Beatriz le llega una carta posponiendo su cita hasta marzo de 2021. «Cuando acudo a psiquiatría en marzo, casi un año después de que me hubieran recetado la medicación, me encuentro con que no hay psiquiatra, era una psicóloga clínica, para que le contase cómo iba. Ella no podía regular la medicación. Además, me seguían diciendo que no estaba para trabajar».

Cuando Beatriz cumplió un año y 180 días de baja, el tribunal de la Seguridad Social solicitó su reincorporación al trabajo. Tras dos meses trabajando en la farmacia en la que llevaba 20 años, «me llaman al despacho. Mi jefa me dice que no estaba para trabajar cara al público y que no me podía tener en un puesto de esa responsabilidad. Me echan con un despido de ineptitud sobrevenida». Un despido que Beatriz asegura hará que le vuelva a costar trabajo conseguir otro empleo. 

«Llevo dos años luchando para que me tratéis, para que me miréis, para que me dejéis ir a trabajar tranquilamente. ¿Qué hago con 50 años? Con esta receta y el despido de ineptitud tengo aún más complicado conseguir trabajo», denuncia la paciente. Una situación que cree es culpa de la mala gestión de la sanidad y del poco control que han tenido sobre su medicación, como consecuencia de la falta de contratación de personal sanitario. «Hubiera sido muy fácil si en noviembre de 2019 me quedo de baja, la médica de cabecera me manda a salud mental y el psiquiatra me ve y me manda al psicólogo o a una terapia. Sin embargo, cuatro años después sigo tomando la medicación, sin ningún tipo de seguimiento, únicamente mi medica de cabecera me la regula voluntariamente. Aún no me ha visto el psiquiatra y hasta marzo no lo hará. Esto no se puede dejar ni solo, ni de golpe».

Beatriz asegura que la gente con problemas mentales está sola y que todo se debe a una falta de personal sanitario en el ámbito de la salud mental, por lo que solicita al Gobierno de Asturias una mejor gestión de la sanidad pública. Además, está convencida de que «hay dinero, pero se va en la mala administración, la mala gerencia y en los recortes», y denuncia que «recortar en sanidad es un genocidio. Es normal que los médicos se vayan porque no dan abasto. ¿Hace cuánto no veíamos a sanitarios exigir sus derechos? Es algo increíble. Hay que tenerlos bien cuidados porque luego son los que nos van a atender cuando estemos enfermos. Y esto es cosa de todos».