Tendrá 14 metros de altura y protegerá el edificio del antiguo museo del calamar gigante, destruido por los temporales en 2014, que se rehabilitará como centro deportivo y cultural
22 mar 2023 . Actualizado a las 20:04 h.Escalar sobre el mar Cantábrico. O al menos con las impresionantes vistas de un lugar privilegiado como son los espigones del muelle nuevo de Luarca, bajo los acantilados de la península del Focicón. Ese es uno de los objetivos del proyecto con el que el Gobierno asturiano, en colaboración con el Ayuntamiento de Valdés, quiere rehabilitar el edificio del antiguo museo del calamar gigante para transformarlo en un complejo de usos múltiples con un impresionante rocódromo de 14 metros de altura en uno de sus laterales que además lo proteja frente a futuros temporales. Un proyecto «ambicioso e ilusionante», según el alcalde Valdés, Óscar Pérez, que también acondicionará otros espacios para actividades culturales en las tres plantas del edificio y que aspira a situar a Luarca en el circuito de las competiciones internacionales de escalada deportiva.
«Quitar ruinas del casco urbano y dar soluciones creativas a los problemas enquistados siempre es una prioridad», señala el alcalde, en referencia al Aula del Mar del Cepesma que en su día albergó la mayor colección de calamares gigantes y que quedó destruido durante los temporales de 2014, trasladándose finalmente a un nuevo emplazamiento en Luarca en 2022. Con este proyecto se busca precisamente dar una solución estructural definitiva al edificio ante futuros temporales.
El año pasado el ayuntamiento daba un primer paso para rehabilitar el espacio, situado en el entorno de las faldas del conjunto histórico de la Atalaya, encargando un mural de 16 por 10 metros en la fachada del edificio con la imagen de Severo Ochoa, Premio Nobel en 1959 y natural de Luarca, a la asociación Art For Dent, que visualiza la enfermedad del mismo nombre. Ahora se da un paso más con la proyección de un centro de usos múltiples que estará recubierto por un caparazón exterior de hormigón armado de 3,5 metros de grosor con forma de rocódromo, que imita la textura de la piedra natural.
Defensas costeras
«El rocódromo quedará homologado para realizar competiciones internacionales de escalada y cursos de formación tanto de los cuerpos de seguridad y bomberos como de profesionales que trabajan en altura», indica el alcalde de Valdés, que explica que el proyecto está dando sus primeros pasos, con la previsión de que las obras puedan comenzar a finales de 2025: «Ahora nos ponemos manos a la obra para redactar el plan de ejecución y aumentar las defensas costeras en forma de bloques de hormigón».
El edificio, además, dispondrá de una sala de conferencias de 80 metros cuadrados en el primer piso, un espacio de exposiciones de 105 metros cuadrados y locales de ensayo y grabación de grupos musicales con una superficie de 104 metros cuadrados. La inversión prevista es de unos 700.000 euros y se espera conseguir fondos europeos al tratarse de un proyecto que se enmarca en la adaptación de los puertos frente al cambio climático.
«Es una instalación con un impacto trasversal. Supone un paso más en la dotación de recursos formativos que se suma a la oferta de Formación Profesional, el conservatorio o la escuela oficial de idiomas. Turísticamente nos da la posibilidad de organizar eventos deportivos que hagan crecer la ya nutrida oferta anual en el concejo, además de recibir a visitantes que quieran ponerse a prueba en un escenario idílico», añade el concejal de Turismo, Cultura y Deporte, Ismael González.