No todo es dinero: las razones de los trabajadores de la sanidad pública para protestar en Asturias

Elena G. Bandera
E. G. Bandera REDACCION

ASTURIAS

Asistentes a la manifestación convocada en Gijón por la Asociación de Trabajadorxs Asturianxs de Sanidad para protestar por las condiciones de trabajo
Asistentes a la manifestación convocada en Gijón por la Asociación de Trabajadorxs Asturianxs de Sanidad para protestar por las condiciones de trabajo Eloy Alonso | EFE

«Preferimos que se priorice contratar a profesionales y que se nos reduzca la carga laboral; es un beneficio para nosotros y para los pacientes y usuarios», aseguran en la asociación que reivindica que se mejoren las condiciones laborales en todas las categorías sanitarias

28 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La lista de espera para la unidad del dolor en Asturias es de un año y medio. Y es solo uno de los ejemplos entre las pruebas diagnósticas, no ya solo intervenciones quirúrgicas, que acumulan meses de espera en la sanidad pública de Asturias. «Una persona que tiene un dolor es derivada a la unidad del dolor porque otros especialistas no se lo han podido controlar y tiene que estar un año y medio tirando como pueda. Es algo muy visual», considera Jorge Pérez, coportavoz de la Asociación de Trabajadorxs Asturianxos de Sanidad, que el pasado sábado reunía a unos 6.000 manifestantes en Gijón para reivindicar una gestión más eficiente de los recursos humanos en el Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) que redunde en mejores condiciones laborales y libere de la «sobrecarga» actual a los trabajadores sanitarios. «Tiene que haber más equilibrio, no puedes estar abriendo hospitales enormes pero que están vacíos e infrautilizados porque no hay profesionales suficientes para atender a los pacientes y que, encima, los pocos que tienes, por la sobrecarga de trabajo, se terminen yendo», sopesa Pérez, que señala que esta semana tienen previsto solicitar una reunión con el presidente asturiano, Adrián Barbón, para que escuche de primera mano sus reivindicaciones.

«El descontento con las condiciones laborales sigue y lo que estamos es intentando visibilizar la situación tanto a los sindicatos -que rubricaron el pacto sanitario- como a la población para que entiendan y comprendan que cuando no tienen cita en el centro de salud hasta dentro de 10 días, o van a un hospital y tardan 12 horas en ser atendidos o 24 horas en subir a una habitación, es por algo y explicarles el por qué», dice Pérez. «Lo que nadie explica es que no hay estabilidad laboral en esos profesionales si se les contrata unos meses y, cuando por ejemplo se reduce la lista de espera, se les echa a la calle. No es una cuestión de que no se pague lo suficiente, es que las condiciones laborales no son las óptimas. Si se mejoran, los profesionales van a trabajar mejor, tendrán más tiempo para atender a los pacientes y estos no sentirán que se les está despachando».

Ratios muy por encima de la europea

De ahí que las principales reivindicaciones de esta asociación  no pasen por mejoras económicas, sino por contratar a más personal: «No queremos que nos paguen más, sino que contraten, que podamos tener compañeros que nos sustituyan, que podamos atender a los pacientes y que no se puedan tolerar las ratios que tenemos». Pérez, que es enfermero, recuerda las agendas de 60 pacientes al día en atención primaria. Incluso rozando los 70 cuando la ratio europea son 30 pacientes. «Un enfermero en el hospital debería atender a entre seis y ocho pacientes, esa es la ratio europea, pero en las mejores situaciones está llevando a 14». En los picos de gripe o cuando se cierra una planta en verano y se doblan habitaciones en otras, «se dan situaciones en las que puedes tener a 28 pacientes a tu cargo y rezar para que no pase nada: si tienes el doble, el triple o hasta cuatro veces más de pacientes no puedes garantizar la misma atención».

En esta asociación, en la que se da voz a las reivindicaciones de trabajadores sanitarios de todas las categorías, se temen que la mejora de las condiciones económicas conseguida -que supondrá un incremento en los complementos salariales de 23 millones de euros- en el pacto sanitario implique la contraprestación de aumentar la carga de trabajo. «Todo lo que llevan pactando hasta ahora se supone que lo hacen a título de todos los trabajadores, pero sin embargo están beneficiando a los mismos de siempre. Y sabemos que esas mejoras, por decirlo de alguna manera, exigen una contraprestación y estamos en una situación actual con un deterioro tan sumamente importante que, aunque nos paguen más, no podemos asumir las condiciones laborales que tenemos», explica Pérez.

Las áreas sanitarias periféricas, aún peor

En ATAS se entiende que los recursos económicos para hacer frente a las contrataciones que harían falta son limitados, pero «hay que trabajar con esos recursos y preferimos que ese dinero se reparta entre más personas, que se priorice contratar a profesionales y que se nos reduzca la carga laboral: preferimos eso porque si hay más profesionales la atención sanitaria será mejor y es un beneficio para nosotros y para los pacientes y usuarios». La asociación ha elaborado un documento de necesidades y carencias que han hecho llegar a los sindicatos y a las gerencias de las ocho áreas sanitarias de Asturias, en las que las periféricas se encuentran según dicen en peores condiciones. «Son áreas deficitarias. Ya lo eran y ahora mucho más. No son atractivas para los profesionales por la cuestión de la estabilidad laboral. No puedes estar viviendo en Oviedo y que te llamen para un contrato de dos días en Cangas del Narcea. Y que luego te cesen y te llamen para otro de tres días», dice Pérez, poniendo como ejemplo de esta situación de inestabilidad laboral los más de 20 folios que ocupa su vida laboral cuando solo ha trabajado para el Sespa.

«Durante la pandemia hubo más recursos y se hicieron contratos, es cierto que la carga asistencial era mayor pero se vio que el sistema funciona mejor cuando hay estabilidad laboral que cuando estás contratando continuamente a una persona y la estás cambiando de sitio», apunta. No pasa por alto, en todo caso, que la situación actual, dado el déficit de profesionales, no es la misma que hace décadas. «Ahora la gente joven ya exige una cierta estabilidad y no aguanta estas jornadas, antes si no aceptabas tú, lo hacía el siguiente. Nosotros estamos en una situación laboral tan deteriorada que no admitimos que se nos pague más por seguir haciendo el mismo trabajo o hacer más, que es lo que nos tememos que pasará con el tiempo, aparte del problema que supone el recambio profesional ante las jubilaciones».

Pruebas diagnósticas por la tarde para reducir listas de espera

Otro motivo para pedir que se prioricen las contrataciones es que permitirían sacarle partido a los recursos materiales de los centros hospitalarios. «Los profesionales solo atienden por la mañana pero a lo mejor si tienes unas listas de espera importantes para hacer ciertas pruebas diagnósticas tienes que empezar a poner más profesionales por la tarde o incluso por la noche», considera Pérez, que explica que realizar esas contrataciones para ampliar el servicio por las tardes para reducir las listas de espera debería ser prioritaria antes que enviar a pacientes a la privada.

«Cuando derivas pacientes a la privada lo que estás haciendo es desmantelar los servicios en las áreas sanitarias y, sobre todo en las periféricas». Pone el ejemplo de Mieres, en donde existe un número importante de derivaciones de Urología, que tiene una lista de espera considerable, a Cruz Roja en Gijón. En Mieres, en esta especialidad, debería haber tres profesionales y dos están de baja laboral desde hace tiempo «sin que la gerencia haya tomado una solución».

En ATAS, donde no se plantean una huelga -«en servicios mínimos seríamos más profesionales y eso ya da una idea de que estamos por debajo de la plantilla que deberíamos ser»-, también consideran fundamental que se gestionen correctamente los recursos humanos. Por ejemplo, para que no se den situaciones como que «siete profesionales atiendan a cinco pacientes en una planta determinada y, la versión contraria, que estén solo dos para atender a 28 pacientes». La gestión, insiste Pérez, es muy importante. «Hay centros sobredimensionados en los cargos de gestión y especialmente en los centros hospitalarios grandes. Entendemos que tiene que haber gestores, pero no puede ser más que personas trabajando con los pacientes e igual hay que reducir el número. La situación empeora y a la vista está que la gestión no es efectiva al no solucionar el problema de los profesionales y los pacientes», señala.