Daniel García mezcla copla asturiana y taxi con mucho arte desde Pola de Lena: «Estoy cumpliendo un sueño»

ASTURIAS

Imagen del primer álbum de Daniel García, El Taxista Coplero, llamado «La copla por bandera».
Imagen del primer álbum de Daniel García, El Taxista Coplero, llamado «La copla por bandera».

Daniel García, ya conocido artísticamente como 'El Taxista Coplero' continúa conjugando sus dos pasiones y prepara un futuro álbum con el que se ha lanzado a componer

25 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El taxi más famoso de Asturias sigue rodando, ahora por Pola de Lena, más alejado del epicentro turístico que un día lo encumbró desde los lagos de Covadonga. Daniel García García (Palacio, parroquia de Felgueras) no suele pasar desapercibido. «La gente me conoz» dice él, «gústame mucho el trato con la gente y por eso soy un personaje popular». Pero además del don de gentes, hay mucho más. No solo se trata de haber sido siempre el taxista más joven de la parada tanto en Cangas de Onís como en La Pola desde que empezase esta andadura con su gran taxi de ocho plazas, o ser de los pocos chóferes que lo hace por vocación. Es su arte para cantar copla asturiana lo que hace que a García hoy se le reconozca como 'El Taxista Coplero', un nombre artístico del que al principio renegaba y al que ha acabado sucumbiendo como inseparable.

Durante los dos primeros años de profesión, recorrió los Picos de Europa junto a turistas provenientes de todos los rincones del mundo, haciendo de su visita al camposanto de la asturianía una verdadera experiencia marcada por la tradición regional, al entonar para los visitantes las coplas más famosas de sus principales referentes: Vicente Díaz, Manolo Escobar… El idioma daba igual: «hacía de guía hasta con ingleses o alemanes, me arreglaba con el traductor». 

Una época que puede contabilizar en anécdotas, a cada cual más inverosímil. «Un día tuve que ponerme a darle un masaje al cliente en el gemelo, porque estaba tan tenso mientras bajábamos de los lagos que apretaba su propio pie como si quisiera frenar él y se le subió. Yo cantaba para relajar un poco el asunto pero…», relata. También recuerda entre la timidez y la incertidumbre cómo acabó llenando su taxi de turistas chinos en una ocasión para subir a toda prisa a Covadonga. «Entre que no me entendían nada y veían que me saludaba todo el mundo, pues imagínate». 

Con tanto viaje y tanto canto, el salto a la fama acabaría por llegar. «Vinieron a entrevistarme de Antena 3 y después siguió todo lo demás». Apariciones en los programas de folclore de la TPA (como Cantadera o Romandela), reportajes protagonizados en exclusiva, bolos y actuaciones en las múltiples romerías asturianas… Hasta club de fans incluido. Y todo con palabras de agradecimiento y la misma ilusión conservada años después. «Yo estoy donde estoy ahora mismo por el público, son ellos los que te hacen seguir pa’lante». 

Con sus orígenes por bandera

Tampoco se olvida de cuáles son sus orígenes ni de su parroquia de Felgueras, que se lo ha «dado todo», ya que en muchos fines de semana en los que visita algún concejo en el que actúa, llena su taxi de todos los vecinos que se ofrezcan a viajar y conocer sitios nuevos, y les invita a comer. «Sobre todo intento invitar a gente de mi pueblo y gente mayor que disfrute saliendo de Pola», explica. 

Las raíces son una de las cosas más importantes para García porque sabe que su vocación coplera nació en casa, por imitación de su madre y de su abuelo. «Desde nenu desde chiquitín siempre cantaba mucho en casa con mi güelu», recuerda. Sin embargo, sabe que la artista mayúscula era su madre, quien falleció muy joven y a la que dedica uno de sus próximos lanzamientos, la canción «Amores en el mundo». «A ella también le pedían ir a cantar a alguna verbena, pero se quedó embarazada de mí y lo tuvo que dejar, fue quien me lo inculcó», cuenta Daniel. Por eso, echando la vista atrás, siente que ha cumplido dos sueños: el suyo y el de su madre. 

A medida que fue creciendo, García fue trasladando la copla allá por donde fue hasta llegar al taxi. Durante nueve años trabajó en el mundo de la hostelería, donde «ya cantaba detrás de la barra». De deleitar a los clientes en los bares pasó a vivir experiencias que nunca imaginaba que sucederían, como conocer a su gran ídolo, Vicente García. «Nos hicimos amigos y me invitó a la presentación del segundo disco, me regaló canciones…Es increíble», recuerda. 

Sin tocar techo

Ahora, aunque haya separado un poco sus dos pasiones, el taxi y la copla, sigue disfrutando de ambas por igual. De hecho, García atendió a este periódico con las manos al volante de uno de sus coches, como aficionado al motor que es, además de su especial admiración por el taxi. «Siendo chófer rural imagínate lo que te encuentras; yo hago de psicólogo, de amigo, ayudo a hacer gestiones del banco a alguna persona mayor...». 

Fuera del coche y como «culo inquieto» que se define, ha comenzado a profesionalizar su relación con la música al recibir clases de canto desde la pandemia. Y de la mano de los compositores, Alfonso Díaz y Pepín Robles, comienza a hacer canciones propias. «Lo que yo hago y recupero del mundo de la copla ye de calidad porque no lo haz nadie», razona. Con su segundo y último álbum, La puerta del paraíso, el coplero consiguió vender 2.000 discos. «Eso en 2022 no es poca cosa», argumenta.

Mientras trabaja en su próximo lanzamiento que se está cociendo a fuego lento, sin fecha lanzamiento ni prisas, García no tiene pensado parar ni tocar techo. «Yo no frené todavía, una persona emprendedora nunca va a dejar de de hacer cosas», explica. Este verano lo demostrará con todas las citas que ya tiene por las verbenas asturianas: Valdés, Oviedo, Mieres, Cangas de Narcea... Y un largo ecétera. Cuando es preguntado por su futuro y se para a divagar, no descarta nada, ni siquiera intentar participar en algún reality televisivo musical como La Voz. Y es que después de un rato, llega a la conclusión de que su principal deseo sería ser reconocido en «España entera». «Que me recordaran»zanja. En definitiva, El Taxista Coplero todavía tiene cante para rato.