Locales comerciales como viviendas: «Es el futuro para los que están muertos»

ASTURIAS

JL Cereijido

Katia Domingo, presidenta de la Asociación de Inmobiliarias de Asturias, señala que aproximadamente el 30% de los bajos que gestionan podrían convertirse en un domicilio

31 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Una segunda vida para aquellos locales comerciales asturianos que llevan tiempo en desuso. Muchos de ellos podrían convertirse en una vivienda si cumplen varios requisitos referentes a las normas de habitabilidad, normas urbanísticas y código técnico de edificación. Una transformación que no todos los bajos pueden llevar a cabo, pero sí algunos de ellos. Según explica la presidenta de la Asociación de Inmobiliarias de Asturias, Katia Domingo, aproximadamente el 30% de los bajos comerciales que gestionan podrían convertirse en un domicilio. Se trata de una práctica «algo desconocida», pero que durante el último año ha generado cierto interés en varias partes de Asturias, concretamente en Gijón.

Tanto Domingo como el arquitecto Javier Vizoso, encargado de llevar a cabo este tipo de proyectos, entre otros, coinciden en que «es el futuro para aquellos locales comerciales que estén muertos». Se trataría de bajos que estén situados en zonas de baja influencia comercial y para los que la demanda no es excesivamente alta. «Lejos de las principales calles comerciales hay muchos que llevan tiempo en desuso. La venta o el alquiler no es fácil y esta es una solución muy interesante», comenta Katia Domingo.

¿Cómo se puede convertir un local comercial en una vivienda?

Adecuar un bajo comercial en una vivienda no es una tarea sencilla, sobre todo en lo referido a los trámites burocráticas que la parte interesada tiene que llevar a cabo. Un proceso de petición de licencias y desarrollo del proyecto que en algunos casos, explica Domingo, podría dilatarse al menos un año. «Esta es una práctica que se da más en Gijón que en otras partes de Asturias porque el ayuntamiento ha ido adecuando muy bien las normas para ponerlo todo más fácil», indica la presidenta de la Asociación de Inmobiliarias.

Para que un local comercial llegue a contar con una licencia de vivienda es necesario que cumpla varios requisitos. Son hasta tres normativas las que hay que tener en cuenta a la hora de adentrarse en un proyecto del estilo. Por un lado, el cumplimiento de la normativa de habitabilidad, además de las normas urbanísticas de cada ayuntamiento y del código técnico de edificación. Entre los criterios principales que rigen este proceso se encuentra que el local comercial en cuestión tiene que estar elevado hasta 1,2 metros por encima de la rasante de referencia, en este caso el pavimento de la calle. «Es un requisito que acaba limitando mucho», asegura Katia Domingo.

Además, una vez elevado el bajo del nivel de la rasante de referencia, la distancia del suelo resultante hasta el techo debe ser de 2,5 metros. Es decir, para plantearse un cambio de este estilo en un bajo comercial la altura entre el suelo y el techo debería ser en primera instancia de unos 4 metros aproximadamente. Asimismo, explica Domingo, «la entrada a la vivienda tiene que ser a través de un portal», por lo que tampoco serviría que la entrada principal sea desde la propia calle: «Para ello es necesario que el local colinde con un bloque de edificios y contar con el apoyo de los vecinos por unanimidad para hacer una entrada en el portal».

Sin embargo, de no darse este último requisito tampoco sería un impedimento para finalizar el cambio de local a vivienda. «En el caso de que el bajo sea amplio podría hacerse un portal dentro del propio local», asegura Domingo. Aunque para ello lo conveniente es que entonces el local tuviera una dimensión, al menos, de 100 metros cuadrados. Además, la normativa indica que la vivienda resultante de la transformación del local comercial no puede ser menor a 50 metros cuadrados. También debe cumplir con varios criterios de ventilación, ya que además de contar con una salida hacia la calle -la cual podría ser el escaparate- también debe tener al menos otra hacia la parte trasera, ya que tan solo se permite la habitabilidad en los primeros 80 metros desde el primer ventanal.

Se trata de una práctica, coinciden los expertos, que poco a poco está generando interés en varias zonas asturianas y que ya lleva tiempo ejerciéndose en comunidades como Madrid. «La rama comercial de los locales fuera de las principales zonas comerciales cada vez es menor, por lo que este tipo de solución es muy interesante, tanto para darle una segunda vida al bajo como para ampliar la oferta de vivienda en la zona», explican.