Cabo Busto, una paradisíaca atalaya al Cantábrico al lado de Ribadeo, en la entrada a Galicia: para descubrir

La Voz RIBADEO / LA VOZ

ASTURIAS

J.A.

A los pies de los imponentes acantilados del occidente asturiano se han originado playas y calas, muchas de las cuales solo son accesibles por el mar

20 oct 2023 . Actualizado a las 13:56 h.

En el ayuntamiento asturiano de Valdés, a cuarenta minutos en coche de Ribadeo por la autovía del Cantábrico, se encuentra el Cabo Busto, uno de esos rincones que son secretos a voces por su sobrecogedora belleza. Pero estando a un paso de Galicia, para muchos sigue siendo desconocido. Son imponentes acantilados, en una atalaya sobre el mar Cantábrico que permiten ver la costa del occidente asturiano y asistir a impactantes atardeceres. Declarado Paisaje Protegido de la Costa Occidental del Principado de Asturias, el Cabo Busto está incluido en la Red Natura 2000. Una senda permite recorrerlo y disfrutarlo, deteniéndose en sus miradores. Es ideal para una visita sin prisa, para degustar los detalles y el mar rompiendo a los pies modelando el paisaje.

J.A.

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La vertiente natural está formada por rocas muy resistentes a la erosión, cuarcitas con algún interestrato pizarroso de la era Cámbrica (hasta 550 millones de años). En las zonas con rocas menos resistentes se han originado playas y calas del entorno del cabo, buena parte de las cuales solo son accesibles por el mar. Ese es otro de los atractivos, que agranda el misterio del lugar. 

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El perfil de la costa, la plataforma marina y los vientos dominantes, hacen que el cabo y su entorno actúe como un embudo que atrae el paso de aves marinas migratorias en verano y, sobre todo, en otoño, cuando se pueden observar volando hacia el oeste, hacia las zonas de invernada en la costa atlántica del norte de África, miles de alcatraces, pardelas, págalos, charranes, gaviotas...

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Otra singularidad es que a siete millas de distancia se localiza un valle submarino, el Cañón de Avilés, uno de los más profundos del mundo con simas de casi 5.000 metros.  Ello hace que el lugar sea paso frecuente de cetáceos en busca de alimento. Lógicamente, desde el Cabo Busto son difíciles de ver, pero en las calas han varado desde delfines a marsopas y otros cetáceos.

El Cabo Busto, a un paso de Galicia, es una visita más que recomendable que brinda el Occidente asturiano.