Óliver, Foro y el pacto antitransfuguismo

F. S.

ASTURIAS

12 oct 2023 . Actualizado a las 08:31 h.

Óliver Suárez, el concejal díscolo de Vox en Gijón, que se resiste a las graves desavenencias que han roto el acuerdo de gobierno con Foro es toda una bendición para la alcaldesa, Carmen Moriyón. Con su voto tiene resueltos en buena medida los problemas de la legislatura, tiene los números para sacar los presupuestos y además puede presentarse ante el electorado como la regidora que se alejó de la extrema derecha: «La ciudad no experimentará un retroceso de libertades», dijo en la ruptura.

Todavía el martes el presidente de Vox Asturias, el también diputado José María Fidalgo, no se lo acababa de creer e ingenuamente declaraba a la televisión autonómica que no valoraban por el momento acciones contra Óliver Suárez, ni sanciones ni expulsión y, según citó la TPA, Figaredo sólo indicó que «que no pactarán nunca con el PSOE y que Vox está centrando en desenmascarar a la alcaldesa de Gijón». 

Pero al final fue él mismo es el que dejó el partido, y cayéndose de su guindo particular, your own personal guindo, afirmó que Vox es «un partido que ha cambiado profundamente, que no es el que yo conocí, aquel donde cabíamos todo, liberales, conservadores… eran los tiempos del sentido común. Ahora son los tiempos del ordeno y mando».

Quizá por algún sortilegio, por arte de magia, Óliver Suárez que se presentó a las elecciones en la lista de un partido de extrema derecha dejará de ser de extrema derecha saliendo del partido. De momento y por lo que pudiera pasar, el edil ha borrado los mensajes y su cuenta entera en la red social X, que antes era Twitter y sobre su perfil ya sólo aparece que tal cuenta no existe.

Sí lo consideran un tránsfuga de hecho los ediles socialistas en la oposición que piden explicaciones a la alcaldesa. Más allá del debate político de la semana, lo cierto es que Foro Asturias, del que Carmen Moriyón es presidenta, es uno de los partidos firmantes del Pacto Antitransfuguismo, al que se incorporó en el año 2020.

El acuerdo define tránsfuga como «los y las representantes locales, autonómicos y estatales que, traicionando al sujeto político (partidos políticos, coaliciones o agrupaciones de electores) que los y las presentó a las correspondientes elecciones, hayan abandonado el mismo, hayan sido expulsados o se aparten del criterio fijado por sus órganos competentes» y también «la persona electa por una candidatura promovida por una coalición, si abandona, se separa de la disciplina o es expulsada del partido político coaligado que propuso su incorporación en la candidatura, aunque recale en otro partido o espacio de la coalición, sin el consentimiento o tolerancia del partido que originariamente lo propuso».

 Lo cierto es que el pacto estalló por los aires a nivel nacional cuando el PP se apoyó en dos diputados de UPN para tratar de desbaratar la reforma laboral pese a que el partido navarro iba a apoyarla. La reforma salió adelante por un error en el voto del diputado popular Alberto Casero. Y aún así, aunque el PP haya roto el acuerdo este pacto incluye unas medidas contra los tránsfugas.

Entre ellas no gozar del derecho de los grupos conforme a los reglamentos de cada administración ni recibir las mismas asignaciones que un grupo formalmente constituido, «no podrán mejorar su situación anterior al abandono del grupo político de origen en cuanto a su participación en las Comisiones» y tampoco «podrán participar en la Junta de Portavoces ni en las mesas de las cámaras, que sólo puede ser constituida por portavoces y representantes de los grupos políticos».

Todo es igual porque Moriyón confirmó en la tarde de este miércoles que mantendría a Suárez al frente de Divertia y aseguró que no veía «ningún impedimento ni legal ni ético» para hacerlo.