Barbón eleva el tono de su protesta: «Mañueco no debería ser cómplice ni rehén de un vicepresidente ultra»

Jose Coto OVIEDO

ASTURIAS

El Presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, ofrece una rueda de prensa este lunes, en el marco de la reunión de la Comisión Ejecutiva Autonómica de la FSA-PSOE, en Oviedo (Asturias)
El Presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, ofrece una rueda de prensa este lunes, en el marco de la reunión de la Comisión Ejecutiva Autonómica de la FSA-PSOE, en Oviedo (Asturias) Paco Paredes | EFE

El presidente del Principado asegura sentirse decepcionado con la reacción de su homólogo castellano-leonés

06 nov 2023 . Actualizado a las 22:37 h.

La tensión va en aumento. El tono de crispación crece a medida que se acerca la fecha límite para la investidura de Pedro Sánchez -el 27 de noviembre- y esas tiranteces están enturbiando las relaciones entre dos comunidades que, a pesar de estar gobernadas por partidos de diferente signo político, en los últimos años han mostrado sintonía y se han aliado para defender intereses comunes. Las declaraciones de Juan García Gallardo, vicepresidente de Castilla y León, han desatado una auténtica tormenta política con cruce de declaraciones que no ha dejado a nadie satisfecho. El último capítulo lo ha protagonizado el presidente del Principado, Adrián Barbón, quien ha reprochado a su homólgo en la comunidad vecina que «no debería ser cómplice ni rehén de un vicepresidente ultra». 

Barbón ha asegurado sentirse decepcionado con la reacción de su homólogo castellano-leonés, Alfonso Fernández Mañueco, por no desautorizar como le había pedido a su vicepresidente, Juan García-Gallardo, que previamente había calificado de «traidor» al jefe del Ejecutivo asturiano. «De nada sirve que hable del afecto que me tiene. Los afectos están bien, pero mejor el respeto institucional», ha apuntado Barbón, que subrayó que García-Gallardo le atacó «como presidente de todos los asturianos» y que, por tanto, lo hizo a «Asturias misma».

Para el presidente asturiano, el dirigente de Vox «insultó» a un presidente autonómico por su posición «en defensa de los intereses de su tierra» cuando Barbón defendió el acuerdo entre el PSOE y ERC para condonar 15.000 millones de deuda de la Generalitat de Cataluña con el Estado al considerar que esa medida será positiva también para el resto de comunidades autónomas. A su juicio, llamar traidor al mandatario de una comunidad vecina sin ser desautorizado por su presidente «no es una buena forma de trabajar en asuntos comunes» de cara al futuro, ha apuntado Barbón, que ha atribuido esta circunstancia al hecho de que la extrema derecha esté «marcando la pauta» en los gobiernos de coalición entre PP y Vox.

«A veces no sé si escucho al PP o a Vox cuando oigo a sus dirigentes», ha apuntado al concluir la reunión de la Ejecutiva que lidera y que ha aprobado una declaración de apoyo a su secretario general que lamenta la deriva «autoritaria y extremista» en la que se ha situado «una derecha incapaz de asumir su derrota parlamentaria y que es una minoría en el Congreso».

«El insulto solo confirma que se carece de argumentos y de las más elemental capacidad dialéctica», añade la resolución, que lamenta además que Mañueco haya perdido una buena oportunidad «de poner orden en su Ejecutivo, detener la deriva que protagoniza la extrema derecha, anteponer el sentido común y preservar las relaciones institucionales con una comunidad vecina».

«Mañueco no debería ser cómplice ni rehén de un vicepresidente ultra que se está haciendo con la dirección política del Gobierno de Castilla y León, situando al presidente en una situación tan secundaria como subordinada», añade el documento que sitúa además en esa deriva «extremista» las concentraciones convocadas ante numerosas sedes del PSOE en Asturias y en toda España, informa Efe.