Giro en la regasificadora: una conexión para exprimir el potencial del gas hacia Europa

F. S.

ASTURIAS

Las previsiones de un incremento de la demanda llevan a estimar la posibildad de un rediseño de los usos

14 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La regasificadora de El Musel pasó por no pocos avatares, entre ellos un largo litigio sobre la legalidad de su construcción por la distancia al núcleo habitado. Pero, además, desde su luz verde definitiva el año pasado, espoleado el mercado por el corte de suministro de gas por la guerra de Ucrania, también se acumularon las demoras a la espera de que la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia, la CNMC; aprobara  el régimen de retribución,  esto es, sí podría funcionar sólo como almacén o conectada plenamente a la red de gas, y se decidió lo primero: sólo como almacén. Hasta ahora.

De cara a un invierno en el que se espera que la demanda de gas se dispare en Europa, y mientras la guerra se alarga, España se ha ido convirtiendo en el gran suministrador del continente, sus almacenes has estado llenos y fluyendo hacia Centroeuropa, gracias precisamente a que se trata de uno de los países que contaba con una red de recepción de gas licuado en sus puertos antes del estallido de la crisis. Y precisamente contando con que la demanda siga siendo excepcional España se ha preparado para poder aprobar medidas excepcionales que les permitieran exprimir al máximo el potencial de esa red. Incluyendo un giro en la infraestructura de El Musel para poder conectarse a la red y no funcionar sólo como infraestructura de almacenamiento.

Así lo recoge el informe de previsiones operativas para la temporada invernal 2023-2024 de Enagás en el que se menciona que en este invierno «se incorpora la planta de El Musel como refuerzo de la seguridad de suministro europea, posibilitando un aporte adicional en las entradas al sistema gasista, si la Autoridad Competente en materia de seguridad de suministro así lo estima» y señalando, en este sentido, que «se han implantado mecanismos en el ámbito de la contratación que favorecen una optimización de la misma lo que redunda en un uso más eficaz de las instalaciones».

Algo que la empresa sí prevé que pueda llegar a ocurrir toda vez que sus estimaciones pasan por un incremento de la demanda ya que «la punta probable invernal de demanda convencional prevista para el invierno 2023-2024, considera que se presentan las temperaturas más bajas de los últimos 20 años, alcanzando los 1.065 GWh/día».

Ampliación de la propiedad

A finales del pasado mes de septiembre Enagás y Reganosa cerraron la operación por la que la primera compra la red de 130 kilómetros de gasoductos de Reganosa por aproximadamente 54 millones de euros, mientras que la empresa gallega adquiere un 25 % de la planta de regasificación de El Musel, en Gijón, por unos 95 millones. 

Según informó entonces Enagás de este modo la planta de regasificación del El Musel pasó a denominarse Musel E-Hub, en una operación, por la que adquiría el total de la red de transporte que hasta ahora era propiedad de Reganosa -empresa gallega dedicada al transporte y regasificación de gas natural- y que suma 130 kilómetros de gasoductos de 80 bares de presión.

El pasado mes de julio la plata recibía su primer buque metanero. En ese momento se señaló que la planta cuenta con un almacenamiento de 300.000 metros cúbicos de gas natural licuado, dividido en dos tanques de 150.000 metros cúbicos cada uno, que podrán ser aprovechados por otros estados miembros de la Unión Europea, «con los beneficios que ello implica para la seguridad de suministro comunitaria», añade la orden. La terminal de Gijón, que está diseñada para permitir el atraque de buques de entre 50.000 y 266.000 metros cúbicos, podría aportar hasta 8 bcm (8.000 millones de metros cúbicos) de gas natural licuado (GNL) a Europa, mediante la descarga y carga de hasta 100 barcos al año.

Un largo periplo

Iniciada su construcción hace más de una década, la regasificadora fue paralizada en 2013 por orden judicial tras una inversión de unos 360 millones de euros por vulnerar su construcción la normativa entonces vigente, lo que obligó a iniciar de nuevo toda la tramitación administrativa.

Al larguísimo periplo judicial que se siguió a su construcción (fue denunciada y paralizada ya que incumplía la normativa vigente prohibía este tipo de instalaciones a menos de 2.000 metros de zonas habitadas) se encadenó el abandono por parte de los gobiernos de Rajoy (que la excluyó de sus planes energéticos aduciendo que ya había plantas en Galicia y País Vasco) y finalmente tras un intervalo en que se trató de recuperar como instalación para hidrógeno verde se recuperó la opción de almacenaje de gas dado que España se convirtió en un punto estratégico de recepción en el continente tras cortarse los lazos con Rusia.