Raúl López, asturiano y campeón del mundo de Kung Fu: «En Asia tiene tanta importancia como un Mundial para Brasil o Argentina»

ASTURIAS

Raúl López Moreno, campeón mundial de Kung Fu
Raúl López Moreno, campeón mundial de Kung Fu

Gijonés de nacimiento, acaba de coronarse en lo más alto de las artes marciales chinas en Taiwán: «A este nivel seguimos sin recibir apoyo económico; tengo que pagarme los desplazamientos, estancias y comidas»

23 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El asturiano Raúl López Moreno acaba de proclamarse a sus 45 años campeón del mundo absoluto de Tai Chi en la modalidad de Yang Tradicional. Según explica el gijonés afincado en el concejo de Castrillón, «podemos decir coloquialmente que es de Kung Fu, aunque en China la palabra significa tiempo y dedicación a algo». El arte marcial se llama Wushu (popularmente conocido como Kung Fu) y el asturiano compite en la modalidad de Tai Chi y de Tui Shou. Se trata del mayor logro a nivel mundial que puede conseguir una persona que se dedique a esta disciplina. «Aunque aquí en España es un deporte totalmente minoritario cuando te vas a Asia, a la cuna, ves la importancia que realmente tiene. Para hacernos una idea tiene tanta importancia a nivel social como un Mundial de fútbol en Brasil o Argentina», explica el campeón.

López es el actual gerente del gimnasio ovetense Tartiere Sport, una actividad que compagina a diario con su preparación física y mental. El gijonés es entrenador personal y acostumbraba a practicar deporte fuera de las artes marciales. Sin embargo, en 2013 se adentró en un nuevo mundo deportivo para él a raíz de varias lesiones de rodilla: «Había practicado algo de artes marciales, pero nada serio. Vi que se me daba bien y empecé a competir». Desde ese momento comenzó una preparación que le ha llevado a ser campeón del mundo. Primero con campeonatos regionales y nacionales hasta llegar a torneos europeos. En 2017, en Rusia, logró una medalla de bronce en Tui Shou móvil y una de plata en Tai Chi. Sería un año más tarde, en 2018, cuando sus logros le llevaron a su primer campeonato del mundo celebrado en China, en la localidad de Meishan. Allí logró dos bronces. «Había 5.000 competidores de todas las categorías, no me lo podía creer», recuerda López.

Desde entonces no ha parado de conquistar medallas. Lleva siendo el campeón de España tres años consecutivos y en su segundo campeonato del mundo, también en China, logró un nuevo bronce. Los últimos meses han sido intensos para él a nivel competitivo, ya que primero logró tres medallas de oro, una plata y un bronce en un campeonato internacional en Kuala Lumpur (Malasia) y seguidamente viajaría a Taipéi (Taiwán) donde se colgaría un bronce y la medalla de oro que lo coronó como el campeón mundial de Tai Chi en la modalidad de Yang Tradicional. Cabe destacar que se trata de la medalla absoluta y no internacional, diferenciadas en que la primera atañe a todos los países mientras que la segunda haría referencia a nacionalidades no asiáticas.

 «A este nivel no da para vivir ni mucho menos»

Raúl López explica que gracias a su trabajo en el gimnasio puede mantener sus rutinas físicas y mentales, aunque para llevar a cabo su entrenamiento diario de hasta cuatro horas tiene que entrar antes o salir horas más tarde: «Yo mismo gestiono mis entrenamientos y mis dietas. Además, tengo alguna noción básica de medicina tradicional china, por lo que a nivel de recuperación de lesiones también me manejo. Al final es un dinero muy importante si tienes que hacerlo a través de terceros», comenta el campeón mundial, que además compagina su trabajo y su actividad como deportista de alto nivel con su vida familiar: «Mis hijos aún son muy pequeños, pero el año que viene queremos que empiecen a venir con nosotros a los campeonatos mundiales».

El deportista denuncia que a pesar del alto nivel que ha mostrado de forma internacional todavía no cuenta con los apoyos económicos suficientes: «No da para vivir ni mucho menos». «Tanto a nivel nacional como cuando vamos fuera tengo que pagar tanto los desplazamientos como las comidas y las estancias», clama Raúl López, incidiendo en que se trata de una circunstancia que hace que seguir adelante sea «un esfuerzo muy duro». Además, cuenta que a las competiciones no puede presentarse de forma autónoma, sino que tiene que hacerlo en nombre de un club, en su caso el madrileño wuning, regulado por la Real Federación Española de Judo y Deportes Asociados. «En Asturias hay una federación, pero no hay forma de hacer las cosas», lamenta.