Asturias, entre las 100 regiones europeas más vulnerables ante la transición ecológica

La Voz

ASTURIAS

MABEL RODRIGUEZ

Es la comunidad menos afectada de las 13 españolas que se sitúan en ese listado elaborado en una investigación que analiza los potenciales efectos de la adaptación al cambio climático

01 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Asturias es una de las trece comunidades autónomas españolas que se sitúan entre las 100 regiones europeas más vulnerables a la transición ecológica. Sin embargo, no es la comunidad española más vulnerable y, de hecho, ocupa el puesto más bajo del ranking en comparación con las otras 12 comunidades.

Ese listado clasifica más de 200 regiones europeas en función de un índice regional de vulnerabilidad a la transición verde que forma parte del estudio sobre la transición verde y sus potenciales descontentos territoriales recientemente publicado en la revista Cambridge Journal of Regions, Economy and Society, cuyos autores son los investigadores Andrés Rodríguez-Pose y Federico Bartalucci, ambos del departamento de Geografía y Medio Ambiente de la London School of Economics and Political Science.

Para medir la vulnerabilidad de las regiones, tienen en cuenta los impactos directos e indirectos de la transformación verde en seis áreas: dependencia de combustibles fósiles y emisiones, turismo, energía, transporte, agricultura y uso de la tierra e industria. Ninguna región española se sitúa entre las más vulnerables, entre las que se encuentran algunas de Grecia, Polonia o Bulgaria.

Las más afectadas en España, según publica El Diario, se sitúan en el interior de la península y Extremadura es la primera que aparece en ese listado europeo, en la posición 18. Asturias se sitúa en el 89 y por delante tiene también a Castilla-La Mancha (22), Aragón (29), Murcia (30), Andalucía (34), Castilla y León (42), Baleares (55), La Rioja (68) Canarias (69), Comunidad Valenciana (77), Navarra (85) y Galicia (86). Con Asturias, suponen casi el 90% del territorio español.

Los investigadores recuerdan en el estudio que lograr la transición verde en la UE, cuyo ojetivo final es una sociedad con cero emisiones, se ha convertido en una cuestión urgente y, pese a que no se han escatimado recursos, «se ha prestado mucha menos atención a los posibles obstáculos en el camino». En ese sentido, esta investigación busca profundizar en los impactos regionales potenciales de las políticas implementadas para adaptarse al cambio climático, tanto los asociados con las emisiones de carbono de los combustibles fósiles y la dependencia de la energía marrón como los indirectos relacionados con los procesos productivos, cambios regulatorios y de comportamiento.

El estudio concluye que efectivamente el camino de la transición verde puede estar lleno de baches y que el impacto territorial seguramente será desigual desde una perspectiva geográfica, con regiones más expuestas que otras a los grandes cambios del Pacto Verde Europeo. Además, advierte de que en muchas de las regiones más vulnerables esos impactos de la transición ecológica se sumarán a otras divisiones preexistentes que ya suponen un descontento social y político: «Muchas regiones económicamente rezagadas podrían quedar aún más rezagadas tanto por los efectos del cambio climático como por las medidas para combatirlo. Las regiones con un alto nivel de emisiones de carbono procedentes de combustibles fósiles y una gran dependencia de sectores en transición, como el transporte por carretera, la industria pesada, el turismo y la agricultura, son mucho más vulnerables a la transición verde».

De ahí que los investigadores consideren que son necesarias acciones políticas integrales que limiten esos impactos negativos y enfoques más participativos, transparentes y equitativos. También alertan del descontento verde, mencionando por ejemplo la revuelta de los chalecos amarillos en Francia, que podría «poner en peligro los intentos de descarbonizar aún más las economías, especialmente en territorios menos prósperos y con altas emisiones», aparte del creciente apoyo de partidos políticos que obstaculicen la transición verde, «una tendencia que se está volviendo cada vez más común en los últimos tiempos».

Por ello, consideran crucial implementar iniciativas políticas más ambiciosas destinadas a «apoyar y desarrollar, y no simplemente compensar», a las regiones altamente vulnerables en su transición a economías verdes, para evitar caer en un «agravio territorial adicional».