Cualquiera de ellos es todo un ejemplo de la espectacular red natural del Principado, en la que se puede conocer la tradición y cultura propias de la comunidad, así como su flora y fauna
09 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Dentro de la oferta que existe en la geografía asturiana, hay secretos bien guardados y sobre todo, bien salvaguardados. Los espacios naturales protegidos del Principado son 10 y en todos se encuentra y conoce cultura, flora y fauna, tradición e historia propias de Asturias. Esta red natural recoge la mejor forma de conocer este paraíso, que además de natural, está protegido en gran parte de su territorio.
Paisaje Protegido del Cabo Peñas
Dentro del concejo de Gozón se encuentra el Paisaje Protegido del Cabo Peñas, una franja estrecha del litoral central asturiano. Esta extensión es un conjunto de estuarios, arenales y acantilados, y guarda dentro una de las villas más guapas de Asturias, Luanco. Esta localidad posee un atractivo propio, su puerto dentro de un bahía es su símbolo y las casas de piedra que forman su casco histórico, sumado a una visita al Museo Marítimo de Asturias, la convierten en parada perfecta para conocer la tradición marinera del Principado. Muy cerca y con su encanto propio, se encuentra Candás, peculiar por ser instalada en lo alto de un acantilado.
Cualquiera afirmará que es obligatorio visitar el Faro del Cabo Peñas, el que mayor alcance costero tiene. En sus dos plantas de altura alberga un museo marítimo, que te invita a conocer la historia del faro y asombrarte con las maquetas de especies marinas como cachalotes y ballenas. Para los amantes de las alturas están los acantilados, como el de San Juan de Nieva, que en sus pies guarda la Playa de Ferrero, una playa de canto, conocidas en Asturias como «xogarrales». En el caso de ser viajeros que buscan conocer y nutrirse de cultura local, abundan los pueblos y aldeas, con disposición tradicional asturiana, además del Centro de Recepción de Visitantes e interpretación del Medio Marino, donde se pueden conocer especies declaradas de interés especial, como la adormidera o el nardo marítimos.
Parque Nacional de Picos de Europa
Dentro del Parque Nacional de Picos de Europa las opciones son muy variadas y aquí puedes conocer las de mayor interés turístico. Una de ellas es Cangas de Onís, primera capital del Reino de Asturias, dentro de ella esconde gran parte de la historia de Asturias. Parte de ella es la Iglesia de la Santa Cruz, ya que existe la creencia de que albergó la Cruz de roble de Don Pelayo, casi enfrente se encuentra la Casa Riera, con arquitectura indiana. Sin embargo, el centro de todas las miradas es su Puente Romano, del que cuelga un emblema asturiano, una cruz de la victoria.
Otro tesoro de los Picos de Europa es Covadonga, donde lo primero que llama la atención es la Cueva de la Señora y la Basílica de Santa María la Real, lugar de culto y peregrinación y residencia de la Virgen de Covadonga. Es aquí donde descansan los restos de Don Pelayo, primer rey de la monarquía asturiana. El pueblo también alberga tradición y rituales para las más atrevidas, existe la leyenda de la Fuente de los Siete Caños, que reza lo siguiente «la Virgen de Covadonga tiene una fuente muy clara. La niña que de ella bebe, dentro del año se casa».
Un clásico del turismo asturiano son sus lagos, la Ercina y el Enol. En este último, el 8 de septiembre, día de Asturias, los buzos hacen aflorar una réplica de la Virgen de Covadonga que vive bajo el mar. Dentro de la zona también hay una laguna temporal, el Bricial, que conecta con los lagos por una ruta circular. En los Picos de Europa no falta la oferta gastronómica. Dentro de ellos se guardan dos pueblos que dan nombre a dos casos mundialmente famosos, Gamonéu y Cabrales. Se trata de pueblos y quesos dignos de peregrinación.
Parque Natural de Fuentes del Narcea, Degañes e Ibias
Este Parque Natural protegido lo forman Cangas de Narcea, Degaña e Ibias. Dentro de él destaca la Reserva Natural Integral del Bosque de Muniellos y la Reserva Natural Parcial del Cueto de Arbás, dos visitas que requieren inversión de tiempo pero que devuelven una experiencia única a cambio. Los planes que ofrece esta zona son variados, una visita al Monasterio de Hermo, donde habitan lobos, urogallos y osos pardos. También merece el viaje conocer las turberas de Chouchinas, Reconcos y las Fuentes del Narcea o la Laguna de Arbás. Todas estas ubicaciones representan pequeños tesoros asturianos.
Ibias ofrece a sus turistas el Aula de la Naturaleza y Centro de Interpretación de la Palloza de Ibias, dónde conocer la artesanía, naturaleza y cultura de esta creación natural. En Muniellos se puede visitar el mayor robledal de España y uno de los mejores en cuanto a conservación de Europa, con una extensa riqueza animal y vegetal. Una visita para los más adultos es el Museo del Vino, que permite conocer el Lagar de Santiso, donde vivirás el proceso de la elaboración en una bodega tradicional a través de una visita.
Parque Natural de las Ubiñas-La Mesa
Este Parque se encuentra cerca de la frontera sur de Asturias, León. Está formado por Lena, Quirós y Teverga y dentro de él se puede conocer la segunda montaña más alta de la región, el macizo de Peña Ubiña. Tiene un estado de conservación admirable, en ella viven osos pardos, el urogallo cantábrico, corzos o el rebeco, entre otros, que en contadas ocasiones se dejan ver por sus visitantes. De su valor turístico forma parte un Monumento Natural, la Cueva Huerta. Esto permite adentrarse en la historia asturiana y visitar representaciones pictóricas de la Edad de Bronce y de Hierro, calzadas romanas como el Camino Real de la Mesa o la Vía Carisa.
Otro de sus encantos es la geografía que lo rodea, pueblos donde conocer la arquitectura tradicional de montaña asturiana, cerca de los que se encuentran las bañas, zonas de pasto veraniego, donde se construían las míticas cabañas cubiertas de escoba, llamadas teitos. En ellos se encuentran visitas como la del Museo Etnográfico de Quirós, el Parque de la Prehistoria de Teverga, la senda del Oso o la Cascada del Xiblu.
Para visitarlo hay que tener en cuenta que los animales de compañía deben mantener el control marcado por normativa, y en los casos de zonas restringidas deben estar atados y controlados.
Parque Natural de Ponga
Este se encuentra entre los anteriormente mencionados Picos de Europa y Parque Natural de Redes, se trata de un espacio perfecto para los amantes de la naturaleza y los paisajes propios de novela. Este lugar es menos conocido que otros, sin embargo alberga mucha riqueza turística y cultural en sus rincones. Uno de sus secretos es el Desfiladero de los Beyos, un cañón entramado por el río Sella que da la bienvenida al Parque de Ponga y del que parten gran número de rutas permiten a los amantes del senderismo disfrutar del paraíso natural que es Asturias.
También se encuentra el famoso Pico Pierzu, una ruta de 10 kilómetros con gran encanto natural que guarda su recompensa en días claros con el mar Cantábrico de fondo y en días oscuros con un mar de nubes, vistas que se disfrutan desde la cruz de hierro que marca la meta. El Puente Vidosa es otra reserva obligatoria, un centro multiaventura en el río Aguasilo, que se une al Sella a través de una cascada. En él se pueden hacer tirolina, escalada o incluso puenting, perfecto para aventureros que disfruten de la adrenalina. El Valle del río Ponga no se queda atrás, la mejor forma de conocerlo es a través de una ruta sencilla de 10 kilómetros, que en su final ofrece otro regalo, San Juan de Beleño, capital de Ponga.
Parque Natural de Redes
Posee una gran riqueza etnográfica, cultural, histórica y humana del Principado. Todas sus esquinas provocan el interés de sus visitantes, hórreos, museos, montañas y valles, con la compañía de las vacas y sus cencerros. El corazón de la naturaleza típica de la comunidad. Dentro de él es recomendable no perderse ciertas partes, o hacerlo en ellas. Para llegar a la Fuente La Nalona, es recomendable visitar antes el puerto de Tarna, y desde allí descender o ascender hasta la fuente, es un alto en el camino que guarda una basta historia teniendo en cuenta que, si no se conoce, puede parecer un simple abrevadero de agua.
En la zona protegida habitan tres hitos naturales. Uno es el Tabayón del Mongallu, otro es el Lago Ubales y por último Brañagallones, una vega que toma su nombre de los gallones, que son gallos o urogallos propios de Asturias. Una parada que muchos asturianos se reservan es la Cueva Deboyu en el río Nalón, un refugio a pie de carretera que ofrece una paz y tranquilidad que solo termina cuando te alejas del paisaje.
Todos estos elementos unidos dan lugar a una tierra de gastronomía, más concretamente, quesos y cordero a la estaca. Una parada perfecta para turistas gastronómicos donde disfrutar del casín, queso artesanal y de los más antiguos asturiano, de sabor fuerte y picante. Otra insignia de la zona es el cordero a la estaca, famoso por su materia prima excepcional y leña de roble, un sabor que se gana un hueco en la memoria.
Parque Natural de Somiedo
Este ejemplo, además de Parque Natural protegido, es Reserva de la Biosfera. Dos distinciones merecidas por provocar en sus visitantes una conexión con la naturaleza y lo rural única. Su capital, Pola de Somiedo, ofrece tranquilidad y tradición de montaña. Dentro de ella se puede visitar la iglesia de San Pedro o su Casa del Oso. En sus alrededores se encuentran los lagos de Saliencia, con una ruta circular de 8 kilómetros fácil y sencilla. Estas aguas son un corazón dividido en cuatro lagos, Cueva, Calabazosa, Cerveriz y Almagrera, todos Monumentos Naturales.
Una visita cultural obligatoria es el Ecomuseo de Somiedo, una visita dividida en tres partes. Uno en Veigas, un pueblo de 3 casas, otro en Caunéu, en su escuela, y el último son cuatro expositores a modo de cabaña de teito en Pola de Somiedo. Dentro de este Parque Natural se encuentra la historia del agua que trajo la luz. La Central Hidroeléctrica de la Malva ofrece visitas guiadas, didácticas y para toda la familia. Una manera de culturizarse durante la visita general al Parque Natural sin desconectar de su magia.
Reserva Natural Integral de Muniellos
Formado por los montes de Muniellos y La Viliella y el monte de Valdebois, esta reserva es un ejemplo claro del paraíso asturiano durante todo el año, ya que se adapta a las condiciones sin dejar de ofrecer un espectáculo visual. Conocido también como el robledal de Asturias, ofrece un ejemplo de bosque húmedo atlántico con hayas y el característico roble albar, con ejemplares que acumulan más de 500 años, que en primavera ofrecen un espectáculo gratuito para la vista, la floración y el despertar de los animales después del invierno.
Dentro de su amplia oferta en planes cabe destacar las lagunas de Muniellos, una familia de lagunas con cuatro hermanas, La Isla, La Honda, La Grande y La Peña. Todas conservan una biodiversidad intacta con mucho verde, algas que nutren las lagunas y animales. También es cuna de rutas y miradores que reclaman una parada casi obligatoria. Los más senderistas pueden disfrutar de una ruta larga, que se recomienda para caminantes experimentados y con tiempo, para los menos experimentados está la ruta corta de 4 horas, habilitada solo en su principio para personas con movilidad reducida y niños. En Oballo, hay múltiples miradores que ofrecen una panorámica desde lo más alto de Muniellos.
Reserva Natural Parcial de la Ría de Villaviciosa
Esta reserva situada en la costa asturiana se encuentra en la localidad de Villaviciosa y sus alrededores. Un ejemplo perfecto para fanáticos marítimos y de las aves, ya que está acompaña del mar y su fauna en todas sus formas. Esta ría es uno de los estuarios mejor conservados de la costa, tiene un valor ecológico protegido por su vegetación de marisma y su valor ornitológico.
También es idónea para amantes de las aves, que se pueden observar en el Cierrón, donde patos, aves limícolas y garzas descansan y buscan su alimento entre los porreos típicos de la zona. El mar sigue acompañando en la visita a la Playa de Rodiles, que permite pasear por el sistema dunar a través de un camino. Para los más aventureros, esta visita permite practicar deportes acuáticos y la pesca. Además, tiene una ruta a través del monte que colinda, desde el que se podrá disfrutar de unas vistas y tranquilidad únicas.
Más joyas de esta reserva son Misiego y El Puntal, ambos cerca de la playa. El primero se encuentra dentro de la ría de Villaviciosa, tiene un sendero que recorre toda la zona y enseña vegetación y aves en la mayoría de sus días. El segundo ejemplo es un puerto deportivo y área recreativa con una pequeña playa, más tranquila que Rodiles y menos conocida, perfecta para hacer una parada para comer en su merendero.
Reserva de la Biosfera Oscos, Eo y Tierras de Burón
Esta reserva representa el occidente de Asturias, formando parte de ella Castropol, Taramundi, San Tirso de Abres, Vegadeo, San Martín, Santa Eulalia y Villanueva de Oscos. Todas estas localidades multiplican su valor y oferta turística. Dentro de ella podrás conocer playas únicas, acantilados no recomendables para personas con vértigo y bosques propios de un mundo mágico.
En su oferta se encuentra el Museo de los Molinos de Manzobo, que muestra la evolución tecnológica e histórica de los molinos, algunos de ellos en funcionamiento. La visita incluye un documental y paneles informativos, perfecta para que niños, y también toda la familia, se nutran de la historia tradicional asturiana.
Para los más glotones, está el Ecomuseo del Pan en Villanueva de Oscos. Esta visita muestra todo el ciclo del pan, empezando por la siembra de las semillas hasta el amasado. Se trata de tres salas que explican el proceso de la siembra a la siega, de las mallegas al almacenamiento del grano y por último la molienda, elaboración y la parte favorita de los turistas, el consumo.
Casi en la frontera con la comunidad vecina, Galicia, está la playa de Penarronda, un monumento natural. Sus vientos crearon un campo dunar que es hábitat de una variada flora, ofreciendo unas vistas inigualables y relax mientras lo disfrutas. En todos los ejemplos de la red natural de Asturias se encuentra esta riqueza gracias a un turismo responsable y sostenible. Es por ello que la mejor manera de conservarlo, como paraíso natural que supone, es no atacar a su flora y fauna, respetar a sus habitantes y costumbres sin corromperlos, no dejar basura y respetar la normativa en cuanto a animales de compañía.