Un informe de Hispalink señala que será, con diferencia, el sector que más crezca en 2024 y 2025
12 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.La incertidumbre es el peor enemigo de la economía. Las dudas provocan que las empresas aplacen sus inversores, que las familias pospongan sus compras menos urgentes y, en consecuencia, la rueda del capital comienza a girar más despacio. El contexto internacional actual ofrece pocos elementos para la calma, con las invasiones de Ucrania por parte de Rusia y de Gaza por parte de Israel como máximos exponentes de un clima de inseguridad que amenaza el crecimiento postpandemia. Y, sin embargo, los últimos datos publicados para Asturias invitan al optimismo. Las previsiones de Hispalink, un grupo de expertos de la Universidad de Oviedo, revisan al alza el incremento del PIB regional, que el año que viene superará la media nacional y solo será más elevado en cuatro comunidades. El principal factor que explica este comportamiento es el sector de la construcción, que será el pilar del producto interior bruto en 2024 y 2025, según ese estudio. En el lado opuesto se encuentra la agricultura, que acentuará su caída.
El equipo Hispalink-Asturias ha elevado sus previsiones de crecimiento económico del Principado del 1,5 al 2,1% para este año, del 1,9 al 2,2% para el que viene, y del 2,1 al 2,2% para 2025. El análisis sectorial permite apreciar claras diferencias entre las distintas actividades de la economía asturiana. Así, para el presente año se prevé en Asturias un crecimiento ligeramente superior al 2% basado nuevamente en el buen comportamiento del sector servicios (3%) y la construcción (2,4%) mientras la industria regional afronta dificultades (-0,3%), y la agricultura confirma su retroceso (-15,3%).
Esta diferencia por sectores seguirá en 2024. El PIB de la industria seguirá en negativo (-0,5%), mientras que la agricultura registrará una mejora puntual (+1,9%), los servicios un 2,9% y la construcción ya crecerá un 3,8%. Para 2025, el comportamiento seguirá siendo dispar. El sector con peores números, según Hispalink, será la agricultura (-6%), mientras que la industria recupera fuerza, con un crecimiento del 1,6%, los servicios se mantendrán estables, aunque con una ligera bajada (2,2%), y la construcción se disparará hasta el 5,9%.
Eso sí, Hispalink precisa que las predicciones están «sometidas a revisión a medida que se disponga de nueva información coyuntural», y apunta que la evolución de la economía asturiana «dependerá del dinamismo de los servicios y de la capacidad de recuperación de la actividad industrial».
Comparativa autonómica
Hispalink recoge también que el análisis coyuntural de la evolución económica regional de Asturias confirma el «paralelismo» con la economía nacional, que se caracteriza en ambos casos en el presente ejercicio por «un mayor dinamismo del primer semestre que da paso a tasas más discretas en la segunda mitad de año, como consecuencia de la ralentización del crecimiento de las actividades de servicios y la mayor debilidad industrial». En cambio para el año 2024 «se prevé una mayor debilidad en el primer semestre, como consecuencia del arrastre del último tramo del presente año, que dará paso a una reactivación de las economías nacional y regional en la segunda mitad de 2024», señala el grupo de expertos.
El estudio prevé que este año Asturias crezca por debajo de la media nacional -el 2,1% frente al 2,4% del conjunto del país- mientras que señala que la situación cambiará en 2024. Ese ejercicio, el aumento del 2,2% del PIB autonómico superará el 2,1% de España y solo cuatro comunidades cerrarán el ejercicio mejor que el Principado, si se cumplen los pronósticos. Serán Baleares, Canarias, Comunidad Valencia y Madrid. Andalucía calcará los datos de Asturias.
Buenos datos en 2022
Según el informe, la economía asturiana cerró el pasado año con «un buen comportamiento» y, a la espera de que el Instituto Nacional de Estadística (INE) publique la Contabilidad Regional de España, Hispalink calcula que el PIB del Principado creció un 5,1%, siete décimas por debajo del promedio nacional. Este crecimiento se sustentó en el «comportamiento dinámico de las actividades de servicios», mientras que la industria ralentizó su crecimiento «al tiempo que se confirmaba el retroceso de la agricultura y el estancamiento de la construcción regional».