El presidente de la Asociación Española de Marina Civil, sobre los pélets: «Pueden tener efectos más graves que una contaminación por petróleo»

Cristina Centeno
Cristina Centeno REDACCIÓN

ASTURIAS

Operarios recogen pélets en la playa asturiana de Salinas
Operarios recogen pélets en la playa asturiana de Salinas Paco Paredes | EFE

El asturiano José Antonio Madiedo, quien fuera director general de la Marina Mercante en el gobierno de Felipe González, teme los efectos «a largo plazo» de las bolas. «El mar está totalmente contaminado», lamenta haciendo hincapié en el gran problema de los plásticos

13 ene 2024 . Actualizado a las 11:07 h.

José Antonio Madiedo (Gijón, 1945) fue director general de la Marina Mercante en la segunda legislatura de Felipe González, entre 1986 y 1989. Capitán durante décadas y actual presidente de la Asociación Española de Marina Civil, sigue con especial atención las noticias que llegan estos días sobre la llegada de pélets de plástico a las costas de Galicia, Asturias y todo el litoral cantábrico. Considera que «hay que dejar de lado las disputas partidistas» y pide que «no se ignore ni se minimice» la situación, que califica de «grave». 

«Lo que dicen los expertos es que a medio y largo plazo las consecuencias pueden ser peores que una marea de petróleo, porque esas bolitas absorben contaminantes que están en el océano, se recubren por así decirlo de microorganismos y luego los peces se las comen pudiendo entrar en la cadena trófica», teme Madiedo. En este sentido, lamenta que «el mar está totalmente contaminado» a causa de vertidos provenientes de la actividad humana y «no se puede quitar importancia» a lo sucedido. «Es cierto que desde el punto de vista estético es mucho más agradable ver una bolita de plástico que no el petróleo, pero eso no quiere decir que sea menos peligroso», manifiesta.  

«Lo que dicen los expertos es que a medio y largo plazo las consecuencias pueden ser peores que una marea de petróleo, porque esas bolitas absorben contaminantes que están en el océano, se recubren por así decirlo de microorganismos y luego los peces se las comen pudiendo entrar en la cadena trófica»

Para justificar su preocupación, Madiedo se remonta a lo acontecido. Recuerda que el buque mercante Tocanao partió del puerto de Algeciras hacia Róterdam con 8.600 contenedores, de los que seis cayeron al mar a unas 50 millas de la costa de Viana do Castelo, en Portugal. Transportaba 26,3 toneladas de diminutas bolas de plástico que ahora llegan a la costa del Cantábrico. La primera cuestión a tener en cuenta, considera, es que «estos contenedores cuando salen del puerto tienen que ir perfectamente sujetos. Las prisas, los apuros y los intereses hacen que muchas veces no se trinquen como es debido y se caigan al agua. En los últimos años han caído miles de contenedores a los mares y océanos, ahí hay un problema». 

Pese a que los pélets de plástico no están considerados mercancías peligrosas, el presidente de la Asociación Española de Marina Civil cree que sí puede acarrear consecuencias «gravísimas» y que, en todo caso, se trata de «un problema duradero», puesto que no es tarea fácil limpiar las toneladas de bolas blancas ni del agua ni «mucho menos» de la arena. «Lo mejor sería localizar en el mar los sacos, los pélets son muy difíciles de recoger en el agua y en la playa, dificilísimo», lamenta. Porque por mucho que se limpien los arenales, «en la siguiente marea o con el siguiente temporal van a seguir llegando, puedes estar años recogiendo bolitas».

En este sentido, recuerda sucesos similares que han ocurrido en todo el mundo. Uno de ellos fue el incendio del X-Press Pearl en Sri Lanka. Otro, el MSC Susanna en la costa sudafricana. «No es un problema nuevo, esto ya lleva un largo historial y la experiencia nos dice que es prácticamente imposible recoger todas las bolitas, porque muchas de ellas están en el mar y van llegando con las corrientes», asegura. 

¿Qué falló en el caso del Tocanao?

José Antonio Madiedo insiste en que caen miles de contenedores de mercancía a los océanos. Algunos se hunden inmediatamente y otros quedan a la deriva y a merced del viento y las corrientes. Algo que supone también «un peligro para la navegación», asegura el exdirector general. El buque mercante Toconao, que transportaba el contenedor de bolas de plástico que están llegando a las costas españolas, perdió seis de los contenedores que transportaba. La principal pregunta del presidente de la Asociación Española de Marina Civil es qué pasó entre el día 8 de diciembre y el 13 del mismo mes, cuando se avistaron los primeros restos en las costas gallegas. «La pregunta es qué seguimiento efectivo se hizo de esos contenedores», cuestiona. 

Pidiendo que se desvelen las diferentes comunicaciones que se llevaron a cabo en ese periodo de tiempo, admite que lo cierto es que «los políticos se tiran los trastos a la cabeza pero el ecosistema sufre las consecuencias de esa ineficacia, que no entiende ni si son de un partido o del otro, solamente de si hay soluciones efectivas o no. En este caso está claro que los unos y los otro se han retrasado en el cumplimiento de sus funciones», denuncia. 

«Los políticos se tiran los trastos a la cabeza pero el ecosistema sufre las consecuencias de esa ineficacia, que no entiende ni si son de un partido o del otro, solamente de si hay soluciones efectivas o no»

No obstante y en la misma línea en la que se manifestaba en La Voz de Asturias el presidente de la Federación de Cofradías del Principado, Adolfo García, Madiedo lamenta la alta cantidad de residuos que se encuentran en el mar: «Está totalmente contaminado. Yo fui capitán y cuando iba a América veíamos de vez en cuando alguna bolsa de plástico. Los que van ahora cuentan que eso es un reguero, hay que tomar conciencia de lo que es todo eso».

¿Cómo prevenirlo?

El presidente de la Asociación Española de Marina Civil tiene claras las medidas preventivas que habría que aplicar para evitar este tipo de vertidos. Lo primero, considera, sería «controlar qué productos se están utilizando para la fabricación de todos esos pélets», mientras que el siguiente paso consistiría en «modificar el tipo de envases para que en caso de caer al agua no se dispersen de manera inmediata».

Además, señala como fundamental que «se garantice la profesionalidad de quienes tienen la obligación de sujetar los contenedores». A su juicio, «ahí tiene que haber un control total y hay que poner multas graves a quienes no cumplan con esa misión, porque se están cayendo miles de contenedores al agua y eso no es de recibo. Caen con plásticos y con todo tipo de productos, también químicos agresivos. Hay que tomárselo en serio», subraya.