Las familias de acogida asturianas alzan la voz: «Cada vez somos menos, ahora el programa desanima»

Marcos Gutiérrez REDACCIÓN

ASTURIAS

María Pedreda

La avilesina Ariana H. M. cuida de una adolescente de 14 años y de un niño de 8, ambos con discapacidad y necesidades especiales, a los que el Principado no abona gastos especiales de comedor y transporte. «Dicen que con el apoyo económico que estoy recibiendo es más que suficiente»

22 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La avilesina Ariana H. M. (nombre ficticio) lleva acogiendo menores desde hace «15 años». En la actualidad cuida de una adolescente de 14 años y de un niño de 8, ambos con discapacidad. «Yo doy, pero lo que me aportan ellos no te lo puedes ni imaginar», reconoce orgullosa. No obstante admite que «ahora el programa de acogida desanima». «Cada vez somos menos, mientras que cuando yo empecé había casi hasta peleas por los niños», recuerda.

Desde la Asociación de Familias de Acogida del Principado de Asturias (Afapas) han denunciado esta semana los retrasos de hasta tres meses en la recepción de las dietas de manutención para los menores que viven en familias de acogida, tanto biológicas como ajenas, en la región.

Pese a que este escenario no es el que más problemas causa a esta mujer, admite que «con esta lucha económica también la gente se desanima». Insiste en que cuando comenzó a acoger «los gastos estaban pagados» y el trato por parte de los gestores del programa era mucho más cercano y empático. En este sentido, considera que «si no fuera por Afapas» se acabarían las ganas de muchas familias por seguir acogiendo.

En su caso el problema son los «gastos extraordinarios» que generan los dos niños con discapacidad y movilidad reducida que están a su cargo, los cuales «tienen que ir a un colegio concreto», el único en Avilés con personal e infraestructuras adecuadas.

Esta avilesina considera que el Principado debería asumir estos pagos, ya que «viene recogido en la ley y ellos se lo saltan a la torera». «Tú tienes que explicárselo todo, dónde fuiste, lo que hizo el niño, cada seis meses a través de la fundación Meniños... por el contrario, su respuesta es siempre 'cuando podamos'», lamenta.

«Llevo 15 años de acogedora especializada y hasta hace unos años nunca tuve problemas», explica. Comenta que «la cuestión económica, aunque a veces fastidia», no es su principal problema, sino el de «los gastos extraordinarios». Se hace cargo de «dos niños hermanos con movilidad reducida en acogimiento permanente con funciones tutelares».

«El pequeñín vino después, pero la hermana lleva conmigo desde que tiene un año y pico», comenta. Resalta que «cosas como el comedor y el autobús la administración siempre las pagó». En este sentido, la niña mayor que está a su cargo «tiene que ir a un colegio de necesidades especiales».

Indica que la administración asumió desde un principio todos los gastos, es decir, el transporte y el comedor, «porque si no tenía que dar cuatro viajes». Desde hace años va al colegio salesiano Santo Ángel, en Avilés, «que son gente de quitarse el sombrero, con los que no hubo nunca ningún problema».

«Va a hacer ahora tres años, de la noche a la mañana, me llaman del colegio y me dicen que tengo que pagarlo yo, porque la administración les ha trasladado que ya no lo va a hacer», explica. La justificación fue que, con el apoyo económico que está recibiendo, «es más que suficiente para pagar los gastos extraordinarios».

En este sentido, Ariana H. M. explica que, sin contar esos aportes extraordinarios, recibe «alrededor de 2.000 euros por la niña y otros 2.000 y pico por el niño al año». El problema esencial es que no tiene la posibilidad «de matricularlos, por ejemplo, en el colegio Santo Tomás, que está cerca, porque tienen necesidades especiales».

En su caso ya ha procedido a escribir al Principado, no tanto para que le concedan los gastos extraordinarios que antes le abonaban sin problemas, sino para que le justifiquen por qué ya no los recibe, cuando las necesidades de los menores siguen siendo las mismas. «El problema que hay con la administración es que nunca nunca te contestan por escrito; ya pasó un mes y pico y ni contestaron ni me temo que vayan a hacerlo», lamenta.

Explica que «la niña está ahora en tercero de la ESO y estudia fabulosamente bien», sin embargo, «no hay suficientes niños y no le pueden poner transporte», por lo que se ha quedado sin medio de traslado a su centro educativo y «sin comedor».

«En el autobús escolar hay personal que baja, le coge la mochila, se la sube, la ayuda a bajar...», apunta. Cuando comenzó hace quince años la gestión del acogimiento en la región estaba a cargo de «Cruz Roja y con ellos no había ningún problema». «Adelantabas el dinero y ellos pagaban todos los gastos extraordinarios, hasta el kilometraje, y tenías visitas supervisadas», recuerda.

«Yo soy un dragón y hasta este dragón se está cansando de pelear», apunta.