Sevilla propone que sea de pago su Plaza de España, el Principado descarta un impuesto en el sector y alcaldes asturianos piden que se regule
27 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La propuesta del Ayuntamiento de Sevilla de cobrar por el acceso a su monumental Plaza de España, con pago para turistas pero la exención para los empadronados en Sevilla y los nacidos en la capital y en la provincia, ha abierto un profundo debate sobre los límites del turismo, su impacto en los servicios, la posibilidad legal de poder establecer una medida de este tipo o más bien optar por establecer una tasa turística general, muy pequeña, con la que sufragar los gastos adicionales que generen. De momento, y tras dos años especialmente dulces para el sector en Asturias, el Principado lo descarta. Pero regidores como el alcalde de Cudillero, localidad con muchas visitas, sí piden al menos claridad normativa a la hora de valorarlo.
No es extraño, la villa marinera aparece de forma constante en redes sociales como uno de los principales o el pueblo más bonito de Asturias, de la costa, atrae a miles de visitantes en verano, en los dos últimos -con cifras récord en toda la comunidad- más todavía y eso tiene un impacto. El alcalde pixueto, Carlos Valle, indicó que «yo quiero ser un municipio que acoja a todo tipo de turismo y cuanto más mejor, pero toca ya ordenar esas visitas y, por supuesto, no me gusta la idea de que sea el vecino y la vecina quien asuma todo el coste de esas visitas». El edil apuntó a que sería necesario clarificar las competencias para que, si es viable, «los ayuntamientos tuviésemos libertad de estudiar un tipo de tasa» aunque tampoco rechazó que se recaudara a través de otra administración.
Fuentes del Principado recalcaron en todo caso que no valoran por el momento establecer ningún tipo de tasa al turismo en Asturias y recordaron que donde existe, Cataluña y Baleares, los niveles de afluencia de visitantes son muy superiores: «Barcelona tiene una proporción de casi siete turistas por habitante; Palma de Mallorca, más de 5; Asturias, 2,7 turistas por habitante. Asturias no es un destino masificado».
En todo caso, las mismas fuentes reconocieron que sí hay momentos puntales de elevada afluencia en determinadas zonas y que el gobierno asturiano ha establecido límites de acceso a enclaves concretos: «existen planes de transporte que contribuyen al turismo y movilidad sostenible en espacios naturales, como los de los Lagos de Covadonga, Sotres y las playas» y recalcaron que dentro de los planes del Principado está «modificar este año la normativa relaciona con las viviendas de uso turístico».
El pasado verano y tras un aparatoso accidente de autobús en el que afortunadamente no hubo víctimas mortales, se limitó el acceso a los lagos de Covadonga a vehículos privados por carretera. Pero lo cierto es que ha habido movimientos similares en Picos de Europa, cuya gestión es compartida con Cantabria y Castilla y León; precisamente los vecinos del sur se plantearon, por boca de su Procurador Común (una figura como el Defensor del Pueblo), limitar el acceso a la Ruta del Cares en épocas de mayor aglomeraciones, como verano o Semana Santa.
«Yo nunca cobraría por entrar en Cudillero, no creo que se pueda hacer eso a ciudadanos españoles o europeos», destacó Carlos Valle, «pero evidentemente hay servicios que nosotros ofrecemos por los que sí podemos cobrar y tenemos que poder repercutirlo en la persona que lo disfruta».
Desde el Principado se defiende el impulso del sector que vive un momento de auge sostenido en los últimos ejercicios y que además ha recibido un empujón definitivo con la apertura de la Variante de Pajares y el incremento de las conexiones por ferrocarril. Tras insistir en que el objetivo del gobierno autonómico es la desestacionalización, es decir, repartir el turismo a lo largo del año y que no se concentre en los meses de verano, se apuntó: «Los datos indican que vamos por el buen camino. En el mes de enero, Asturias fue la comunidad de la España Verde que registró mayor incremento en número de turistas y de estancias. Y buscamos que ese crecimiento siga siendo sostenible y que la marca Asturias siga siendo sinónimo de calidad. Para ello también evolucionamos conforme a los cambios que se van produciendo en el sector y sus consecuencias».
La polémica propuesta de Sevilla no tiene reflejo en ningún lugar de Asturias, pese a que se haya limitado el acceso a parajes naturales, en la capital hispalense el Ayuntamiento, titular del espacio de la plaza comprendido entre los bancos de las provincias y la balaustrada, propone crear un itinerario turístico-cultural por el interior de la Plaza de España sujeto a «una tarifa no disuasoria sustentada en un estudio comparativo» cuyos ingresos serían repartidos entre el Estado y el Ayuntamiento en un 25 % y un 75 %, respectivamente. En la Plaza de España hay oficinas y servicios administrativos de los que hacen uso los ciudadanos. Para ellos, el Ayuntamiento asegura que el acceso está garantizado, así como podrán entrar en el espacio los coches de caballo.
En los Encuentros en el Eo, Barbón reconoció que varios alcaldes asturianos le platearon debatir la tasa y que él lo valoró en la medida en la que fuera optativa, que quienes la quisieran aplicar lo hicieran de forma «voluntaria». Desde Galicia, su presidente Alfonso Rueda no vio justificada la tasa y, en todo caso, se manifestó favorable a que, si se implantara, ambas comunidades (que comparten un escenario muy parecido) lo hicieran de forma coordinada.
En Estados Unidos y en los principales destinos europeos, aparte de otros internacionales, se viene cobrando al menos desde hace una década. En Francia este impuesto se llama taxe de séjour y sirve para contribuir a la financiación de los gastos destinados a promover y mejorar los servicios turísticos, como por ejemplo las lanzaderas gratuitas que permiten a los turistas ir de un lado a otro sin tener que utilizar su vehículo particular o la limpieza de las playas. La tasa turística suele oscilar, dependiendo del tipo de alojamiento, entre 0,20 y 4 euros, están exentos los menores de 18 años y se suele incluir en el precio del alojamiento como impuesto añadido. En París, el ayuntamiento aplica además una tasa adicional del 25% sobre el impuesto.