Cómo conocer el mundo entero intercambiando tu casa: «Es igual o más seguro que ir de hotel»
ASTURIAS
La gijonesa Alba León, de 35 años, lleva toda su vida practicando esta modalidad de turismo: «La premisa de que la vivienda del otro se va respetar es la base»
23 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Estados Unidos, Chile, Martinica, Francia, Grecia, Alemania o Italia. Son tan solo algunos de los destinos a los que ha viajado la gijonesa Alba León, de 35 años, gracias al intercambio de casas. Un tipo de turismo que lleva practicando desde que era niña; primero con sus padres y ahora por su cuenta. «Es igual o más seguro que ir de hotel», asegura la asturiana, quien lleva a sus espaldas más de 60 intercambios por todo el mundo: «La premisa de que la vivienda del otro se va a respetar es la base de este tipo de turismo».
Sin duda, una de las variables más caras de cualquier viaje suele ser el alojamiento. Hoteles, apartamentos turísticos o campings son las opciones que más eligen los viajeros. No obstante, al intercambiar tu vivienda con la de otros esta variable baja hasta los cero euros. La asturiana lo hace a través de una plataforma llamada Home Exchange, de la que forman parte más de 150.000 usuarios de 145 países: 22.353 de ellos españoles y 389 asturianos. Uno de ellos es esta gijonesa, que antes de conocer esta aplicación frecuentaba este tipo de turismo con su madre: «Fue totalmente pionera. No recuerdo exactamente cómo llegó a encontrar esto, pero creo que lo hacía por Facebook. Eso sí que era confianza pura y dura».
Esta clase de turismo ha experimentado un crecimiento en los últimos años. En clave asturiana, el pasado año se produjeron 15.524 pernoctaciones a través del intercambio de casas, lo que supuso un 31,44% más que en 2022. Por ejemplo, para esta Semana Santa se esperan 1.376 pernoctaciones, un 52,72% más que el pasado año. La ciudades preferidas del Principado por este tipo de viajeros serían Gijón (260 pernoctaciones este 2024), Llanes (197), Oviedo (159), Ribadesella (121) y Cudillero (100). Franceses, portugueses e ingleses son el perfil extranjero que prefiere el Principado mientras que vascos, andaluces y madrileños son los nacionales que visitan el Principado.
Los intercambios se pueden hacer de varias formas: recíprocos (acoger a la persona con la que se hace el intercambio en las mismas fechas o en otras fechas, pero con la misma persona) o no recíproco (que la persona que te acoge no esté interesada en ir a tu casa y se haga un intercambio de puntos). «Primero lo estuvimos haciendo con una segunda residencia, pero ahora lo hago con mi vivienda principal. Para mí es la esencia de este tipo de turismo», explica Alba León, quien explica que una de las «normas no escritas» pasa por dejar un detalle típico de la zona de cada uno en el intercambio.
Seguridad en los intercambios
Si bien el beneficio económico de intercambiar la vivienda a la hora de viajar parece bastante obvio, uno de los inconvenientes para aquellos que todavía no hayan dado el paso a este tipo de turismo pasa por las dudas sobre la seguridad. ¿Qué pasa si me roban o me destrozan la casa? La plataforma cuenta con una garantías de seguridad, pero al final todo pasa por las buenas reseñas entre huéspedes y el respeto mutuo. «En mi caso tengo una habitación pequeñita donde meto todas aquellas cosas que no quiero que se me estropeen», explica la gijonesa.
Por regla general, según las vivencias de esta asturiana, los intercambios suelen ser en su gran mayoría satisfactorios. Ella, por ejemplo, en más de 60 nunca ha tenido una mala experiencia. «Si por cualquier motivo te cancelan el día antes y tienes los billetes cogidos o cuando llegas al destino no te abren, la plataforma tiene un seguro que te cubre hasta 120 euros la noche. A mí solo me cancelaron una vez en A Coruña y me pagaron la noche de hotel», señala Alba León. En todo caso, cabe destacar que para utilizar esta plataforma de intercambios hay que pagar una cuota anual de 160 euros.
Cada vivienda se valora con unos puntos que se determinan en base a diferentes factores como la localización, los metros cuadrados, los servicios, el número de camas o el de baños, entre ortos. La diferencia de puntos en un intercambio se puede pagar en puntos o llegar a un acuerdo entre ambas partes. «Antes de formalizar mucha gente lo que hace es una entrevista por videollamada, para asegurarse de quién va a meter en casa», señala Alba León, quien explica que en ocasiones «si no quieres que alguien toque algo bastaría con poner un cartel».
La gijonesa asegura que este tipo de turismo es mucho más cercano y más local, ya que «la familia que te recibe suele ser gente a la que le gusta enseñarte la zona». «En mi caso les mando una guía por correo para que vayan organizando el viaje e incluso me he ido a cenar con ellos», explica.