Juan Manuel Cueva Lovelle: «Hay que modernizar la Universidad, llevarla al siglo XXI y adaptar sus titulaciones a Asturias»

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

ASTURIAS

El catedrático de Informática de la Universidad de Oviedo, Juan Manuel Cueva Lovelle, aspira ser rector de la institución académica
El catedrático de Informática de la Universidad de Oviedo, Juan Manuel Cueva Lovelle, aspira ser rector de la institución académica

El catedrático de Informática se presenta como candidato a las elecciones al rectorado que tendrán lugar el próximo jueves, 25 de abril. Analiza la situación actual de la institución académica y los principales retos a los que debe hacer frente de ser elegido como el máximo órgano. Señala además cuáles son sus propuestas para que la Universidad sea uno de los principales motores de la región

24 abr 2024 . Actualizado a las 17:58 h.

El catedrático de Informática Juan Manuel Cueva Lovelle aspira a renovar el rectorado de la Universidad de Oviedo. El candidato a ostentar el máximo cargo dentro de la institución académica asturiana quiere meter «un aire nuevo de ilusión» para cambiar «el ambiente enrarecido» que se respira en la entidad. Promete elevar el «raquítico» presupuesto para poder captar profesorado joven que complete el relevo generacional y aumentar así la oferta educativa que, a su juicio, debe adaptarse a la realidad actual. El docente, que, según asegura, cuenta ya con los apoyos de «un amplio grupo de profesores» que están en desacuerdo con las políticas desarrolladas por Ignacio Villaverde, busca tener el respaldo del resto de la comunidad universitaria el próximo jueves, 25 de abril. 

—¿Qué le ha llevado a presentarse como candidato a rector?

—En un principio a estas elecciones tan precipitadas a un grupo de personas y a mí no nos estaba gustando nada la gestión del señor Villaverde. Pero lo que comentábamos entre nosotros no implicaba nada. De repente, hay unas elecciones convocadas como se han convocado y yo no sabía que iba a ser candidato. Un grupo de personas que no están de acuerdo con la gestión del actual rector en funciones deciden presentarme, y yo, que ya tengo una larga trayectoria, acepto meterme en esta nueva aventura, porque no puedo dejar que la Universidad a la que he dedicado toda mi vida, es decir, 39 años, siga teniendo este ambiente que hay de pesimismo, de que no hay dinero y no se puede hacer nada. Yo quiero meter un aire nuevo de ilusión. Tenemos que apostar por esta institución a la que yo le he dedicado toda mi vida y no estoy dispuesto a que siga con este ambiente enrarecido, que cada vez vaya todo con un presupuesto raquítico, que todos sean problemas en todos los ámbitos, que el Plan Estratégico sea muy corto de miras... Tampoco quiero seguir con los mil y un problemas de contratillos del profesorado, de hoy te contrato, mañana te despido y pasado te vuelvo a contratar. Hagamos un plan de profesorado que dé ilusión para captar nuevos talentos porque sino la Universidad no tiene futuro. Los profesores mayores nos jubilamos y hace falta ese talento. También deberíamos arreglar el malestar que existe en el colectivo de los PTGAS (personal técnico, de gestión, administración y servicios) y hacer algo de política con los estudiantes. Con este presupuesto tan raquítico se intenta sacar dinero de diversos colectivos. Aunque tenemos la primera matrícula muy barata —la segunda más barata de España después de Galicia—, se oculta, aunque los estudiantes ponen carteles por las diferentes facultades, que se dispara el precio de la segunda y la tercera matrícula. A muchos estudiantes, por suspender una asignatura, se les complica mucho la asistencia, sobre todo en carreras como Medicina o Ingeniería en las que el precio de las matrículas es bastante más alto que el resto. La matrícula no es homogénea en la Universidad de Oviedo, depende del tipo de carrera, así que a personas con pocos recursos se les pone muy cuesta arriba. Yo he sido estudiante siempre con beca y también he suspendido. Esto no lo fija la Universidad, sino el Gobierno del Principado, pero la Universidad tiene que plantearse cómo decírselo a sus estudiantes.

—¿Cómo está siendo la campaña? ¿Qué sensaciones le transmite los estudiantes y el resto del electorado?

—Mis sensaciones son muy positivas. Entré como un candidato sorpresa, con algunas zancadillas, y cada vez más colectivos que en un principio no eran mis apoyos se han unido a mi campaña. A fecha de hoy, después de haber empezado la campaña hace tan solo unos días, cuando las elecciones se convocaron el 11 de marzo, siento que es una maratón. Cada día lo tengo más claro, porque es un redondo de colectivos que me dan las gracias por presentarme y por meter estos vientos con ilusiones para modernizar la Universidad de Oviedo, llevarla al siglo XXI y adaptar sus titulaciones a Asturias. Recuerdo: los profesores de la Universidad somos empleados del Principado y eso es un privilegio, pero nuestro objetivo es trabajar para los estudiantes. Los asturianos no podemos vivir en una poltrona viéndolas pasar, sino que la sociedad asturiana tiene que saber que invierte en su Universidad y nosotros tenemos que devolver a la sociedad esos titulados que van a levantar la región y que los jóvenes vean que su futuro puede estar en Asturias. También las empresas industriales, turísticas, de ciencias de salud y jurídicas tienen que saber que tienen en la Universidad ese apoyo para obtener esa mano de obra que afronte los retos del siglo XXI, que son retos complejos, en una sociedad muy cambiante y sobre todo muy competitiva. Si nos dormimos en temas como inteligencia artificial, entre otros, Asturias pierde el tren y no lo podemos perder, tenemos que seguir siendo competitivos. Yo lucharé por Asturias y por la Universidad de Oviedo, de ahí el lema de mi campaña #PorUniOvi.

«Tenemos que empujar para que se vea que la Universidad de Oviedo es uno de los motores de Asturias»

—¿Qué opinión le merece la situación actual de la Universidad de Oviedo?

—No todo lo que ha hecho el rectorado está mal. Se han aprobado los estatutos y en eso estoy totalmente de acuerdo, están impecables. A nivel normativo lo veo bien, ahora bien a nivel de gestión, de modernización y de tomar impulso nuevo, pues no. Es un proyecto muy conservador y el mío es de cambio. A nivel presupuestario vamos justitos. En agosto por ley nacional echamos a no sé cuántos profesores y las alternativas eran: «a ver si te ofrezco un contratillo de un año», y eso no puede ser. Tenemos que luchar por unos contratos de más de un año. Si hablamos del mantenimiento de las instalaciones, como no hay presupuesto, pues se van tapando partes. A nivel de PTGAS es: «Os aprieto mucho porque no tengo más dinero e intento sacaros lo máximo». Por eso digo que el eje angular de mi programa es tener un presupuesto digno. Y, hablando de presupuestos, este rectorado eliminó los participativos, que es dejar una pequeña parte del presupuesto para escuchar a la comunidad universitaria y entre las ideas más votadas gastar el dinero en esos proyectos.

—Para tener un presupuesto digno, según usted, hay que aumentar la cantidad del actual hasta alcanzar los 300 millones de euros. ¿Cree que es fácil llegar a esa financiación?

—Creo que todo se puede si se lucha por ello. Si demostramos a los asturianos que esa inversión es crítica, porque les vamos a mostrar con qué los vamos a ilusionar, yo creo que se consigue. También entiendo al Gobierno del Principado que, económicamente, digamos, son de puño cerrado. Les alabo, porque administran los impuestos de los asturianos. Por eso digo a la Universidad, a todos mis compañeros, que tenemos que empujar para que se vea que somos uno de los motores de Asturias. Y si demostramos eso, la sociedad asturiana pedirá ese presupuesto. No pido que nos regalen nada, sino que con ese presupuesto demostraremos la ilusión y las ganas de luchar por lo que necesita estudios.

«Yo lucho por la Universidad de Oviedo, no por mis intereses personales. Yo no tengo ningún interés político, no quiero ser alcalde de Gijón, ni de Oviedo, ni presidente del Principado»

—Otro de sus objetivos es crear nuevos grados y reformar los actuales. ¿Qué plantea para cada uno de los campus?

—Los grados actuales que tenemos, salvo algunas excepciones, se diseñaron en el 2009 por la reforma Bolonia. La mayor parte entraron en vigor en el 2010 y estamos ya en el 2024, es decir, pasaron 14 años. Aunque no sea una transición abrupta, todos los grados necesitan una evolución y mi planteamiento es que vamos a reformar todos los grados. Vamos a echarles una ojeada y hablaremos con cada campus, porque ellos son los especialistas de cada grado, para ver qué cuestiones tenemos que tocar y mejorar para adaptar el grado a este siglo XXI que va muy rápido. Sobre todo para hacerlos más competitivos y también para ver cómo pueden empujar más por Asturias, porque nuestro objetivo es también ilusionar a la comunidad autónoma. Sobre los nuevos grados también lo hablaré en todos los campus y en aquel que sea especialista en una materia les preguntaré cómo pueden aportar al futuro de Asturias, cómo se pueden integrar en la reforma que quiero hacer de ese Plan Estratégico a corto y largo plazo que ya se empezó y, en mi opinión y en la de muchos profesores que me han acompañado en esta aventura y me han animado a esto, es muy corto de miras. Entonces, esas titulaciones que quiero las quiero pegadas a lo que necesita Asturias y las quiero en todos los campus.

—¿Alguna titulación nueva que de ser rector pondría en marcha?

—No, yo no quiero tomar decisiones personalistas. No hago una campaña poniendo fotos mías en carteles por toda la Universidad. Mi centro es la Universidad y en la página web, como se puede comprobar en el centro no va mi foto, que va en una esquina, sino que va la Universidad de Oviedo. Yo lucho por la Universidad de Oviedo, no por mis intereses personales. Yo no tengo ningún interés político, no quiero ser alcalde de Gijón, ni de Oviedo, ni presidente del Principado. Mis aspiraciones como profesor, investigador y como persona que ha dedicado su vida a la Universidad de Oviedo es luchar por la institución que me lo ha dado todo y a la que yo también le he dado todo y quiero seguir dándoselo.

—Hablando de grados, ¿qué opinión le respecta el traslado de Minas a Mieres? ¿Cree que eso va a repercutir en las elecciones al rectorado?

—No sé si repercutirá o no. El traslado del grado de Minas a Mieres está en este momento encima de la mesa de un juez porque hay un pleito entre el Ayuntamiento de Oviedo y la Universidad. Yo por responsabilidad institucional, soy candidato a rector, el máximo órgano de la Universidad de Oviedo, tengo que respetar totalmente las decisiones judiciales y en este momento que está en estas manos no puedo decir ni una sola palabra. No pienso decirla y sé que también mi oponente y compañero de la Universidad, el señor Villaverde, está diciendo lo mismo por la misma responsabilidad institucional. Es un tema que ni voy a entrar ni voy a salir, ni lo voy a utilizar en campaña para nada.

—¿Y que el grado de Deportes se imparta finalmente en Oviedo?

—Dónde se imparta un grado tiene que tener una autorización del Gobierno del Principado y ya la ha dado. Eso en un principio, en un futuro todo se puede cambiar en esta vida. Pero, en este momento, sea yo rector o el señor Villaverde, espero y creo que voy a ser yo, eso va a empezar donde está. Si hacemos un plan estratégico a corto y largo plazo pues entonces la comunidad universitaria decidirá cómo se organiza todo, porque somos soberanos, pero siempre tenemos que pedir autorización al gobierno asturiano. Por eso digo que el grado de Deportes tiene ya su presupuesto y cualquiera lo puede consultar en el BOPA y eso arranca así gané cualquiera de los dos. Y si alguien anda diciendo por ahí que si yo gano no va a haber grado de Deportes, miente. Al final nosotros somos una institución que dependemos del Gobierno del Principado, podemos ser reivindicativos con el presupuesto, pero acatamos y somos leales a lo que está aprobado por el gobierno y su parlamento, eso es la democracia.

«El personal docente tiene que tener al menos un contrato de tres años. Si estás en un proyecto de investigación no deberías estar investigando cómo puedes comer dentro del mes que viene»

—¿Ve factible en el próximo mandato que la Universidad disponga del viejo Huca y qué haría con la reestructuración?

—Me parece pura ciencia ficción. Llevamos diez años desde que marchó el viejo HUCA al nuevo. La historia es así. Actualmente tenemos una oportunidad de empujar, porque los propietarios de los terrenos es la Tesorería de la Seguridad Social que depende del Gobierno Central, cuyo presidente es del PSOE, y el presidente del Gobierno del Principado es también del PSOE y espero que ahora que son del mismo partido se resuelva rápido. Pero claro, se acaba de constituir la comisión bipartita con el Ayuntamiento de Oviedo y en esa comisión nos damos cuenta todos que todo lo que se ha dicho hasta ahora es puro humo, es decir, empezamos de cero. Nos han dicho que nos invitan, a la Universidad de Oviedo, y han publicado un poco la lista de invitados, muchas gracias por invitarnos, pero nos han metido en la lista, con todos mis respetos, por supuesto, con la Asociación de Vecinos del Cristo. Muy loable, tienen que dar su opinión, pero creo que la Universidad de Oviedo tiene otra dimensión para el futuro de Asturias y otro calibre. Entonces, si empezamos así, podemos pensar que puede ir muy rápido, pero yo espero ganar como rector y cada día lo tengo más claro, tengo un mandato de seis años, presionaré para tener eso como sitio fundamental para Oviedo y como motor de Asturias. Pero o se ponen las pilas las administraciones o no podemos esperar otros diez años. Y para mirar hacia delante cuando lo vea lo creeré, pero si miro hacia atrás veo diez años de parón, con lo cual no tengo ni idea.

—Otro de sus objetivos es mejorar las condiciones laborales del personal docente y administrativo.

—Me preocupa mucho el futuro de la Universidad porque las plantillas que tenemos de profesores y también de PTGAS estamos envejecidas, porque, me voy a incluir yo también en ellas, somos los que tenemos más de 60 años. Tenemos que pensar que tenemos ahí la jubilación porque es ley de vida y tenemos que ilusionar a personas para entrar a estas plantillas. Pero tenemos que ilusionarlas con unos contratos decentes, es decir, no puedo ilusionar a personas con un contrato de hoy te contrato, mañana te mando a la calle y luego te vuelvo a contratar. Tenemos que buscar unas figuras que permitan una cierta estabilidad, aunque sea temporal, para que las personas puedan tranquilizarse y no estar continuamente preocupadas por su futuro laboral. Que estén también centradas e ilusionadas con su trabajo en la Universidad. El personal docente tiene todavía unas características más especiales porque, por ejemplo, el profesorado que contratamos recién acabado necesita hacer un doctorado y necesitamos una figura que le dé estabilidad. Otros profesores que ya son doctores necesitan una figura que les ayude a acreditarse para obtener su plaza, es decir, a publicar y trabajar mucho en la investigación porque sino no la alcanzará. La nueva ley que acaba de entrar, la LOSU, da mucha autonomía a las comunidades autónomas. De hecho la creó un ministro de un partido de Cataluña y da autoridad al Gobierno del Principado a crear nuevas figuras. Yo sé que otras autonomías como Cataluña ya están en ello y nosotros necesitamos esas figuras para que el personal docente tenga al menos un contrato de tres años. Para que si estás en un proyecto de investigación no tengas que estar investigando cómo puedes comer dentro del mes que viene. La investigación es muy dura, publicar en revistas de primer nivel y trabajar con empresas nos obliga a los investigadores a trabajar en cuerpo y alma. Esa confianza e ilusión tenemos que transmitirlas para captar ese talento que tiene que ser nuestro relevo. Si una universidad no capta ese talento, pues, como dije y alguien no me entendió, poquito a poquito, se muere. Y si una comunidad autónoma tiene una universidad que poquito a poquito, se muere, pues está también limitando su futuro. Esos son mis argumentos para invertir en futuro, no a gastar.

«Nunca tomaré decisiones así a vuelo pluma porque sería un inconsciente y no quiero que mi universidad a la que quiero tanto reciba decisiones poco pensadas»

—¿Cuáles son sus compromisos con los estudiantes?

—Tengo varios. El primero de ellos, como te comenté antes, es que vamos a tratar de convencer al Gobierno del Principado de que los estudiantes pueden suspender. Tenemos que luchar también contra esa tasa de abandono, que dependiendo de las carreras es más o menos alta. Hay además un tema de abandono económico; es decir, si a un estudiante se le dispara mucho la segunda o la tercera matrícula, a lo mejor se tiene que poner a trabajar y no puede sacar adelante esa asignatura. Tengo también otra reivindicación de los estudiantes que yo he adaptado a toda la comunidad y es que las máquinas que hay por todos los campus no tienen comida sana. Me piden que en las cafeterías, que son contratos que firma el rector de la universidad, haya también comida sana. No puede ser que solamente haya bollería, que la seguirá habiendo, pero en los menús tiene que haber vegetales. Si un estudiante es vegano, tiene que tener también una alternativa para la comida. No puede haber tampoco tantas salsas, porque luchamos por la salud. Otro tema que me piden y lo traslado también a profesores y PTGAS es el deporte. No para ganar las olimpiadas, que está muy bien, sino el deporte como salud. Dicen que se pasan estudiando todo el día y necesitan poder encajar en sus horarios esa hora que recomiendan los médicos de hacer deporte al día. Todos los profesores, en los que me incluyo, y también los PTGAS, tienen que intentar tener también una hora de deporte al día.

Quiero potenciar también las asociaciones de estudiantes, que ya tenemos en la Universidad, pero creo que son pocas. No hablo de las que tienen representatividad en los órganos, sino de asociaciones de estudiantes que trabajan con una idea como los Motostudent de la Politécnica de Gijón, que se pelean todo el año para fabricar una moto y competir con ella. Son asociaciones que dan vida a la Universidad y muchas veces están muy relacionadas con sus estudios, promueven y animan también a otros estudiantes a trabajar un tema determinado en áreas muy técnicas, culturales como puede ser una asociación de teatro, o de cualquier otro ámbito. Eso crea comunidad, ilusión y aporta a la Universidad y yo las echo de menos. Hay un conjunto de asociaciones ya funcionando que las apoyaré, pero quería meter ese germen entre los estudiantes para que también puedan participar los profesores y PTGAS. Normalmente los que ponen más empeño e ilusión son los estudiantes, pero hay un problema, esos estudiantes se gradúan, abandonan la universidad y cuando se marchan si son promotores de una asociación esta se muere. Es ley de vida.

—¿Cuál sería la primera decisión que tomaría si es proclamado rector de la Universidad de Oviedo?

—Creo que no debería tomar ninguna decisión. Lo primero que tengo que hacer es enterarme de todo. La Universidad de Oviedo, como diríamos nosotros, es un sistema muy complejo y cuando tomas los mandos de un sistema complejo no puedes ser imprudente. Hay que mirar muy bien ese sistema complejo, pensarlo mucho y escuchar a muchas personas antes de tomar una decisión. Lo cual no quiere decir que la tome pero sin conocer todo es sistema complejo, decir ahora qué decisión tomar, por mi parte sería lo más imprudente del mundo. Una cosa es que yo haya tenido 17 años de cargos y otra cosa es el momento que soy rector de la Universidad. Tendré mucha información, tendré mis equipos ayudándome a procesarla porque yo no puedo, es demasiada, y tendré a todo ese equipo ayudándome a tomar decisiones y además escucharé a la comunidad universitaria. Por eso, la primera decisión que tengo que tomar es ponerme a estudiar. Me encerraré en el despacho del rector y haré trabajo de gabinete, como decimos en ingeniería, para conocer todo y ver qué decisiones urgentes y críticas me llegan. Yo nunca tomaré decisiones así a vuela pluma porque sería un inconsciente y no quiero que mi universidad, a la que quiero tanto, reciba decisiones poco pensadas.