María Jesús Álvarez, directora general de Igualdad: «La prostitución y la explotación sexual son formas de violencia contra las mujeres muy graves»

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

ASTURIAS

María Jesús Álvarez asumió el cargo de directora general del Principado en el verano de 2023
María Jesús Álvarez asumió el cargo de directora general del Principado en el verano de 2023 Héctor Herrería

Analiza los principales retos que enfrenta la región y los avances logrados hasta la fecha para alcanzar una igualdad de género

07 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Se ha avanzado en materia de igualdad, pero aún queda mucho por hacer. Las estadísticas indican que hasta mediados del próximo siglo no se alcanzará una equidad real entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida. Para que la paridad sea una realidad de una vez por todas, la educación juega un papel clave. Es por ello que resulta fundamental poner el foco en las edades más tempranas para fomentar una sociedad más igualitaria. «Hay que hacer que nuestros menores sean absolutamente intolerantes a todo tipo de violencia, incluida la que se ejerce sobre las mujeres y las niñas», asegura María Jesús Álvarez (Pravia, 1962).

La directora general de Igualdad del Principado de Asturias subraya también la importancia de centrar la atención en los agresores y no en las víctimas, además de visibilizar y condenar públicamente el intolerable comportamiento del putero. La que fuese presidenta de la Junta General del Principado durante tres legislaturas analiza además los principales retos que enfrenta la región y los avances logrados hasta la fecha para alcanzar una igualdad real.

—¿Cómo enfrenta este 8M teniendo en cuenta que el primer asesinato machista del año se ha cometido en Asturias?

—El asesinato de Karilenia ha sido algo tremendo, terrible. Es muy triste empezar el año con una noticia como esa. Cuando pasa una cosa así, cuando una mujer es asesinada por violencia machista, desde el punto de vista emocional, es un palo y se tiene la sensación de que algo no ha ido bien: hemos fallado a Karilenia y a su familia. Esto nos obliga a revisar todos los procedimientos y todos los protocolos. Al mismo tiempo nos reafirma en la importancia de sostener políticas públicas que atiendan a la prevención de la violencia de género y al acompañamiento a las mujeres que la sufren, con todos los recursos a nuestro alcance, reforzando la red de recursos que tenemos establecida, destinando más financiación si hace falta porque la violencia es una realidad, lamentablemente y dolorosamente presente en nuestra sociedad, frente a la cual solo cabe actuar. En ese sentido, el que se haya renovado el pacto de Estado contra la violencia de género en el Congreso de los Diputados, con una amplísima mayoría y respaldo de los grupos parlamentarios — con la excepción de los representantes de la ultraderecha— es una buena noticia porque consolida unas líneas financieras importantes para sostener una red de recursos públicos; avanzar en coordinación; explorar cómo atajar otras formas de violencia cada vez más presentes, desde la violencia digital hasta la violencia económica, e incorpora también medidas para prevenir la violencia vicaria. Por tanto, es muy triste, es muy doloroso empezar el año así. Afecta mucho en lo emocional pero refuerza el compromiso para seguir abordando la violencia de género de forma integral y de forma radical.

—Si tuviera que marcar una prioridad absoluta en materia de igualdad para los próximos años en Asturias, ¿cuál sería?

—Sin duda hay que insistir en la coeducación porque la igualdad se aprende como también se aprende la desigualdad. Si hay un espacio de socialización desde las edades más tempranas —en Asturias desde los cero años con Les Escuelines hasta que el desarrollo personal está consolidado es en la escuela. Por tanto, la escuela es un espacio muy importante para abordar todo lo que tiene que ver con los roles; superar de una vez los estereotipo; incorporar referentes, de mujeres de todos los ámbitos que siempre estuvieron ahí pero que han sido silenciadas durante siglos; el respeto a la que es distinta; el apoyo a la violencia y el apoyo a la igualdad; la resolución de conflictos desde el diálogo y no desde la fuerza… Hacer que nuestros niños y niñas sean absolutamente intolerantes a todo tipo de violencia, incluida la que se ejerce sobre las mujeres y las niñas.

«Para avanzar en igualdad hay que ser capaces de vivir en igualdad»

—¿Cómo valora la situación de igualdad de género en Asturias en comparación con otras comunidades autónomas?

—Creo que Asturias es una comunidad sociológicamente igualitaria, porque es una sociedad que se ha caracterizado siempre por la solidaridad, que es una de nuestras señas de identidad. Siempre ha sido una sociedad avanzada y progresista. Además, en Asturias desde hace muchos años se ha consolidado una política pública en materia de igualdad y de prevención de la violencia de género que constituye un patrimonio colectivo y que es ejemplo para el conjunto de la ciudadanía. Pero, no vivimos en una isla y en Asturias la influencia de la evolución política internacional también nos afecta. Lo que está pasando en Estados Unidos no porque pase en Estados Unidos deja de afectarnos. Hay un clima de negación de la violencia, de una crítica mal entendida a lo que es la igualdad… y eso cala o tiene una cierta presencia porque las redes son una herramienta muy valiosa para hacer muchas cosas, pero son también una herramienta muy poderosa en manos de aquellos que se dedican a distribuir bulos o a hacer planteamientos vinculados en muchas ocasiones al odio y a la agresividad más cavernaria. Por tanto, Asturias tiene una buena posición en materia de igualdad, por trayectoria, características sociales, demográficas y por nuestra propia idiosincrasia, pero no estamos ajenos ni exentos a esta ola ultraconservadora y muy peligrosa.

«Esa red de Les Escuelines, que está impulsando el gobierno de Asturias, facilita mucho la conciliación para las mujeres asturianas en todo el territorio, incluido el medio rural»

—¿Cuáles diría que son los principales desafíos que enfrenta la región en esta lucha contra la desigualdad?

—Es muy importante que abordemos el tema de la coeducación, que lo estamos haciendo ya, contando además con la complicidad muy amplia de la comunidad educativa. En Asturias hay muchas experiencias y muchos ejemplos en materia de coeducación que son realidad en los centros escolares. Pero, además, durante los últimos años desde la Dirección General de Igualdad se ha impulsado el programa Coeducastur de forma experimental: algunos centros han hecho una prueba piloto con esos materiales y esas propuestas educativas. El retorno que tenemos es que es una buena propuesta, que ayuda al profesorado y a la comunidad educativa. Además, el Gobierno del Principado de Asturias tiene un decreto que regula la coeducación en Asturias, dando respuesta a lo que exigen las leyes, pero facilitando que los centros lo puedan desarrollar y, sobre todo, haciendo que la coeducación sea una realidad en el conjunto de la comunidad. Por tanto, ahí tenemos uno de los retos más importantes: hay que consolidar esta experiencia de coeducación en todos los centros escolares de nuestra comunidad autónoma. Más retos, para avanzar en igualdad hay que ser capaces de vivir en igualdad y las mujeres seguimos teniendo una brecha en lo laboral muy importante. No solo porque accedemos a puestos de trabajo peor remunerados, sino porque los puestos de trabajo de las mujeres tienen más parcialidad y más precariedad que los de los varones. Además, casi 9 de cada 10 excedencias que se piden para cuidar las piden mujeres y eso luego repercute en su trayectoria profesional, en su sueldo y en su jubilación. Por tanto, tenemos que ser capaces de establecer medidas que permitan que las mujeres accedan a trabajos mejor remunerados y, al mismo tiempo, cuando se trata de los cuidados, que estos no dependan exclusivamente de las mujeres para que no afecten de forma tan directa a su evolución profesional y, por tanto, salarial. Hace falta un pacto social por los cuidados que incluya la corresponsabilidad de los hombres pero que también interpele a las administraciones públicas, que estamos obligadas a promover y proveer de recursos que ayuden a las mujeres. En este sentido, esa red de Les Escuelines, que está impulsando el gobierno de Asturias y es un ejemplo a nivel estatal, facilita mucho la conciliación para las mujeres asturianas en todo el territorio, incluido el medio rural. Pero, también hacen falta recursos para atender a las personas mayores o a las que caen enfermas y ahí tenemos que estar las administraciones públicas y también las empresas, porque esta es una tarea colectiva. Por eso, hablamos de pacto social de cuidados. Tenemos también que abordar todas las violencias que sufrimos las mujeres por ser mujeres no poniendo el foco en las víctimas sino en los agresores. Ese eslogan de «Que la vergüenza cambie de bando», me parece muy acertado, porque hay que fijarse en los agresores y conseguir una sociedad absolutamente intolerante frente a la violencia, a las violencias que sufrimos las mujeres. Aquí también hacen falta recursos públicos para prevenir, acompañar y ayudar a las mujeres que sufren violencia a salir de esa situación que las daña y las destruye de alguna manera. Tenemos que acompañarlas para que puedan recuperar su vida, una vida autónoma y libre de violencia.

«Tenemos que abordar todas las violencias que sufrimos las mujeres por ser mujeres no poniendo el foco en las víctimas sino en los agresores»

—El 8M en Asturias estará dedicado este año a la educación en igualdad. ¿Qué programas específicos se están implementando en los colegios e institutos asturianos para prevenir la violencia machista?

—Como estábamos comentando en Asturias ya hay una experiencia, son muchos los centros que llevan años trabajando en coeducación. Desde la Dirección General de Igualdad lo que estamos es impulsando Coeducastur, que es un programa cuyos materiales están disponibles para Primaria y Secundaria en nuestra página web a cualquier profesorado y a todas las comunidades educativas. Este año para ir implantando de forma progresiva pero rápida este programa hemos querido formar a 50 centros de Primaria que tienen que comprometerse a que el 50 por ciento del claustro participe en esa formación que tiene una duración de 60 horas. Hemos tenido la agradable sorpresa de que nos ha desbordado la demanda porque son muchos más los centros que quieren hacer la formación que nuestra capacidad inicial de respuesta. También quiero destacar que aunque todavía no están disponibles en la web pero estarán pronto, el programa abarca el conjunto de la educación desde Les Escuelines hasta la Formación Profesional, incluyendo la Educación Especial. Por tanto, es un programa que abarca el conjunto de la educación de Asturias.

«La brecha salarial es un problema estructural importante. Tiene unas dimensiones que no es fácil cambiar y, sobre todo, que no se cambian en el corto plazo de tiempo»

—En términos de políticas públicas, ¿qué programas o iniciativas destacaría como las más efectivas para reducir la brecha de género en Asturias?

—Está jugando un papel muy importante la concertación social y, particularmente, desde la mesa 5 de Igualdad hemos identificado algunas medidas importantes en lo que tiene que ver con la brecha de género. Empezando por la puesta en marcha de medidas vinculadas al Plan de Igualdad del Principado de Asturias, que afectan a las personas que trabajan en la administración pero que son muchas veces un espejo en el que mirarse el conjunto de la sociedad y las empresas, pasando por la exigencia de que en los consejos de administración, al menos de las empresas públicas, haya paridad entre hombres y mujeres. También como paso previo y como ejemplo para lo que tenga que suceder en el marco de la Ley de paridad en conjunto de las empresas hay que fomentar, potenciar y seguir sosteniendo a las agentes delegadas de igualdad en la empresa, una figura que nació aquí en Asturias en la pasada legislatura y que en esta vamos a seguir sosteniendo. Supone el apoyo, tanto de los empresarios a través de la FADE como de los sindicatos con representación mayoritaria —UGT y CC. OO.—, a las empresas a que puedan desarrollar de forma correcta sus planes de igualdad. Además, está siendo bien valorado por todas las partes con la puesta en marcha de proyectos nuevos que están también en la concertación social y que tienen que ver con programas de apoyo a las niñas y jóvenes para que identifiquen, dentro de las posibilidades de desarrollo profesional, aquella que más les guste, superando esos estereotipos que hacen que las chicas opten normalmente por carreras más vinculadas a los sectores que están relacionados con el cuidado. Desde la enseñanza hasta la sanidad. Pues queremos que haya más niñas que opten por carreras técnicas, relacionadas con la informática o las ciencias. También hay propuestas para acompañar a mujeres empresarias para que se formen y puedan mejorar su papel en la empresa. ocupando puestos de mayor responsabilidad o formando a los cuadros sindicales con perspectiva de género, por citar algunas. La brecha salarial es un problema estructural importante. Tiene unas dimensiones que no es fácil cambiar y, sobre todo, que no se cambian en el corto plazo de tiempo. Atajarlas tiene mucho que ver con decisiones políticas como, por ejemplo, la subida del salario mínimo interprofesional o la reforma laboral. Ambas medidas han tenido una incidencia directa en la brecha salarial porque partimos de que las mujeres ocupan puestos de trabajo que están más abajo en la tabla salarial, tienen más parcialidad y contratos más precarios. Lógicamente se han visto, junto con los jóvenes, más directamente afectadas por medidas de este tipo. Pero, creo que todo tiene que ver con un abanico de medidas que vayan haciendo que esa segregación horizontal y vertical que sufrimos las mujeres en el ámbito laboral se vaya reduciendo.

La directora general de Igualdad del Principado de Asturias, María Jesús Álvarez, llama a sumarse al movimiento feminista
La directora general de Igualdad del Principado de Asturias, María Jesús Álvarez, llama a sumarse al movimiento feminista Héctor Herrería

—¿Qué estrategias se están implementando para combatir la precariedad laboral y la feminización de ciertos empleos?

—La formación es la base pero no es suficiente, hay que hacer también mucha tarea de sensibilización. La semana pasada estábamos en la Fundación Laboral de la Construcción, en una jornada que desarrollamos por segundo año consecutivo, para visibilizar a mujeres en el ámbito de la construcción, un sector absolutamente masculinizado. Como ese hay otros muchos sectores masculinizados y también hay sectores feminizados en los que deberían entrar también los varones, porque en el ámbito de los cuidados mayoritariamente son las mujeres las que están presentes. Por tanto, aparte de hacer formación hay que hacer mucha tarea de sensibilización y con el apoyo de los medios de comunicación necesitamos ser capaces de trasladar que tanto hombres como mujeres en estos momentos pueden desarrollar prácticamente cualquier trabajo. Los medios a nuestro alcance hacen que la fuerza no sea un elemento de discriminación. Por tanto, cuando por ejemplo vemos en un medio de comunicación que «hacen falta camioneros», estamos dando un mensaje muy claro: no se tiene en cuenta la posibilidad de que pueda haber camioneras. En todo esto tenemos que sumarnos todo. Tiene que haber medidas de acompañamiento; medidas que incentiven a las chicas a incorporarse a sectores tradicionalmente masculinizados, si es que les gustan o entienden que puede ir por ahí su vida profesional; medidas de conciliación y tenemos también que incorporar que el lenguaje no es neutro y que el lenguaje tiene que también abrir bien el abanico para identificar a hombres y a mujeres en cualquier sector laboral.

«Tanto hombres como mujeres en estos momentos pueden desarrollar prácticamente cualquier trabajo. Los medios a nuestro alcance hacen que la fuerza no sea un elemento de discriminación»

—¿Qué sectores siguen mostrando mayor resistencia a la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres?

—Hay sectores que están masculinizados desde siempre. El de la construcción es uno de ellos, el del transporte por carretera es otro. No quiere decir que no haya mujeres en estos sectores pero son muy poquitas y se las ve menos. Luego hay sectores absolutamente feminizados. Todo lo que tiene que ver con la atención a las personas, con la limpieza, con lo sociosanitarios… son sectores feminizados.

—La conciliación sigue siendo otro de los mayores retos para la igualdad. ¿Qué medidas están impulsando desde el Gobierno de Asturias para facilitar esa corresponsabilidad en el hogar?

—Hay una parte que tiene que ver mucho con la disposición de recursos. Se concilia mejor allí donde hay posibilidades como guarderías. Me repito pero Les Escuelines son un proyecto absolutamente disruptivo porque es una red pública que va a llegar al conjunto del territorio y no solo a aquellos espacios que porque hay más masa crítica es más fácil que la iniciativa privada ofrezca servicios. En Asturias tenemos también, y hay que saber valorarlo, un sistema de apoyo a las personas mayores y dependientes en sus propios domicilios que tenemos que mimar y mejorar. Tenemos también una buena red de espacios residenciales para personas mayores. Todo eso lo tenemos que fortalecer desde lo público y blindar desde el pacto político porque no podemos perder esos recursos. Pero, además hay otras muchas medidas. Por ejemplo, tenemos el plan corresponsables que con recursos cien por cien del Estado español, transferidos a las comunidades autónomas y que nosotros hacemos llegar a los ayuntamientos, están facilitándole la vida a muchas parejas jóvenes con niños pequeños, que están trabajando los dos y tienen dificultades sobre todo cuando las jornadas escolares no coinciden con las laborales. En este sentido, tenemos una muy buena experiencia en los ayuntamientos asturianos que están acompañando a las familias y ofreciéndoles servicios muy necesarios, muy útiles y muy bien valorados como son «los madrugadores», que son niños que van al cole más temprano, o «las meriendas» que se hacen en los coles para un poco lo mismo. Esa es una política que se inició de forma experimental la pasada legislatura y que en mi opinión tiene que consolidarse en el tiempo. A partir de ahí, vuelvo a decir lo que ya dije en materia de conciliación: hay que hablar sobre todo de corresponsabilidad. Tenemos también que ser capaces de involucrarnos todas las administraciones públicas pero también las empresas, tienen que facilitar la conciliación a las trabajadoras y los trabajadores.

«Ahora mismo hay en Asturias al menos 1.212 mujeres en contextos de prostitución y de explotación sexual»

—Uno de los objetivos del gobierno del Principado es abolir la prostitución. ¿Hay avances?

—Se están dando pasos firmes y sólidos para el desarrollo de la estrategia que ya identificaba varios ejes que nos permitan abolir la prostitución y la trata. Esta es una posición política muy valiente y muy avanzada que Asturias ha dado la pasada legislatura de forma precursora, no hay otros espacios territoriales que hayan hecho una cosa así. En 2024 encargamos un estudio diagnóstico de la prostitución y la trata en Asturias con el objeto de poner el foco del conocimiento sobre una realidad difícil de analizar, porque permanece en buena parte oculta. Lo hemos hecho con el apoyo de las tres entidades especializadas en trata y en prostitución: Fundación Amaranta, Apram y Médicos del Mundo. Teniendo en cuenta el trabajo que vienen desarrollando en Asturias y con este trabajo hemos identificado que ahora mismo hay en Asturias al menos 1.212 mujeres en contextos de prostitución y de explotación sexual. En cuanto al perfil, son mayoritariamente mujeres extranjeras y jóvenes, que en torno a la mitad no tienen una situación regular. Hemos identificado también cuestiones que nos van a permitir mejorar como, por ejemplo, que tenemos que tener bases de datos unificadas que nos permitan seguir actualizando el conocimiento de esa realidad. Que nos falta conocimiento sobre lo que sucede en el conjunto del territorio: tenemos conocimiento sobre lo que sucede básicamente en el área central pero mucho menos lo que sucede en las alas. Tenemos por tanto que hacer un protocolo que nos permita una buena coordinación entre las diferentes administraciones y entidades que queremos intervenir para que cualquier mujer que quiera salir de esos contextos tenga una posibilidad real de hacerlo. En eso es en lo que estamos trabajando. A partir del diagnóstico se han abierto dos mesas de trabajo para elaborar una forma de intervención que sea más eficaz y, al mismo tiempo, para desarrollar un protocolo de coordinación similar al que tenemos en materia de violencia de género.

«El putero tiene que ser señalado como lo que es, porque al final la prostitución y la explotación sexual son formas de violencia contra las mujeres muy graves»

—Uno de los mayores problemas en este caso es que hay demanda…

—Sin duda. Abolir la prostitución es difícil porque hay demanda. Ahí hay que poner una vez más el foco en el mal llamado «cliente» o si se quiere en el putero, por llamarlo con todas las letras. Creo que hace falta sensibilidad social para que no haya esa especie de tolerancia, que el putero sea señalado como lo que es, porque al final la prostitución y la explotación sexual son formas de violencia contra las mujeres muy graves. Son casi una forma de esclavitud todavía presente en el siglo XXI, aunque parece algo inconcebible. Cuando además hay un negocio de por medio, es aún más complicado abordar una posición como es la abolición, que en mi opinión es la única posición ética posible frente a la explotación que viven las mujeres prostituidas y las mujeres víctimas de explotación sexual.

María Jesús Álvarez, directora general de Igualdad del Principado de Asturias
María Jesús Álvarez, directora general de Igualdad del Principado de Asturias Héctor Herrería

—¿Qué balance hace de la actividad desarrollada hasta la fecha por el Centro de Crisis?

—Es un poco contradictorio decir que la historia del Centro de Crisis es la historia de un éxito porque mes a mes se incrementa el número de mujeres que acuden a buscar ayuda, apoyo y asesoramiento, tanto desde el punto de vista legal como del psicológico, pero es una realidad. Abrir el Centro de Crisis como se abrió en Asturias, en plena pandemia y de forma absolutamente pionera en el conjunto del Estado, es un éxito sin paliativos. No se puede calificar más que de éxito. El trabajo de las profesionales y particularmente del equipo que se genera después dirigido a menores de edad es muy importante. Y el compromiso del gobierno de Asturias para ampliarlo, mejorar sus instalaciones, que se hizo el año pasado, es una buena señal de que esta es una política que nos importa, nos preocupa y queremos seguir impulsando. ¿Cómo? Dando cada vez mejor atención a las víctimas con un servicio que son 365 días al año, 24 horas al día, pero también haciendo que el centro sea un referente en materia de sensibilización frente a la violencia sexual. Que sea referente en materia de formación, tanto interna como externa. Que desde el Centro de Crisis podamos liderar que no haya violencia sexual en el ocio nocturno, en el deporte, en la escuela… que sea ese número de teléfono al que se llama siempre que se detecta algún tipo de violencia, con independencia de su intensidad, porque ahí están las profesionales, expertas en esto, que siempre están dispuestas a atender a las mujeres víctimas.

—Buena parte de los denuncias que ha cursado la UFAM aquí en Asturias ha sido en parte gracias al Centro de Crisis

—No es necesario poner una denuncia o tener decidido que se quiere hacer para ir al Centro de Crisis porque el centro va a respetar siempre las decisiones de las mujeres y sus tiempos. No es por tanto un requisito haber puesto una denuncia para ser atendida en el centro pero es verdad que las mujeres que son atendidas en el centro después, en un porcentaje muy alto, se animan a denunciar. Entonces, eso es también importante porque la violencia sexual es una de las violencias que tradicionalmente ha venido siendo menos denunciada y eso genera una sensación muy poderosa de impunidad en los agresores.

—Sí hasta la fecha se han dado válidos comportamientos que no se tienen porqué dar...

—Sí. En ese sentido veo también que hemos avanzado como sociedad y comportamientos de violencia sexual que a lo mejor tienen una menor intensidad y que fueron con muchas comillas normalizados durante muchos años ya no lo son, afortunadamente. Y no puede volver a serlo nunca. En esto no podemos dar pasos hacia atrás.

—¿Cómo valora el papel del movimiento feminista en Asturias?

—En Asturias tenemos, en estos momentos, un movimiento feminista y lo está demostrando la convocatoria 8 de marzo renovado desde el mundo de vista generacional, con mujeres jóvenes que tienen mucha capacidad de acción, de comunicación y de iniciativa. Están en esa idea de sumar y de avanzar juntas y yo creo que tenemos que apoyarlas porque en estos momentos son muy importantes para avanzar en igualdad en la sociedad asturiana.

—Para finalizar, ¿cómo imagina Asturias en términos de igualdad de género dentro de diez años?

—Soy una persona positiva, no voy a decir optimista, por eso confío mucho en la capacidad de mejorar de la sociedad. Es verdad que se pueden dar pasos atrás, no podemos creer que los avances en derechos están escritos en piedra, sabemos lo difícil que es construir la igualdad y lo difícil que es destruirla. Pero, también creo que si hace diez años de Asturias partió el Tren de la Libertad, que supuso un altavoz importantísimo, un pie en pared con los derechos de las mujeres, con los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres no se juega, Asturias no puede dejar de ser esta comunidad autónoma defensora de los derechos de las mujeres y capaz de dar un paso al frente sin miedo para defenderlos.