Un aviso desatendido en diciembre y sin respuesta de la embajada: al detalle la «descoordinación» en la «casa de los horrores»

Nel Oliveira
Nel Oliveira REDACCIÓN

ASTURIAS

La Policía local de Oviedo detuvo a un matrimonio por tener a sus tres hijos menores, dos gemelos de ocho años y otro niño de diez, encerrados en su vivienda en durante cuatro años y en condiciones insalubres
La Policía local de Oviedo detuvo a un matrimonio por tener a sus tres hijos menores, dos gemelos de ocho años y otro niño de diez, encerrados en su vivienda en durante cuatro años y en condiciones insalubres J.L.Cereijido | EFE

En Alemania cuestionan el papel de la Guardia Civil y de la embajada alemana en España en el caso de los menores encerrados en Oviedo desde la pandemia

13 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El caso de los tres menores encerrados por sus padres en la «casa de los horrores» de Oviedo desde la pandemia ha dado la vuelta al mundo. El prestigioso semanario alemán Der Spiegel ha publicado un amplio reportaje sobre el caso de la pareja germano-estadounidense detenida a finales de abril, poniendo especial énfasis en dos aspectos hasta ahora poco conocidos: el papel de la embajada alemana en España y los primeros avisos desatendidos por parte de la Guardia Civil. En el texto, titulado «Das berichten zwei Polizisten über das 'Horrorhaus von Oviedo’» —Esto es lo que cuentan dos policías sobre la ‘casa del horror de Oviedo, traducido al castellano— y firmado por los periodistas Max Polonyi y José Bautista, se achaca una «falta de coordinación» entre la Policía Local de Oviedo y la Benemérita, así como una falta de respuesta por parte de la embajada de Alemania.

Según revela Der Spiegel, el jefe de la Policía Local de Oviedo trató de contactar sin éxito con la embajada alemana el viernes 25 de abril, apenas tres días antes de que se ejecutara el operativo en el domicilio. El objetivo de la llamada era recabar información sobre Christian S., el padre de familia arrestado por, presuntamente, haber mantenido durante años en condiciones de aislamiento y abandono a sus tres hijos menores. Sin embargo, la llamada solo se quedó en un intento de comunicación. Según el medio alemán, el responsable policial permaneció en espera durante una hora y media antes de colgar, sin haber podido hablar con nadie. Al ser preguntado, el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán aseguró que no consta ninguna llamada desde Oviedo ese día.

El otro punto destacado del reportaje es el papel de la Guardia Civil, que ya había recibido el primer aviso sobre esta familia en diciembre de 2024, según confirma la propia institución al medio alemán. La advertencia, realizada por una persona anónima —presumiblemente un vecino—, alertaba de comportamientos extraños del padre y del hecho de que, aunque se oían voces de niños, nunca se les veía. Sin embargo, la actuación posterior fue mínima. En febrero, dos agentes acudieron al domicilio, interrogaron a Christian S. en la puerta, y se marcharon tras escuchar su versión, sin comprobar si los niños estaban escolarizados. Una información no fue compartida con la Policía Local de Oviedo. «La Guardia Civil y la Policía Local son dos organizaciones diferentes. Aunque la Guardia Civil es mucho más poderosa y más grande, en ocasiones tiene tareas similares y algunos casos se superponen, sincompartir toda la información», explica el diario alemán a sus lectores.

Primeros avisos desatendidos y falta de comunicación

Fue cinco meses después del primer aviso, y a raíz de un nuevo chivatazo anónimo, cuando la Policía Local retomó el caso por su cuenta. Lo hicieron sin saber siquiera que en la casa vivían menores. Fue tras semanas de vigilancia y una fotografía tomada desde una rendija por un agente cuando se confirmó la presencia de los niños. Entonces se organizó el operativo del 28 de abril, en el que participaron siete agentes, dos trabajadores sociales y un traductor. La escena que encontraron los agentes —según relatan dos policías implicados en el caso, que hablaron con Der Spiegel bajo condición de anonimato— les marcó profundamente: montañas de basura, pañales usados, purificadores de aire por toda la casa y un gato enfermo encerrado en el baño sobre sus propios excrementos. En medio del caos, tres niños con «varias mascarillas superpuestas y pañales», dos de ellos «extremadamente delgados», el otro con «sobrepeso». «La madre dijo poco antes de su detención que los niños necesitaban los pañales porque estaban enfermos y no podían controlar sus esfínteres», publica el samanario.

Además, en Der Spiegel se recuerda que, pese al estado del domicilio, la detención fue pacífica. Christian S. salió de la casa con los agentes sin oponer resistencia. Su esposa, en pijama y zapatillas, mostró preocupación por una única cosa: que se respetaran los horarios de sus hijos. Comer, lavarse, cepillarse los dientes. Para ella, el ritmo era lo único que evitaba que los niños quedaran completamente desatendidos. La imagen, descrita por uno de los policías en el jardín, fue «extraña». «Las autoridades españolas acusan a la pareja de violencia doméstica y abandono de menores, y también existe la posibilidad de privación de libertad. Se dice que el matrimonio mantiene a sus tres hijos en la casa de Oviedo desde finales de 2021, sin contacto con el mundo exterior. Se dice que la única persona que salió de casa en casi cuatro años fue el padre, por ejemplo para recibir las compras de los repartidores del supermercado en la terraza», publican.

Por otro lado, el texto también habla sobre la identididad de los padres. Christian S., de 53 años, es un filósofo nacido en Hamburgo que escribió una tesis sobre Heidegger y trabajaba recientemente como consultor en Berlín. Su esposa, de 48, es estadounidense con pasaporte alemán. Según receurda Der Spiegel, ninguna administración ha logrado localizar hasta ahora a un solo familiar de la pareja o de los niños: «Ambos progenitores se encuentran actualmente en prisión, ingresados en el área psiquiátrica del centro penitenciario de Asturias». También apuntand que en la casa se hallaron medicamentos para tratar TDAH y sustancias con THC. La madre declaró que casi todas las dolencias de los niños podían curarse con un «jarabe», cuya composición aún se investiga.