Inés Jiménez, educadora canina: «No recomiendo pasar mucho tiempo en playas o parques para perros»
ASTURIAS
Cuando un perro es adoptado, debe ser tratado correctamente para que pueda recuperar su felicidad. La experta en conducta animal explica cómo debe actuar la nueva familia para facilitar su adaptación y garantizar su bienestar
26 may 2025 . Actualizado a las 12:05 h.El abandono y la pérdida de animales continúa siendo el principal problema de bienestar de los perros en España. Según el estudio «Él nunca lo haría», publicado por Fundación Affinity, más de 286.000 perros y gatos acabaron en el 2025 alguna protectora de animales. En realidad, si no fuese por la encomiable labor que desempeñan protectoras y albergues, muchos de estos animales tendrían las horas contadas. Estas entidades les proporcionan cobijo y alimento, además de cubrir otras necesidades básicas, hasta que aparece alguien dispuesto a hacerse cargo de su bienestar. Cuando esto ocurre es porque la vida, a pesar de ser tan injusta, les ha sonreído. Sin embargo, para que vuelvan a ser felices resulta fundamental saber tratarlos correctamente desde el primer momento. La educadora canina y responsable de Ciudadano Can, Inés Jiménez, explica cómo debe actuar la nueva familia para facilitar esa adaptación y garantizar la paz interior.
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—¿Cuáles son los primeros pasos que debe tomar la nueva familia una vez que adopta el animal?
—Antes de que llegue el animal a casa se debe planificar. Doy por supuesto que tiene la mayor información posible sobre el animal y sus características, además de pensar qué material tiene que tener. Lo ideal es una correa de dos metros y siempre preferible el arnés, porque el collar causa muchas lesiones en el cuello. Hay que tener bolsas para recoger los excrementos y botella de agua para limpiar el pis. Eso por un lado. Luego, tienen que pensar en que el perro está en un período de adaptación, con lo cual hasta pasados tres meses no sabes qué perro tienes de verdad. El perro está a la expectativa y la familia también. Entonces estos tres meses son muy importantes para ir construyendo las bases para el futuro. Por tanto, sería ideal que la familia adoptara cuando va a tener unos días de vacaciones o al menos el fin de semana. Y es que una de las primeras necesidades que hay que cubrir del perro en este período de adaptación es enseñarle a quedarse solo. Las familias en esos primeros días deberían permanecer con el perro y hacer salidas cortas, incluso si se puede no hay que dejarle solo en casa. El perro tiene que ver como la familia marcha pero también vuelve. Eso es muy importante.
«Lo mejor es dejar tranquilos a los perros cuando llegan nuevos a casa. Hay que dejarles que se adapten y tomen decisiones»
—La mayoría de estos animales llegan a su nuevo hogar con muchas inseguridades. ¿Cómo se debe actuar en este sentido?
—Sí, como bien dices traen mochilas, pueden ser perros miedosos. Curiosamente las familias tienden a sobreactuar y sobre intervenir en el perro. Les tocan mucho, les hablan, les miman, traen a gente para que los conozcan… Todo eso causa mucho estrés al animal. Por eso, la primera semana debería ser una semana de convivencia en la que deberíamos, entrecomillas dejar al perro en paz, porque no es cierto que el amor quita los miedos. Mucha gente trata de interactuar tanto con el perro que este tiene miedo porque las personas, muchas veces, no saben cómo interactuar. Y no olvidemos que el perro no entiende lo que decimos. Por tanto, si te acercas al perro estirando la mano, mientras le dices: «bonito, qué te paso». El perro lo que ve es que una persona se inclina hacia él con una mano estirada y eso no es de su agrado. Lo mejor es dejar tranquilos a los perros cuando llegan nuevos a casa. Hay que dejarles que se adapten y tomen decisiones. Una prioridad del perro es dormir. Generalmente la gente compra una cama y la coloca donde considera, sin embargo, muchísimas veces los perros escogen otro sitio, aunque no haya cama. Además, cambian de idea. Pueden dormir en diferentes sitios a lo largo del día o durante un tiempo escogen un sitio pero a los dos meses prefieren otro. Al igual que hay que dejarlos estar, hay que dejarlos dormir. Un perro duerme entre 12 y 14 horas diarias, si es cachorro puede llegar hasta 20, con lo cual no se les puede andar despertando. Son además durmientes sociales, es decir, les gusta dormir en grupo o con alguien porque eso les da seguridad. Por eso hay que dejarles dormir cerca de quien quieren y en quien pueden confiar.
—¿Qué otros errores comunes cometen los propietarios?
—Hay mucha gente que tiene la manía de encerrar al perro en casa y eso les causa generalmente una ansiedad terrible. Que dejen las puertas abiertas porque es muy conveniente que los perros caminen. Otro error común se produce en las salidas. Hay muchos perros recién adoptados que se pierden porque la familia confía en que va a acudir a su llamada. Pero no tiene porqué ocurrir. Hay veces, incluso, que oyen un ruido o algo les asusta, entran en pánico y desaparecen. Por tanto, es muy importante no soltar al perro hasta que se tenga la total seguridad de que el perro acude a la llamada, incluso con distracciones. Para eso hay que probarlo. Hay algunos sitios en Gijón o en Oviedo, por ejemplo, que están vallados y son ideales para hacer la prueba. Que no nos pierdan las prisas porque muchas veces estos perros acaban atropellados. También se cree que los perros van a obedecer porque se piensa que están adiestrados. Una de las cosas que hacen es soltar al perro y empezar a perseguirlo. Lo ideal, en estos casos, es caminar en una dirección y que el perro esté atento a nosotros, que sea él que esté pendiente de nosotros y no al revés. Tampoco hay que exponerles demasiado al ruido o estar mucho tiempo fuera de casa con ellos. Recordemos que los perros duermen mucho y además el estrés es agotador, con lo cual todavía tienen que dormir más. Ya habrá tiempo de ir descubriendo todo. Otra cosa que confunde a la gente es que un perro agotado es un perro con buen comportamiento y simplemente un perro agotado es un perro agotado. Que cuando se le quite el agotamiento, si le has sometido a muchísimo deporte y a muchísimas actividades físicas, te lo va a reclamar, con lo cual estás empeorando un problema si lo había. No aconsejo tampoco tirarles pelotas para que corran detrás de ella. Es un ejercicio que muchos perros, sobre todo algunas razas, se vuelven totalmente obsesivos y acaba causando problemas: o se pelean con otros perros por la pelota o ven otra pelota en el otro extremo de la playa y se va a por ella sin pensarlo. Aconsejo también pasear por sitios diferentes para que el perro pueda utilizar su olfato, si puede ser por sitios naturales, mejor.
«No aconsejo tirar pelotas a los perros para que corran detrás de ella»
—Mientras que el perro se adapta a la nueva familia, entiendo que si se trata de un cachorro deberá recibir educación de forma paralela, ¿no?
—En el fondo todos los que llegan adoptados deberían recibir educación porque la mayoría suelen ser perros que tienen algunas particularidades. Es más, está estudiado que aunque lleguen bien, si la familia le da muchos mimos y está todo el día encima de él, tocándole y hablándole, se acaba creando un vínculo ansioso-dependiente increíble. De ahí la importancia de que en las primeras semanas hay que interactuar lo justo. De hecho, los perros no necesitan que se les trate como niños o como un bebé humano. Eso es un error que lleva a la dependencia por parte del perro, debido a esa hiperestimulación afectiva. Por lo general, un cambio de domicilio causa estrés a cualquier perro, aunque sea para ir a mejor.
—¿Y cómo sabemos si nuestro perro tiene estrés?
—Suelen beber mucha agua y, por tanto, hacer mucho pipí. Por eso es también importante que los perros tengan pautas higiénicas adquiridas. Al principio es bueno sacarlos frecuentemente de casa, en paseos pequeñitos, porque hay perros que no están acostumbrados a la ciudad y los paseos muy largos les puede provocar más miedo del que tiene, sobre todo si aún no han creado el vínculo de seguridad y confianza con la familia. Entonces, hay que darles oportunidades de que hagan sus necesidades fuera y hay que premiarlas para que así prefieran hacerlo fuera de casa.
«Los perros no necesitan que se les trate como niños»
— ¿Qué señales pueden indicar también que un perro sufre algún tipo de trauma?
—Son muchas, por eso hay que saber leer a los perros. Reacciones de miedo ante brazos que se mueven rápido, incomodidad si te acercas en línea recta, bostezos, girar la cabeza para mirar hacia otro lado, ofrecer un costado, moverse lentamente, parpadear mucho, sacudirse con frecuencia (como si estuvieran mojados, aunque no lo estén), o relamerse la trufa con un movimiento rápido de la lengua hacia ella… Todas estas son señales que nos dan información valiosa sobre el estado emocional del perro. Es importante reconocerlas para saber cuándo protegerlo del entorno o de otras personas, y también para darnos cuenta si nosotros mismos lo estamos agobiando sin querer. También hay perros que en los primeros días deciden quedarse en un lugar de la casa porque no se atreven a moverse. Incluso hay veces que están quietos con los ojos muy abiertos, con la pupila dilatada, por el estrés o el miedo. En estos casos, en los que el perro no está fresco, la familia no debe forzar. Hay que dejarlos tranquilos porque ya con el tiempo el perro se va a ir dando cuenta de que está en un lugar seguro, pero hay que darle ese tiempo. Yo misma tengo una perra adoptada que tardó una semana en moverse de una esquina. Lo importante es que tú no puedes querer acelerar un proceso que naturalmente lleva un tiempo porque causas el efecto contrario. De ahí viene que muchas personas tienden a reñir constantemente a sus perros. Los tratan como si fueran bebés, pero en cuanto muestran una conducta que no les gusta, como hacer pipí o caca en un lugar inapropiado, o mordisquear algo que no debían, reaccionan asustándolos. En estos casos, siempre aconsejo trabajar desde la prevención. Es decir, no dejes a tu perro sin supervisión en lugares donde pueda morder patas de muebles de madera o acceder a zonas que no quieres que explore. Puedes cerrar la puerta cuando no puedas vigilarlo y así evitarás problemas. También es recomendable ofrecerle comportamientos alternativos, como juguetes adecuados para morder, que sean más atractivos para él. Existen juguetes en el mercado que se pueden rellenar con comida como Lickimat, que consiste en láminas de silicona donde se puede untar comida blanda o pasta. Los perros se entretienen lamiéndolas, y eso les resulta muy relajante. Por tanto, si realmente se siguen las indicaciones de dejar al perro tranquilo durante el período de adaptación, sus niveles de estrés empezarán a disminuir. Lo contrario —interrumpirlo constantemente o sobre estimularlo— curiosamente eleva esos niveles. Muchos perros empiezan a seguir a la familia a todas partes: si alguien va al baño, se levantan y lo siguen; si alguien va a la cocina, también. Y no descansan, se acabó el dormir. Por eso es tan importante permitirles descansar, no hiperestimularlos, y darles espacio. Si no se respeta eso, puede aparecer lo que se conoce como síndrome de apego ansioso-dependiente canino. Y eso es algo muy serio. Muchos perros desarrollan este problema no por su carácter, sino por lo que hace o no hace la familia.
«Si se deja al perro tranquilo durante el período de adaptación, sus niveles de estrés empezarán a disminuir»
—Hay perros que manifiestan su malestar psicológico con agresividad, ¿cómo se debe actuar en esos casos?
—En principio, si dejas al perro tranquilo no se comportará así. Ahora si te acercas a él y quieres tocarlo, ahí es cuando el perro empieza, entre comillas, a defenderse. Pero antes de que esto ocurra hará una serie de movimientos, que son los que te comenté, que te están diciendo que al perro le está superando la incomodidad de la situación. Con lo cual nosotros deberíamos respetar el espacio y alejarnos. Para demostrar al perro que no somos ningún peligro podemos pasar cerca de él, soltarle algún premio (algún trozo de comida, por ejemplo) y alejarnos. Es también muy importante dejarle comer tranquilo. No hay que darle quitándole o poniéndole el cuenco ni tampoco hay que meter la mano en la comida, porque esa es la mejor manera de que un perro se vuelva agresivo aunque no lo fuera. Tampoco hay que andar gritándole porque es realmente cuando se asusta y es una manera también de que un perro miedoso tenga más miedo. Si, por ejemplo, hace pis o casa en casa hay que darle oportunidades para que aprenda a hacerlo fuera. Es ir entrenándolo poco a poco, porque en el momento que lo entiende ya tienden a hacer sus necesidades en la calle.
—¿Cómo saber si se necesita ayuda de un profesional o es sólo cuestión de tener paciencia?
—Si se siguen estas pautas, de respetarle sus necesidades básicas, no gritarle, darle seguridad… un perro adoptado, por lo general, va siempre a mejor. Ahora bien, si vemos que la cosa empieza a torcerse, no dudaría en ir a un profesional y cuanto primero mejor, porque así es mucho más fácil reconducir su conducta. Es mucho mejor tratar un problema en sus inicios que cuando está establecido. Sobre todo no hay que permitirle que nos empiece a perseguir por casa, porque sino ya no duermen. Hay que acostumbrarlo también, muy progresivamente, a que se quede solo. Eso es básico.
«Los consejos que te dan en el parque no valen para nada»
—¿Cuánto tiempo suele tardar un perro en adaptarse a su nuevo hogar?
—Tres meses es lo que necesitas para saber el perro que tienes. Pero, en las primeras cuatro o cinco semanas ya debe de haber una adaptación. Se debe de ver claramente que el perro ya confía, que está contento con la familia. Y, por supuesto, que está tranquilo. Esto es muy importante. La mayoría de las familias confunde estar contento con estar nervioso y excitado. Y lo promueven con sus actitudes. Les gusta ver al perro perder el control porque lo consideran alegría, cuando no es así. También te digo, cada perro es único y su adaptación depende de muchas cosas.
—¿Qué es más fácil cambiar la conducta de un perro adulto o de un cachorro?
—Cambiar la conducta a un cachorro sencillo, mientras que a un adulto es menos sencillo. Pero, lo peor de todo son los adolescentes. Precisamente este es el tramo de población que más llega a mi consulta, un 80 por ciento aproximadamente. Cuando los propietarios se dan cuenta de que los consejos que te dan en el parque no valen para nada y que los problemas de comportamiento no se quitan con la edad es cuando te vienen. Y claro ese adolescente viene estresado, con las hormonas revueltas… todos sabemos lo que es la adolescencia. Por eso, a un cachorro es muy fácil cambiarle la conducta, eso sí, tiene que estar en manos de un buen profesionalmente que, evidentemente, sepa ir a la causa no a la expresión del problema. Si un cachorro está todo el rato robándote las zapatillas, persiguiéndote, subiéndose a tu casa… es porque quiere llamar tu atención. No es porque tenga un problema de morder cosas sino porque lo único que quiere es que vayas a ver qué está haciendo, aunque le caiga una riña. Eso es porque creaste un vínculo ansioso-dependiente Entonces, no es lo mismo un perro que muerde X cosa porque no sabe muy bien qué morder, que un perro que lo muerde por otra razón. La forma de tratarlo es totalmente diferente. Pero sí, todo lo que se haga antes de los seis meses, será muchísimo mejor. Muchísimo mejor porque el cerebro del perro se está formando todavía, se están estableciendo las conexiones neuronales y es mucho más adaptable. Aunque todo tiene también unos tiempos precisos. En temas de relaciones sociales es mucho más complicado cuando entran en una etapa madura, por eso si se empieza a trabajar con ellos antes de los tres meses mejor. Por eso, por ejemplo, en mi empresa cuento con un equipo de perros muy equilibrados que ayudan a los cachorros a desarrollar correctamente sus habilidades sociales. De ahí que recomiende evitar las inmersiones bruscas en parques para perros, porque, lamentablemente, muchos de los perros que encontramos hoy en día carecen de habilidades sociales. Muchos presentan altos niveles de estrés derivados de vínculos dependientes u otros factores que alteran su equilibrio emocional. Como suelo decir: «si no quieres que tu perro se convierta en un Latin King, no lo lleves con los Latin King». Lo que los perros necesitan son compañeros estables que les enseñen de forma adecuada. Y, lamentablemente, hoy en día no es recomendable pasar mucho tiempo en playas o parques para perros, porque la mayoría no está bien socialmente y no saben jugar. Más que jugar, hacen bullying. Pero como muchas personas no saben interpretar bien el lenguaje canino, tienden a justificarlo: «Está jugando, está jugando...», cuando en realidad está machacando al otro perro, que lo está pasando fatal.
«No es recomendable pasar mucho tiempo en playas o parques para perros»
—¿Cómo se puede detectar que un perro hace bullying a otro?
—Es fácil detectarlo. Aquellos perros adolescentes que no tienen habilidades sociales y se tratan con perros iguales o mayores que ellos, muchas veces presentan comportamientos excesivamente sumisos e infantiles. Se agacha mucho, lame los morros… se comportan de forma casi como de cachorro infantil. Estos perros con aquellos que son más pequeños suelen ser muy abusones. Intentan frenar su interacción, ladrándoles constantemente o bien persiguiéndoles. El perro abusado, por tanto, deja incluso de jugar. Además, nunca quiere volver con el perro que lo está acosando, es el acosador el que insiste, les pone la pata encima… Es evidente porque lo pasa muy mal y hay muchos perros que no saben frenar o incluso que se ponen hasta agresivo. Lamentablemente, los mordiscos en parques para perros considero que tiene mucho que ver con esto. Muchos tenemos perros, pero al igual que en otros países es totalmente lógico y en otros hasta obligatorio ir a escuela de perros, ya no solo para evitar conflictos sino para disfrutar de verdad de tu perro. Tú solo puedes disfrutar bien de tu perro si entiendes bien a tu perro.
—¿Hay alguna raza que sea más propensa a sufrir algún trauma o a tener un comportamiento más difícil cuando son adoptados?
—Esta es una pregunta muy complicada. Actualmente, las modas han llevado a que cada vez haya más perros como Border Collie o Malinois, que son perros muy inteligentes. Y sí, su inteligencia también implica una gran complejidad emocional, lo que puede derivar en problemas de comportamiento y un sufrimiento emocional importante si no se trabaja bien desde el principio. Muchos de estos perros que ahora están de moda llegan rebotados porque las personas que los adquirieron no sabían realmente de perros. Lo hicieron todo mal y, cuando ya no pueden manejar al animal, se deshacen de él. El problema es que estos perros ya vienen con aprendizajes negativos y un desgaste emocional serio. Puedo poner como ejemplo precisamente a estas dos razas, porque son las más buscadas actualmente. Y la realidad es que lo que menos necesitan estos perros es estar todo el día corriendo, saltando o persiguiendo pelotas, precisamente por su inteligencia. Una cosa es proporcionar actividad física y otra muy diferente es crear adicciones, como perros que persiguen cosas constantemente, que no paran ni dentro de casa, que no duermen desde que son cachorros, que están demasiado delgados no por falta de alimento, sino por estrés, hiperactividad y preocupación constante. Lamentablemente, muchos de estos casos ocurren por culpa de las modas. Porque, sinceramente, es mucho perro para el tipo de vida que se les está dando.
«Los Border collie o Malinois no necesitan estar todo el día corriendo, saltando o persiguiendo pelotas»
—¿Algún truco para conocer la personalidad de un perro antes de adoptarlo?
—Lo primero de todo es adoptarlo en un sitio responsable porque así garantizas que te den muy buena información. Te van a decir más o menos qué perro encaja con según lo que estás buscando. No obstante, si vas a ver un perro y observas que está apartado, mirando hacia otro lado, inmóvil, es posible que te esté demostrando que tiene miedo. Puedes reconocerlo si sabes interpretar su lenguaje, pero también puede pasar que, desde la protectora, te digan: «Este perro está triste, lo que necesita es una familia». Y ahí está el problema porque la observación de un perro en poco tiempo puede ser muy engañosa. Por eso es tan importante la honestidad y la experiencia del personal de la protectora. Por ejemplo, pienso en la Fundación Protectora de Animales del Principado, que gestiona el albergue de Oviedo, y que hacen un trabajo impresionante. De la misma manera, si un perro se te queda mirando fijamente, con el cuerpo tenso, inmóvil, y moviendo el rabo muy rápido, eso no es alegría. Como decía antes, hay que tener mucho cuidado con estas señales, porque pueden ser indicios de amenaza, incluso antes de que aparezcan gruñidos o dentelladas. Hay que saber hilar fino porque hay perros que, una vez los sacas del chenil, se transforman completamente. Por eso es fundamental no quedarse solo con la primera impresión. Los perros se comunican mucho. En general, un perro con buena socialización muestra interés por las personas, pero si uno ya te está diciendo con su cuerpo: «no quiero saber nada de humanos», hay que saber verlo. Y aquí el papel de la protectora es clave: pueden decirte, por ejemplo: «Acaba de llegar, tiene miedo, pero con tal cuidadora enseguida hizo vínculo. Lo que necesita es salir de aquí, porque el entorno lo tiene asustado». Así que, sí, podemos encontrarnos con señales de miedo o incluso agresividad, y algunas son muy evidentes, como gruñidos o ladridos con gruñidos intercalados. Pero otras son mucho más sutiles: por ejemplo, el perro te mira de reojo con lo que llamamos «ojo de ballena», está congelado, rígido, no se mueve, evita el contacto. O señales como bostezar, mirar a otro lado, lamerse la trufa, ofrecer el costado o la parte trasera.Y no hay que olvidar que estos comportamientos no solo se ven dentro del albergue. Hay perros que, en ese entorno, se muestran cercanos y amigables, pero cuando los sacas al exterior, por ejemplo, y el ruido de la ciudad o el sonido de un camión de basura, les da muchísimo miedo. Por eso insisto en que no hay que hacer inundaciones (exposiciones intensas y bruscas a estímulos). Con los perros hay que ir poco a poco. Siempre es mejor pecar de prudente que arrepentirse por haber ido demasiado rápido.
«Observar un perro en poco tiempo puede ser muy engañoso»
—¿Los perros que tuvieron un pasado difícil pueden llegar a ser completamente felices?
—Sí, mi trabajo de hecho consiste en eso y han sido muchísimos los perros a los que he ayudado. ¿De quién depende? De la familia y del conocimiento. De verdad, las buenas intenciones con ciertos perros no son suficientes. No vale querer, hay que tener también conocimientos porque cada perro es único. Lamentablemente, las prácticas antiguas (las que todo el mundo conoce de César Millán) ya se comprobó que no son precisamente las mejores. Pero, por desgracia, la gente es lo que sabe y lo que trata de aplicar muchas veces… Sí que es cierto que hay personas que cuando deciden ir a un buen profesional con su perro son conscientes de que mucho de lo que hicieron no era lo adecuado. De todas formas, sí que se les puede ayudar pero eso lleva su tiempo, como cualquier persona con un trauma. En rarísimas excepciones no se pueden salvar. Pero sí, en estos casos se enseña más bien a la familia porque la mayoría de las veces es la familia la responsable. Muchas veces, todo ocurre con la mejor intención y la mayor dedicación por parte de las familias. Yo las disculpo, porque hay tanta desinformación causada por el exceso de información, que al final pasa lo que pasa. Muchos de los casos que me llegan empiezan así: «Madre mía, yo creía que lo estaba haciendo bien...» Y cuando hacen los cambios adecuados, los resultados son espectaculares. Es realmente maravilloso ver esa transformación.