El país se prepara para adaptar el rigor religioso en busca de una mayor apertura al turismo
27 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Esta es una de esas revoluciones que parecen pequeñas pero que se tratan en realidad de cambios de escala tectónica; Arabia Saudí, uno de los países de más estricto islamismo (con una muy rigurosa prohibición de carácter religioso de beber bebidas alcohólicas) se ha abierto a permitir, con ciertos límites, su comercialización, y en el listado de productos que podrían estar disponibles se encuentra la sidra.
El Islam prohíbe taxativamente beber alcohol, al igual que comer cerdo; y el hecho de que Arabia Saudí se abra a la venta de bebidas espirituosas, es especialmente relevante ya que se trata del país que acoge en su territorio ciudades como La Meca (cuyo peregrinaje es otro de los mandatos del Islam); este cambio es como si el Vaticano permitiera la venta de preservativos.
La publicación especializada Wine intelligence ha publicado un artículo en el que se hace eco de este anuncio saudita por el que se permitirá a partir del inicio de 2026 la venta de «vino, cerveza y sidra» pero sólo en entornos controlados. Y estos son: Hoteles de cinco estrellas y complejos turísticos de lujo; distribuidores autorizados y embajadas oficiales; centros turísticos como el Resort del Mar Rojo, Sindalah y Neom; en recintos residenciales para expatriados; y en eventos internacionales de carácter cultural y empresarial designados. La publicación también destaca que en esta decisión ha pesado el precedente de normativas similares adoptadas en Emiratos Árabes Unidos y Baréin, «donde la disponibilidad regulada de alcohol ha mejorado la experiencia turística y ha incrementado el número de visitantes extranjeros» pero añade que las autoridades saudíes han dejado claro que la venta continuará prohibida en espacios públicos, hogares y comercios, y que el consumo será estrictamente supervisado para garantizar la discreción y el respeto a las costumbres locales.
Según el relato de la publicación, este nuevo marco legal forma parte del programa Visión 2030, una estrategia nacional que busca diversificar la economía saudí más allá del petróleo, atrayendo inversión extranjera y fortaleciendo el sector turístico. Se espera que esta reforma genere empleos en sectores como la hostelería, la restauración y la organización de eventos, al tiempo que favorece la llegada de cadenas hoteleras internacionales y promueve la celebración de congresos y actividades culturales. Varios grupos hoteleros ya han iniciado conversaciones para adaptar sus instalaciones a la nueva normativa.
Así, insisten en que aunque la decisión representa una apertura significativa en un país con estrictas normas religiosas, el gobierno ha insistido en que se mantendrán los valores islámicos y que el control sobre el consumo será riguroso. El personal autorizado recibirá formación especializada, y se aplicarán directrices operativas precisas para prevenir abusos. Con este equilibrio entre modernización y tradición, Arabia Saudita busca mejorar su imagen internacional como destino turístico sin renunciar a su identidad cultural y religiosa.
La cultura sidrera, patrimonio de la humanidad
La Unesco reconoció el año pasado a la cultura sidrera asturiana como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Asturias lidera el consumo de sidra per cápita a nivel mundial y mantiene una fuerte identificación cultural con esta bebida, lo que ha permitido que sus tradiciones asociadas perduren a lo largo del tiempo. A diferencia de otros productos tradicionales que han desaparecido ante el avance de la sociedad de consumo, la sidra asturiana continúa siendo un símbolo vivo de identidad regional. Su presencia está arraigada en el día a día y forma parte esencial de las costumbres sociales y festivas del Principado.
Las referencias documentales más antiguas sobre la sidra en Asturias datan del siglo VIII, lo que sugiere que tanto el cultivo del manzano como el proceso de elaboración eran ya conocidos mucho antes. Algunos estudiosos incluso sitúan sus orígenes hace más de 2.000 años. A diferencia de otras zonas productoras, en Asturias la sidra ha desarrollado prácticas únicas como el escanciado, una técnica emblemática que consiste en verter la bebida desde lo alto de una botella hacia el borde de un vaso fino, liberando así su gas natural y potenciando sus aromas. Este gesto ha adquirido un carácter casi ritual y es distintivo del modo de beber sidra en la región.
El consumo se realiza tradicionalmente en grupo, compartiendo vaso y bebiendo el «culete» inmediatamente después de ser escanciado, lo que favorece la socialización y refleja el carácter abierto de la sociedad asturiana. Más allá de esta imagen icónica, la sidra está ligada a una rica tradición cultural que abarca desde la plantación de manzanos hasta la producción en llagares y la celebración de espichas. Estas reuniones populares, inicialmente rurales, han evolucionado hacia nuevos formatos urbanos sin perder su esencia: gastronomía informal, consumo colectivo y productos típicos que reafirman la identidad asturiana en cada celebración.