Viajes más cortos, pero más caros: así han evolucionado los hábitos vacacionales de los asturianos

Carmen Liedo

ASTURIAS

El verano es el periodo preferido para visitar otros lugares, con una duración de las estancias en la última década de entre 5 y 7 días. En el tercer trimestre de 2020 fue cuando las escapadas se prologaron más tiempo, hasta los 6,75 días

05 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Los hábitos vacacionales de los asturianos han experimentado una evolución significativa durante la última década, especialmente en lo que respecta a la duración de sus viajes, según los datos por comunidades autónomas del Instituto Nacional de Estadística (INE). Si bien la tendencia es clara y el verano sigue siendo la época del año en la que más días dedican a sus escapadas, los datos reflejan una leve pero constante reducción en la duración media de estos viajes estivales si se comparan los datos entre 2015 y 2024. Tradicionalmente, el tercer trimestre del año —que abarca julio, agosto y septiembre— es el preferido por los asturianos para tomarse un respiro. No solo es el periodo con mayor volumen de viajes, sino también aquel en el que los desplazamientos son más largos. En concreto, entre 2015 y 2024, la duración media de los viajes en este trimestre osciló entre los 5 y los 7 días. Sin embargo, si se comparan las cifras del comienzo y el final de la década, se observa una reducción: en el verano de 2015 la estancia media fue de 6,24 días, mientras que en 2024 bajó a 5,77 días.

A pesar de dicho descenso, hubo una excepción notable: el verano de 2020. En pleno año de pandemia de la Covid-19, cuando muchas personas optaron por destinos más cercanos y evitaron los viajes internacionales, los asturianos alargaron sus estancias como nunca antes. En ese tercer trimestre de 2020, la duración media de los viajes alcanzó su máximo en la década: 6,75 días. Esta anomalía puede explicarse por una combinación de teletrabajo, restricciones sanitarias y la búsqueda de entornos tranquilos y naturales para pasar más tiempo lejos de las grandes ciudades. Además, cuando la tendencia en el periodo estival antes de la pandemia ya era de una duración de las estancias por debajo de los 6 días, en 2021 aún se mantuvo la prolongación de las estancias en 6,12 días, una cifra que en 2022 cayó hasta los 5,81 días en el tercer trimestre.

Gráfico de la duración media de los viajes en la última década
Gráfico de la duración media de los viajes en la última década INE

Fuera del verano, el resto del año presenta un patrón distinto. El primer trimestre, que abarca los meses más fríos y de menor afluencia turística, es el que registra la menor duración media de los viajes. Este periodo apenas ofrece vacaciones extendidas, lo que limita la posibilidad de hacer desplazamientos largos. No obstante, al contrario de lo que sucede en las vacaciones de verano, la tendencia en la última década es que ha ido aumentando la duración de los viajes. Si en el primer trimestre de 2015 la duración era de 2,80 días, en el primer trimestre de 2024 la duración de las escapadas fue de 3,14 días y en este 2015, trimestre del que ya hay registros en el INE, las estancias se prolongaron hasta los 3,49 días.

Igualmente, el segundo trimestre ha mostrado una evolución interesante. Coincidiendo con la Semana Santa y la llegada del buen tiempo, la duración de los viajes en los meses de abril, mayo y junio ha ido en aumento durante los últimos años. Aunque no supera al tercer trimestre, sí supera al cuarto—otoño e inicio del invierno— en duración media. Este cambio podría deberse a un mayor aprovechamiento de los puentes festivos y a la popularización de escapadas primaverales tanto dentro como fuera de la región. Así, la duración media de los viajes entre abril y junio es habitual que esté entre los tres y cuatro días. Si en 2015 el dato era de 3,18 días de estancia, en 2024 fue de 3,47, aunque en 2022 llegó a alcanzar los 3,86 días.

Gasto medio por persona

Otro dato relevante es el gasto medio por persona. En el verano de 2024, los asturianos destinaron una media de 372,78 euros a sus viajes, la cifra más alta registrada en la última década. Esto indica que, aunque la duración de los desplazamientos ha disminuido, el gasto por día ha aumentado, posiblemente debido a la inflación, a una mayor demanda de calidad en los servicios turísticos o a un cambio en las preferencias de los viajeros, que ahora priorizan experiencias más exclusivas, aunque sean de menor duración.

En conclusión, la forma de viajar de los asturianos está cambiando. Aunque el verano sigue siendo la época predilecta y la de mayor duración en los viajes, las cifras reflejan una tendencia hacia escapadas más cortas, pero con un gasto mayor. Por tanto, en un contexto de cambios económicos y sociales, los hábitos vacacionales se adaptan, y Asturias y los asturianos no son una excepción.