La lucha de Iván Anzaldua: obtener la nacionalidad española para honrar a su abuela nacida en Gijón y a su bisabuelo exiliado

María Sánchez Condado
María S. Condado REDACCIÓN

ASTURIAS

Rescate de heridos en la calle Diecisiete de Agosto
Rescate de heridos en la calle Diecisiete de Agosto Xixón so les bombes (1936-1937)

El bisnieto del conocido como el decano de emigración desde España a la URSS pide que se aplique la Ley de Memoria Democrática

06 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Una promesa antes de morir y su indudable relación con el Principado de Asturias han llevado a Iván Anzaldua González, un ingeniero de 48 años residente en Misuri, a luchar por obtener la nacionalidad española. Un acto que pretende honrar la memoria de su abuela Berta, nacida en Gijón, y su bisabuelo José Manuel Álvarez González, un exiliado comunista asturiano. 

Iván Anzaldua le prometió a su abuela Berta, antes de que esta falleciera, que lucharía por conseguir la nacionalidad española, para lo que se acoge ahora a Ley de Memoria Democrática. Pero para entender su lucha, hay que conocer la historia familiar de Anzaldua. Su abuela, Berta, nació en Gijón en 1925, pero nunca fue reconocida como española, pese a contar con un documento oficial, pues en España el simple hecho de nacer en territorio español no otorga la nacionalidad. Pero los lazos familiares de Anzaldua con España, se remontan mucho más atrás 

Su bisabuelo, José Manuel Álvarez González, conocido como el decano de emigración desde España a la URSS, nació en Cuba en 1900, pero con tan solo dos años cruzó el Atlántico para desembarcar en Asturias. Pese a haber sido inscrito en el consulado de España en La Habana, su registro no fue reconocido por los consulados de Monterrey ni de Chicago. En 1932, fue enviado por el Partido Comunista a la URSS para evitar los procesos judiciales que enfrentaba por su labor como director de Mundo Obrero. Fue este el momento en que perdió contacto con su mujer y sus hijos. Pero no era la primera vez que Álvarez se veía en apuros. Hasta ese entonces, había pasado ya tres veces por las cárceles españolas, de donde logró salir bajo fianza. «Soy el único de mi curso de los jesuitas de Gijón que no es rico», recogen unas declaraciones de Álvarez en El País. 

Durante su largo periodo en la URSS, trabajó en una fábrica y vivió en el exilio bajo la presión estalinista. Pero aquel viaje no lo emprendió solo, le acompañaba Herminio Palacio, un minero anarquista natural de Langreo, que había participado en un atraco a un banco de País Vasco para financiar a la CNT. Aunque en su estancia en el país soviético tomaron rumbos distintos, ambos exiliados compartían habitación de hotel. En 1935, Palacio fue detenido por las autoridades de la USS, y poco después, Álvarez fue arrestado y acusado de espionaje. Pasó 30 días en la cárcel de Lubianka, y después pasó a un campo de concentración, donde permaneció hasta 1940.

Tras finalizar su condena de cinco años, la Guerra Civil española había finalizado, pero el ambiente bélico continuaba presente en el mundo. Se dejaban ya sentir en aquel entonces las primeras tensiones que terminaría desencadenando la Segunda Guerra Mundial. 

Tras más de cinco décadas sin ver a su familia, logró reencontrarse con sus hijos en 1983, en el programa de Radio Nacional de España, Directo, directo, conducido en aquel entonces por el periodista Julio César Iglesias. «Nunca creí que llegaría este momento», fueron las palabras que Álvarez expresó ante aquel emotivo reencuentro con su familia.

Pero los lazos asturianos de Iván Anzaldua aún tienen más historia, pues su tatarabuelo, Justo Trabando, era oriundo de la parroquia de Lavandera, en Gijón.  Anzaldua ha conseguido además rescatar las memorias de su bisabuela Amelia Trabanco que recogen como uno de sus hermanos, Fernando, emigró a América con apenas 13 años con las manos vacías, pero con unas monedas cosidas a la ropa y «muchas ilusiones en el corazón». Se sabe además que la familia Trabanco llegó a gestionar durante seis años el Teatro Jovellanos de Gijón a principios del siglo XX. 

Por todo ello, Iván Anzaldua continúa luchando por honrar la vida y orígenes de su familia, para lo que ha pedido ayuda a las instituciones:  «Es un buen momento, en tiempos de la Ley de Memoria Democrática, que deja familias que sufrieron esas injusticias sin esa oportunidad», declaraba Ivan Anzaldua a El País