Una máquina expendedora de pizzas artesanas revoluciona la oferta gastronómica de Cangas de Onís
ASTURIAS
Casa Luisa ha instalado un dispensador automático que da a elegir entre 13 variedades de pizzas de masa fresca. En el primer mes de funcionamiento ha vendido más de 900 unidades
15 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La pizzería Casa Luisa, situada en Cangas de Onís, ha dado un giro innovador a la oferta gastronómica del municipio con la instalación de una máquina expendedora de pizzas que funciona las 24 horas del día. El dispositivo lleva operativo apenas un mes y una semana y, en ese tiempo, ha despachado más de 900 pizzas, según ha explicado Luisa Peláez, propietaria del negocio.
La idea surgió ante la falta de opciones para cenar a partir de cierta hora en la localidad. Según señala, lo que detectó es que en la localidad había «una deficiencia de servicio, porque a partir de las 10:30-11:00 de la noche en Cangas de Onís ya no se puede cenar», y además su pizzería cierra a la hora para garantizar el horario del personal, ya que entiende que el sector hostelero es, de por sí, un sector muy sacrificado en el que se trabajan muchas horas. Por ello, Luisa considera que la máquina «es una manera de dar servicio, sobre todo, fuera de hora».
La hostelera empezó a valorar el proyecto hace tiempo y, de hecho, hace cuatro años viajó a Burgos para probar una máquina de este tipo que en aquel momento descartó porque no se adaptaba a las pizzas artesanas que ella elabora. Sin embargo, más recientemente encontró una que podía dar viabilidad a su idea: «un día a lo tonto, viendo si había evolucionado el tema de las máquinas expendedoras, nos encontramos que podíamos adaptar el producto a las máquinas que nos ofertaban», ya que el modelo elegido cuenta con cámara frigorífica y horno integrado, lo que permite entregar pizzas artesanas recién hechas en pocos minutos.
Con capacidad para 69 pizzas, la máquina ha demostrado un nivel de demanda superior al esperado. En poco más de un mes ha superado las 900 unidades vendidas, lo que obliga a Luisa a reponer producto todos los días. «Más o menos calculamos las que se pueden consumir y por semana metemos menos pizzas en la máquina y los fines de semana la cargamos más», explica la misma, que matiza que, aunque el sistema garantiza la conservación del producto, «las pizzas no llegan a estar dos días ahí porque se venden antes».
En cuanto a la elaboración, la propietaria mantiene el mismo proceso artesanal que caracteriza las que vende en el propio establecimiento Casa Luisa. No obstante, ha tenido que excluir de la máquina algunas variedades disponibles en la carta del restaurante «porque llevan un acabado en frío» que no puede realizarse en el expendedor. Aun así, el dispositivo ofrece 13 variedades distintas de pizza, todas ellas preparadas «igual que para el local».
Listas en 4 minutos
Las destinadas a la máquina reciben un golpe fuerte de calor en la base antes de ser refrigeradas, mientras que la parte superior se termina en el horno interno del aparato. «En la máquina eliges la pizza, la pasa al horno y se termina de hacer en unos minutos. Si el horno no está caliente, tiene un tiempo de precalentado de 6 minutos y en otros 4 minutos sale la pizza caliente. Si el horno ya está caliente, sale en tan solo 4 minutos», detalla Luisa. Además, garantiza que el peso de las pizzas es idéntico al de las del restaurante, estando la única diferencia en la forma de la pizza: «al ser una pizza artesana, en el local nos importa menos que sea totalmente redonda, pero para la máquina sí tiene que serlo para que se adapte a la bandeja que entra en el horno y no se atasque, pero es la misma masa y el mismo peso que las pizzas del local», puntualiza.
Hasta el momento, la acogida que ha tenido la máquina expendedora de pizzas ha sido muy positiva, manifiesta Luisa, que afirma que «funciona muy bien, así que estamos muy contentos y la gente también está contenta porque repite». Y es que este servicio extra que ofrece Casa Luisa no ha supuesto un encarecimiento de las pizzas artesanas que elabora; los precios se mantienen prácticamente iguales a los del restaurante. Solo se han hecho mínimos ajustes de céntimos «para redondear porque la máquina solo da cambio de un tipo de moneda, con lo cual tuvimos que ajustar el precio de dos pizzas», apunta la hostelera, que añade que el dispositivo admite tanto pago en efectivo como con tarjeta, facilitando su uso a cualquier hora y que en cualquier momento se pueda disfrutar de pizzas artesanas de masa fresca tan asturianas como pueden ser la de emberzau o picadillo con cabrales, o tan tradicionales como las de 5 quesos, york y bacon, margarita, o 4 estaciones.