La Pizarra: El Oviedo se reivindica en El Alcoraz

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Anquela dando instrucciones en el Huesca-Oviedo
Anquela dando instrucciones en el Huesca-Oviedo LFP

Análisis del partido propuesto por Juan Antonio Anquela

08 ene 2018 . Actualizado a las 09:06 h.

Nota: 8, notable.

Se acabaron las vacaciones de Navidad y la competición volvía a lo grande para el Huesca y el Real Oviedo. El calendario les emparejaba en el mejor momento para ambos, con los oscenses liderando la tabla y los carbayones tras una racha de cinco partidos consecutivos sumando tres puntos. Se podía esperar que ambos conjuntos acusasen los días de descanso, pero nada más lejos de la realidad. El Alcoraz vivió un encuentro de playoff que tuvo de todo.

Además de la baja por tarjetas de Melero, la gripe hacía que Cucho Hernández, la otra gran estrella de los aragoneses, comenzara el partido en el banquillo. Aun así, pocos equipos de la categoría pueden poner en liza un tridente ofensivo como el que forman Ferreiro, Chimy Ávila y Álex Gallar. El Oviedo no se confió y firmó una primera parte imponente, pero el fútbol tiene cosas que no se pueden controlar.

El aspecto táctico

Juan Antonio Anquela disipó la única duda posible y Rocha, que fue duda durante toda la semana hasta para entrar en la convocatoria, era parte del once acompañando a Folch en el doble pivote. De esta manera, los azules comenzaban el encuentro con una alineación que la parroquia oviedista ya se sabe de memoria. Y como viene siendo habitual, pero no por ello deja de ser menos meritorio, el inicio fue arrollador. El Oviedo no se amilanó ante el líder y ejerció la misma presión alta que mostró en Lorca o ante la Cultural. Los oscenses se bloquearon y Remiro no encontraba soluciones, recurriendo a balones largos en los que Carlos, Christian y Forlín siempre salían ganadores.

Desde el primer minuto se pudo ver a un Diegui con la batería cargada. El Oviedo cargó todo el juego a la banda derecha y el canterano de origen islandés fue una auténtica pesadilla para Ferreriro, Luso y Rulo, que se veían incapaces de frenarlo. En tan solo 15 minutos se generaron dos ocasiones claras de gol: una acabó con un tiro de Rocha que salió lamiendo la escuadra y la otra con el penalti a Aarón. Linares asumió la responsabilidad y falló, algo que empieza a ser costumbre en la temporada azul.

Tras una primera media hora de dominio total, el grave error de Alfonso cambió el rumbo del partido. Asumir que después de someter al líder en su casa te vas al descanso perdiendo 1-0 es duro, pero el Oviedo debía reaccionar si quería sacar algo positivo del Alcoraz. El Huesca salió mejor tras el descanso y, a pesar de que ese buen momento no se tradujo en ocasiones claras, se podía percibir que los de Anquela seguían groguis. La presión azul comenzó a ser desordenada, Mossa no sabía a quién apretar y el doble pivote iba perdiendo peso en el encuentro con el paso de los minutos.

Por su parte, el Huesca aprovechaba los espacios a la espalda de los carrileros y se encomendaba a sus extremos para hacer daño al Oviedo. En este escenario entró el Cucho, que tras un par de acciones demostró por qué se está hablando tanto de él. Y fue entonces cuando la calidad azul, ayer blanquinegra, aparecióSaúl, que no había podido participar casi nada, se inventa un autopase a Álex González, filtra un balón a Aarón y el ilicitano firma una imponente acción individual dejando atrás a los dos centrales azulgranas y batiendo a Remiro con un disparo al palo largo. Después de ir perdiendo cuando mejor estaba, el equipo de Anquela empató en su peor momento. Fin a la racha de victorias, pero este punto en El Alcoraz refuerza a un Oviedo con aroma a equipo importante.

Los cambios

Tras muchos meses de lesiones y más lesiones, el Oviedo acudió a Huesca con un banquillo de bastantes prestaciones. Anquela disponía de varias opciones en la banda que le permitían ofrecer recambios de garantías al juego azul, pero volvió apostar por no tocar demasiado. Hidi fue la primera opción, sustituyendo a Rocha pasados el 75' y ya con el 1-1 en el marcador. El húngaro dio un poco más de peso a la medular y fue un refresco necesario para un doble pivote que estaba sufriendo. Toché volvía a vestirse de corto más de dos meses después y entró por Linares para jugar los últimos cinco minutos, en los que poco pudo participar. Lo mismo con Mariga, que pasado el 90' entró por Berjón para aportar músculo al centro del campo.