Artículo de opinión de Alfonso Suárez
03 feb 2018 . Actualizado a las 22:08 h.Estos 15 años sin derbi en el Carlos Tartiere han servido para que mis amigos sportinguistas hayan afinado la piquilla con el Real Oviedo hasta puntos insospechados. Pero de todos los argumentos que han utilizado, jamás entendí el de que el Sporting jamás ha jugado en Tercera. Siempre lo decían con tono de mofa y deshonra hacia el oviedismo. Yo, instantáneamente, reía y pensaba para mí: «Jamás lo entenderán».
Hagan una pequeña encuesta entre sus amigos y familiares oviedistas. ¿Cuántos de ellos sienten vergüenza por haber estado en esa categoría? ¿Por haber conocido el verdadero barro del fútbol? No nos engañemos. El barro nos hizo más fuertes. El barro forjó lo que es el club y la afición a día de hoy. Nos hundimos en él, y de él salimos renacidos.
No existe un ápice de deshonra en la historia reciente del Real Oviedo, sino más bien todo lo contrario. Todas las adversidades, todos los desprestigios, persecuciones y calumnias que se han lanzado contra el Real Oviedo y su afición han sido la gasolina que ha mantenido viva la llama azul. Sus ataques fueron duros y organizados. La defensa, impecable. Solo así se entiende el presente actual y las ganas de que llegue mañana el derbi.
Pero no basta con llegar hasta aquí. El camino iniciado en 2003 no concluye en este enfrentamiento. Este es solo un paso. El oviedismo no ha vuelto de Tercera para jugar este partido, sino para ganarlo. El Real Oviedo no ha salido del barro para llegar a la altura del Sporting, sino para regresar a su lugar, Primera División.
Los que no comulgan con este sentimiento, jamás lo entenderán. Ni falta que hace. Nosotros sabemos de lo que hablamos. Somos el Real Oviedo. Este derbi es una pequeña recompensa para todos y un castigo para ellos. A disfrutar.
