El Oviedo ya conoce la fórmula para frenar a la Cultural
23 may 2018 . Actualizado a las 08:28 h.De sobra conocidos los objetivos por los que Cultural y Real Oviedo se enfrentarán en el decisivo encuentro del domingo (Reino de León, 20:30 horas), toca centrarse un poco en el juego.
Leoneses y carbayones son dos conjuntos muy diferentes principalmente porque sus técnicos también lo son. Por un lado esta Rubén de la Barrera, joven técnico apasionado del juego de posición. Por el otro Juan Antonio Anquela, veterano de los banquillos en general y de la Segunda División en partcular, cuya máxima virtud es competir siempre, tenga el equipo que tenga.
Aunque en el césped puede pasar de todo, y más en esta categoría, a estas alturas de competición todos los equipos se conocen y es raro que alguien consiga sorprender. El encuentro de ida, disputado en el Carlos Tartiere, nos puede dar alguna pista de cómo el Real Oviedo logró ser superior a la Cultural.
Aquel Oviedo de diciembre era, ni más ni menos, uno de los mejores equipos de Segunda. Los de Anquela estaban inmersos en la mejor racha de la temporada y el esquema de tres centrales estaba totalmente asentado y era ejecutado a la perfección por los jugadores. Ante la visita de los leoneses, un equipo sin complejos que en casi cualquier circunstancia inicia en corto, el técnico jienense no dudó en impedirlo.
Como vemos en esta imagen, los azules apretaron la salida del rival con una presión alta de todas sus líneas. Saúl Berjón, Linares y Aarón encabezaban el bloque, emparejándose a los dos centrales y al mediocentro. Rocha se descolgaba para apretar a un interior rival, Folch fijaba un poco más su posición pero sin quitarle el ojo al otro interior y Mossa y Diegui, los carrileros, iban con los laterales.
El 4-3-3 de la Cultural se veía impotente para encontrar una vía de escape, que terminaba llegando con un saque en largo de Jesús, el portero, que Carlos Hernández, Forlín y Christian casi siempre ganaban aprovechándose de su superioridad aérea. Dicha presión con un bloque tan algo tenía sus riesgos, obviamente, pero el Oviedo los asumió y le salió bien.
Ganando la primera jugada, un hombre de azul recogía en la mayoría de las ocasiones la segunda, iniciando el ataque muy cerca del área de la Cultural. Cuando se perdía el balón, la presión era automática y el jugador más cercano "mordía" al rival para impedirle jugar rápido y ayudar a que el equipo se ordenase. Los carbayones ganaron aquel partido 3-0.
La Cultural de Rubén de la Barrera lleva apostando por una forma de jugar durante todo el curso. Ascendieron así y están compitiendo con la misma fórmula en Segunda, y como se vio en Tarragona la última jornada, no van a cambiar. Veremos qué propone Juan Antonio Anquela en la final del Reino de León. Una fórmula ya la conoce.
